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sociedad - JUEVES, 16 DE SEPTIEMBRE DE 2010


acceso a la zona de pasajeros. cedida.

deficiencias
 

Vuelven a embarcar a Miguel Pérez en un ferry sin acceso para discapacitados

El usuario avisó a la agencia y al embarque de su limitación física y a pesar de ello tuvo que viajar en la bodega del ‘Alborán’
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El usuario con discapacidad motórica que tuvo que viajar a principios del verano en la bodega del barco ha vuelto a sufrir la misma circunstancia. Según denuncia a la Oficina de Consumo de la Ciudad Autónoma, el pasado día 1, a pesar de que avisó a la agencia y al embarque de su limitación física, fue embarcado en el ‘Alborán’, que carece de accesos.

La historia se repite. Miguel Pérez Visa, el ciudadano con una discapacidad motórica que tuvo que viajar en la bodega del barco a principios de verano ante la ausencia de acceso para discapacitados, ha vuelto a vivir la misma odisea el pasado 1 de septiembre.

Según el relato del afectado, plasmado en una queja ante la Oficina de Consumo de la Ciudad Autónoma, el día señalado compró un billete en una agencia de viajes y, siguiendo el protocolo de la naviera, preguntó si el barco tenía acceso para discapacitados, a lo que se le contestó que el que barco que salía a las 09.30 horas, el ‘Alborán’, disponía de un elevador.

Cuando el usuario canjeó las tarjetas de embarque volvió a poner su situación en conocimiento del personal correspondiente, quien contactó con otro operario para cerciorarse de que el ferry tenía elevador.

“Antes de embargar un señor nos buscó y nos dirigió y nos colocó al lado de una puerta del garaje que está en la parte superior. Me indicó que pusiera freno de mano y ya estábamos embarcados”, prosigue Pérez en su escrito.

Se queja este ciudadano que donde fue dejado no existía ningún elevador, ni ningún acceso para poder subir con silla de ruedas. “Me sentí impotente, ya que estaba como atrapado otra vez en el garaje del barco sin poder hacer nada. Pensé: salgo con el coche y desembarco, pero ya era tarde, no se podía salir porque tenía coches por delante y por detrás. Me dije que me habían vuelto a mentir, estaba humillado y apenado por lo ocurrido, viéndome otra vez en la misma situación, como si fuera un vehículo. Aislado”, continúa el usuario.

Miguel Pérez tuvo que tomarse una pastilla para los nervios indicada por su psiquiatra más otro medicamento para el dolor indicado por el traumatólogo.

El discapacitado pide que “no le mientan más” si el barco no está adaptado porque en esta situación prefiere esperar a otro buque. “Les ruego que solucionen los barcos que no estén adaptados y tengan barreras arquitectónicas, para que todos podamos viajar sin tener que esperar a los barcos que lo estén. Su protocolo no funciona”, concluye.
 

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