Y con ello entramos de lleno en el
nuevo curso futbolístico, que nos llevará eliminatoria tras
eliminatoria a dar la valía de todos y cada uno de nuestros
grandes equipos.
Varias incógnitas en el comienzo, pero la certeza de que
hasta el final llegan los que, de verdad, son los mejores,
por mucho que en ocasiones se quiera hablar de suerte y de
circunstancias similares.
En el camino de salida, como siempre, el Madrid y el
Barcelona, los dos grandes por excelencia de nuestro fútbol
y con ellos el Valencia que llegó a dos finales
consecutivas, no hace muchos años, y que luego se había
difuminado en las últimas temporadas, para resurgir ahora y
ya veremos hasta donde es capaz de llegar.
En principio debería tener un recorrido más corto, si
miramos sus últimas campañas en la liga española, pero una y
otra son competiciones diferentes y, ahora mismo, todos
parten con alguna posibilidad, o eso, al menos, se creen los
que actúan.
Ahora mismo, en el recién comenzado campeonato liguero, los
“ches” han empezado con más “solvencia”, en tanto que el
gran Barcelona, el que parecía invencible “hizo agua” en el
“herculazo”, y eso que estamos en la segunda jornada,
simplemente, con lo que pone las antenas orientadas hacia lo
que ha sido en las últimas dos campañas, pero que será
complicado que lo pueda repetir, también, en ésta.
Y el Madrid casi lo que se esperaba. No ha hecho un juego
brillante pero en dos encuentros no encajó ni un solo gol y
con el único tanto que ha marcado ya suma cuatro puntos. A
eso se llama saber aprovechar los goles que uno marca.
Sea como sea, y volviendo a Europa, lo cierto es que en esta
competición los fallos se pagan y a veces muy caros, con lo
que una mala noche le puede dejar a uno fuera de la andadura
hasta el final.
Vistas las cosas así, de lo que se trata es de que esa
tarde-noche tonta no se tenga en ninguna de las
eliminatorias directas y si es posible, tampoco, en la
liguilla inicial.
Hablando de esta liguilla, hay que admitir la capacidad
recaudadora de la UEFA, al haber hecho que equipos de
segunda fila puedan entrar aquí, aunque sólo sea para hacer
bulto y para que los dividendos sean mucho más altos, para
ellos y para los otros que van a seguir algunas
eliminatorias más.
La antigua Copa de Europa, con sorteo limpio, a lo que salga
y con eliminatorias directas, desde el comienzo, daba mucho
menos margen de error y, sobre todo, mucho menos dinero,
además de muchos menos encuentros importantes, con lo que
llegaban antes las decepciones, casi desde que echaba a
rodar el balón.
Y es que para algunos era comenzar y decir adiós. Ahora es
muy distinto y ya de entrada todos tienen asegurada una
buena cantidad de dinero, por participar, y según se va
avanzando suben los “ceros” en las cuentas corrientes.
Lo peor de este sistema es que, al final de temporada, los
equipos que llegan a la final, generalmente los que también
llegan a otras finales locales y con jugadores en sus filas
que llenan sus correspondientes selecciones, han sumado en
pocos meses tantos encuentros que terminan bloqueados y, en
el momento clave, los mejores no rinden, a veces, lo
esperado.
Así están las cosas. Así es el final, pero ahora lo que hay
que resaltar es que se ha comenzado la ronda de Europa,
cuando en la competición liguera de España van dos jornadas
en primera división y tres en las restantes categorías.
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