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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 15 DE SEPTIEMBRE DE 2010

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

Mentiras, falacias y datos (y III)

Por Aquilino Melgar, Director Provincial de Educación


Termino abordando algún elemento más sobre el inicio del curso escolar en Ceuta calificado por el Secretario General de CCOO como uno de los más nefastos en los últimos años, sin que ello agote la posibilidad de seguir aportando datos que sirvan a un mejor conocimiento de la realidad escolar.

El comienzo de curso en Secundaria

Viene a subrayar de manera textual “la inviabilidad de iniciar el curso el 9 de septiembre, al haber tenido sólo 5 días hábiles para realizar los exámenes extraordinarios, las evaluaciones, los grupos y los horarios”. Es un tema que conozco en profundidad y la afirmación no suscita mi desacuerdo. Sin embargo, hay cosas que no me terminan de “cuadrar”. Expongo algunos datos, al respecto de esta polémica, y extraigan sus propias conclusiones:

2007-2008: comienzo de curso: 10 de septiembre; días hábiles disponibles: 5. 2008-2009: comienzo de curso: 9 de septiembre; días hábiles disponibles: 5. 2009-2010: comienzo de curso: 9 de septiembre; días hábiles disponibles: 5. 2010-2011: comienzo de curso: 9 de septiembre; días hábiles disponibles: 5.

¿Por qué extraño milagro en cursos anteriores no hubo problemas para comenzar el curso? ¿O realmente sí los hubo? ¿Qué diferencia ha habido este curso en el calendario escolar respecto de los anteriores, para que la situación afecte de manera distinta al comienzo de curso? No necesita demasiados comentarios.

La expresión “se van a enterar” del Secretario de CCOO en relación a la decisión adoptada por el Ministerio de Educación para este curso respecto del calendario escolar, parece que toma cuerpo. Cuando alguien califica esta decisión, tomada al amparo de las atribuciones del propio Ministerio, como “victorita” es que lo vive en términos de “derrotita”. Y eso no es bueno. Plantear los conflictos y sus soluciones en término de ganar o perder nunca es bueno. Y en educación, donde todo termina reflejándose en las aulas, mucho menos.

Quiero manifestar, no obstante, por la práctica y el conocimiento que mis años de director de un IES me han reportado, que los directores han hecho bien en poner por escrito los problemas que hay para comenzar el curso. Algo que no se soluciona sólo con retrasar el comienzo y, como consecuencia, el final del periodo lectivo, ya que en ese momento también surgen otros problemas. Insisto, conozco bien la cuestión. Ya veremos lo que opina CCOO cuando hablemos al respecto y tratemos de solucionar un problema evidente de comienzo. Hasta ahora sólo se conoce la propuesta que hizo por escrito en 2009 para establecer un calendario escolar estable y en la que se decía textualmente: “Las actividades lectivas con alumnos se extenderán durante el periodo comprendido entre el 8 de septiembre de cada año…” Tampoco necesita comentarios.

Por eso he entendido siempre que la cuestión de los “tiempos escolares”, que tiene un reflejo en el calendario escolar anual, debería abordarse con amplitud y sin maximalismos. Y es en este sentido en el que a la dirección provincial le hubiese gustado comprometer a los representantes del profesorado y a los equipos directivos de los centros hacia una serie de cuestiones que vienen arrastrándose desde hace años, que entiendo que hay que debatir y que son incluso de mayor calado que el propio modelo de calendario escolar, ya que hacen efectivo el mismo al margen de su plasmación formal.

¿Por qué no hablar sobre las jornadas de inicio y final de los periodos lectivos que deben ser garantizadas con independencia de que el Consejo Escolar puede programar una cierta modificación de la actividad ordinaria en razón de la debida autonomía de los centros y de las peculiaridades de su entorno pero sin entender, como algunos pretenden, que todo cabe bajo el paraguas de esta “autonomía”? ¿Por qué no hablar sobre el periodo de adaptación de Infantil de 3 años que, en la misma línea de lo comentado anteriormente sobre la autonomía de los centros, se enmarque dentro de unos criterios que no lleven ni a una disparidad grande o propongan una prolongación a todas luces excesiva? ¿Por qué no hablar de la unificación de los criterios y rentabilización de los periodos lectivos en la jornada escolar en la medida que existe una amplia diferencia en los horarios acumulados entre la entrada y salida, duración de los periodos lectivos, descanso entres ellos, etc., en Secundaria? ¿Por qué no hablar de la posibilidad de contemplar la no coincidencia de momentos evaluativos con los finales de los periodos lectivos lo que puede provocar, en no pocas ocasiones, una alteración del aprovechamiento del tiempo escolar? ¿Por qué no hablar de que las propias sesiones de evaluación no mermen en ningún caso los periodos lectivos al hacerlas coincidir con éstos?

Al parecer no se puede hablar sobre estos y otros temas, porque l único tema sobre el que se propone hablar en torno a los tiempos escolares y su plasmación en el calendario escolar es la acumulación, o no, de días no lectivos junto a las vacaciones de semana santa.

La dirección provincial preocupaciones claras respecto al calendario escolar y sus problemas para hacer que los días lectivos sean efectivos. CCOO también tiene una idea clara respecto del calendario escolar, aunque polarizada en una sola cuestión.

Dimisión del director provincial

Abordo finalmente el comentario del secretario general de CCOO que chantaba lo siguiente: “si nuestro director provincial conservara un mínimo de dignidad habría dimitido inmediatamente”. Le diré, para que le quede claro una vez más, que el director provincial no sólo conserva un mínimo de dignidad sino que tiene y le sobra la dignidad suficiente como para no salir corriendo ante las dificultades; para afrontar los problemas; para no escapar a las críticas y no responder en el mismo tono de insultos que él le dedica y, sobre todo, la dignidad suficiente para no achantarse y buscar un acomodamiento que evite el acoso y derribo al que le somete desde el momento en que alguien llamó a la sede de la Dirección Provincial, lugar frecuentemente visitado por entonces, preguntando por el Secretario General de CCOO y oyó –supongo que será una leyenda urbana– aquella frase de tan infausta noche: “ni está, ni se le espera”.

Hay demasiado ruido en torno a la Educación en nuestra Ciudad. Y la culpa no es del mensajero. Es un problema que nos debería preocupar a todos: la Educación de nuestros hijos. Los profesionales necesitan la confianza y el sosiego para afrontar la difícil tarea que tienen por delante sin que ello impida trasladar sus necesidades y preocupaciones. Necesitan imperiosamente la complicidad de los padres y un apoyo de la administración, que tienen a pesar de lo que se quiere hacer ver. La dirección provincial busca y desea el acuerdo y la colaboración de todos los estamentos que representan a la comunidad educativa, en el más amplio sentido del concepto, para la resolución de los problemas que afectan a la educación en Ceuta.

Tengo mis dudas que CCOO esté por la labor.
 

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