La familia de una paciente renal, Fatma Mohamed Laari, que
lleva tres años acudiendo a sesiones de hemodiálisis tres
veces por semana, denunció ayer que la ambulancia que había
de retornar a su domicilio la dejó a 500 metros de la puerta
de su casa.
La paciente tiene sesenta años y reside en la barriada de
Príncipe Alfonso. Según el relato de su hijo, la ambulancia
no quiso adentrarse hasta la puerta del domicilio y dejó a
la mujer en la carretera, a la distancia antes indicada, por
lo que cuando regresó a casa la encontró ayudándose de una
vecina también mayor para poder llegar hasta su casa.
Según continuó relatando la familia, la mujer llegó bastante
agotada hasta el domicilio y tuvo que ayudarse de la vecina
debido a su avanzada edad y a los mareos que le producen las
sesiones de varias horas ligada a la máquina dializadora que
drena su sangre.
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