PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 15 DE SEPTIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Las contraindicaciones y los políticos
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Después de unas vacaciones algo prolongadas facilitadas por nuestra independencia laboral (el tiempo de tener que aprovechar el permiso para disfrutarlas ya se acabó) y de haber tenido una avería en nuestra herramienta de trabajo, el ordenador, que también nos ha paralizado nuestra actividad informativa (la lectura de la prensa local y nacional diaria, por ejemplo), nos vemos de nuevo abocados a la tarea de rellenar folios y enviarlos a la redacción de nuestro periódico para su publicación. Y hoy nos ha dado por las contraindicaciones de los políticos o, lo que es lo mismo, nos vamos a permitir señalar ciertas actuaciones de éstos que nos obligarían a disuadir de la utilidad para la que fueron elegidos, políticamente hablando.

Y así vemos a políticos corruptos que, en cuanto llegan a desempeñar un cargo, lo convierten en “imposición a plazo fijo”, o sea, obtienen una rentabilidad sin más esfuerzo o dedicación que el de utilizar corruptelas, tráficos de influencia, admisión de obsequios valiosos, comisiones por “encargos” de ciertos “trabajos”, en fin, una amalgama de actuaciones que, aun cuando de naturaleza contraria o distinta, sirven para obtener los frutos deseados. Luego presumen de ser personas “honestas y austeras” (¿).

Habíamos dicho contraindicaciones porque con los políticos (por suerte para los votantes del pueblo llano que cree o no en lo que ellos dicen antes y hacen después de las elecciones) no en todos se dan estas circunstancias y así los podemos comparar, por ejemplo, con los medicamentos que te sirven para bajar, cuando alcanzan determinado grado, los niveles de colesterol, de glucosa, de acido úrico o para remediar cualquier dolencia reumática y se encuentra uno con una sarta de recomendaciones por lo perjudicial que puede resultar la ingesta de una prescripción con otras dolencias que se pudieran padecer y que acarrearía otra alteración de la salud. Y vemos como se recomienda no tomarlo si se es alérgico a tal o cual medicamento, si se ha ingerido alcohol, si ha tomado fármacos anti-depresivos, si padece enfermedad hepática grave, si tiene dificultades respiratorias, si está en tratamiento de ciertos antibióticos … o sea, la intemerata. Pues lo mismo habría que hacer con los políticos: ponerles un régimen de contraindicaciones en el reglamento electoral como, por ejemplo, la prohibición de utilizar un Mistere para sus viajes particulares, la prohibición de hacer negocios desde los despachos oficiales, el uso y abuso del poder cuando se exceden las facultades y atribuciones que tienen conferidas, la prohibición de pertenecer a consejos de administración de empresas públicas o privadas en las que pudieran darse casos de influencia, la admisión de regalos consistentes en joyas, vehículos de alta gama, solares o participaciones empresariales. Exigirles, también, una declaración de patrimonio contrastada con los registros oficiales de esos patrimonios, de bienes muebles o inmuebles y de imposiciones a plazos fijos o cuentas corrientes en entidades bancarias, en España o en el extranjero y otros muchos etcéteras que podríamos enumerar. Así se evitaría que gente como Ernest Benach, de Ezquerra Republicana de Cataluña, que “debió pensar que un cargo como el suyo merecía disponer de un coche propio de una estrella de cine, seguramente porque en sus inicios como barrendero y jardinero –con todos nuestros respetos a los nobles oficios de limpiar calles y cuidar nuestros jardines- nunca pensó quien podía llegar tan alto viniendo de tan bajo, no tuvo por menos que subirse a unas cuatro ruedas dignas de transportar a Bill Gates: un Audi A-8 Limusina” de 130.000 euros con adicionales (léase el ”Negocio del Poder” de Federico Quevedo y Daniel Forcada). Es el botón de la muestra, aun cuando existen algunos que se dedican a presumir de ocupaciones y, en legislaturas diferentes, se han hecho acreedores de distintas profesiones: ingeniero sin terminar la carrera o piloto. Y otros, como nuestro presidente del Puerto, que se dedica a facilitar estadísticas camufladas para acreditar su “buena gestión” confundiendo porcentajes de incrementos de tráfico con el número de barcos, pasajeros o mercancías entrados y salidos del puerto.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto