Termino abordando algún elemento más sobre el inicio del
curso escolar en Ceuta calificado por el Secretario General
de CCOO como uno de los más nefastos en los últimos años,
sin que ello agote la posibilidad de seguir aportando datos
que sirvan a un mejor conocimiento de la realidad escolar.
El comienzo de curso en Secundaria
Viene a subrayar de manera textual “la inviabilidad de
iniciar el curso el 9 de septiembre, al haber tenido sólo 5
días hábiles para realizar los exámenes extraordinarios, las
evaluaciones, los grupos y los horarios”. Es un tema que
conozco en profundidad y la afirmación no suscita mi
desacuerdo. Sin embargo, hay cosas que no me terminan de
“cuadrar”. Expongo algunos datos, al respecto de esta
polémica, y extraigan sus propias conclusiones:
2007-2008: comienzo de curso: 10 de septiembre; días hábiles
disponibles: 5. 2008-2009: comienzo de curso: 9 de
septiembre; días hábiles disponibles: 5. 2009-2010: comienzo
de curso: 9 de septiembre; días hábiles disponibles: 5.
2010-2011: comienzo de curso: 9 de septiembre; días hábiles
disponibles: 5.
¿Por qué extraño milagro en cursos anteriores no hubo
problemas para comenzar el curso? ¿O realmente sí los hubo?
¿Qué diferencia ha habido este curso en el calendario
escolar respecto de los anteriores, para que la situación
afecte de manera distinta al comienzo de curso? No necesita
demasiados comentarios.
La expresión “se van a enterar” del Secretario de CCOO en
relación a la decisión adoptada por el Ministerio de
Educación para este curso respecto del calendario escolar,
parece que toma cuerpo. Cuando alguien califica esta
decisión, tomada al amparo de las atribuciones del propio
Ministerio, como “victorita” es que lo vive en términos de
“derrotita”. Y eso no es bueno. Plantear los conflictos y
sus soluciones en término de ganar o perder nunca es bueno.
Y en educación, donde todo termina reflejándose en las
aulas, mucho menos.
Quiero manifestar, no obstante, por la práctica y el
conocimiento que mis años de director de un IES me han
reportado, que los directores han hecho bien en poner por
escrito los problemas que hay para comenzar el curso. Algo
que no se soluciona sólo con retrasar el comienzo y, como
consecuencia, el final del periodo lectivo, ya que en ese
momento también surgen otros problemas. Insisto, conozco
bien la cuestión. Ya veremos lo que opina CCOO cuando
hablemos al respecto y tratemos de solucionar un problema
evidente de comienzo. Hasta ahora sólo se conoce la
propuesta que hizo por escrito en 2009 para establecer un
calendario escolar estable y en la que se decía
textualmente: “Las actividades lectivas con alumnos se
extenderán durante el periodo comprendido entre el 8 de
septiembre de cada año…” Tampoco necesita comentarios.
Por eso he entendido siempre que la cuestión de los “tiempos
escolares”, que tiene un reflejo en el calendario escolar
anual, debería abordarse con amplitud y sin maximalismos. Y
es en este sentido en el que a la dirección provincial le
hubiese gustado comprometer a los representantes del
profesorado y a los equipos directivos de los centros hacia
una serie de cuestiones que vienen arrastrándose desde hace
años, que entiendo que hay que debatir y que son incluso de
mayor calado que el propio modelo de calendario escolar, ya
que hacen efectivo el mismo al margen de su plasmación
formal.
¿Por qué no hablar sobre las jornadas de inicio y final de
los periodos lectivos que deben ser garantizadas con
independencia de que el Consejo Escolar puede programar una
cierta modificación de la actividad ordinaria en razón de la
debida autonomía de los centros y de las peculiaridades de
su entorno pero sin entender, como algunos pretenden, que
todo cabe bajo el paraguas de esta “autonomía”? ¿Por qué no
hablar sobre el periodo de adaptación de Infantil de 3 años
que, en la misma línea de lo comentado anteriormente sobre
la autonomía de los centros, se enmarque dentro de unos
criterios que no lleven ni a una disparidad grande o
propongan una prolongación a todas luces excesiva? ¿Por qué
no hablar de la unificación de los criterios y
rentabilización de los periodos lectivos en la jornada
escolar en la medida que existe una amplia diferencia en los
horarios acumulados entre la entrada y salida, duración de
los periodos lectivos, descanso entres ellos, etc., en
Secundaria? ¿Por qué no hablar de la posibilidad de
contemplar la no coincidencia de momentos evaluativos con
los finales de los periodos lectivos lo que puede provocar,
en no pocas ocasiones, una alteración del aprovechamiento
del tiempo escolar? ¿Por qué no hablar de que las propias
sesiones de evaluación no mermen en ningún caso los periodos
lectivos al hacerlas coincidir con éstos?
Al parecer no se puede hablar sobre estos y otros temas,
porque l único tema sobre el que se propone hablar en torno
a los tiempos escolares y su plasmación en el calendario
escolar es la acumulación, o no, de días no lectivos junto a
las vacaciones de semana santa.
La dirección provincial preocupaciones claras respecto al
calendario escolar y sus problemas para hacer que los días
lectivos sean efectivos. CCOO también tiene una idea clara
respecto del calendario escolar, aunque polarizada en una
sola cuestión.
Dimisión del director provincial
Abordo finalmente el comentario del secretario general de
CCOO que chantaba lo siguiente: “si nuestro director
provincial conservara un mínimo de dignidad habría dimitido
inmediatamente”. Le diré, para que le quede claro una vez
más, que el director provincial no sólo conserva un mínimo
de dignidad sino que tiene y le sobra la dignidad suficiente
como para no salir corriendo ante las dificultades; para
afrontar los problemas; para no escapar a las críticas y no
responder en el mismo tono de insultos que él le dedica y,
sobre todo, la dignidad suficiente para no achantarse y
buscar un acomodamiento que evite el acoso y derribo al que
le somete desde el momento en que alguien llamó a la sede de
la Dirección Provincial, lugar frecuentemente visitado por
entonces, preguntando por el Secretario General de CCOO y
oyó –supongo que será una leyenda urbana– aquella frase de
tan infausta noche: “ni está, ni se le espera”.
Hay demasiado ruido en torno a la Educación en nuestra
Ciudad. Y la culpa no es del mensajero. Es un problema que
nos debería preocupar a todos: la Educación de nuestros
hijos. Los profesionales necesitan la confianza y el sosiego
para afrontar la difícil tarea que tienen por delante sin
que ello impida trasladar sus necesidades y preocupaciones.
Necesitan imperiosamente la complicidad de los padres y un
apoyo de la administración, que tienen a pesar de lo que se
quiere hacer ver. La dirección provincial busca y desea el
acuerdo y la colaboración de todos los estamentos que
representan a la comunidad educativa, en el más amplio
sentido del concepto, para la resolución de los problemas
que afectan a la educación en Ceuta.
Tengo mis dudas que CCOO esté por la labor.
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