Todos esperamos que, tras las
elecciones catalanas, la Cúpula Pepera ponga toda la carne
en el asador y el pescado en la parrilla, para exigir por
todos los medios un adelanto electoral. Y somos conscientes
de que Mariano Rajoy, tiene que rizar el rizo o hacerse el
alisado Yuko japonés, para bordar el papel que le ha tocado
en suerte.
Porque su responsabilidad duplica a la de cualquier cargo y
siempre, por las circunstancias de su elección, será mirado
y examinado con especial suspicacia. No podemos olvidar que
Rajoy no ha sido jamás un cargo electo, sino que surgió
directamente del dedo de Aznar y luego se apañó la
legitimidad en un congreso “a la búlgara”. Todo muy en plan
PP y siguiendo la estela de Don Manuel (Fraga) que prefería
elegir directamente a quienes despertaban sus simpatías para
ahorrarse el gasto y las incomodidades de un congreso donde
se presentaran varios aspirantes. Pero no es una crítica,
sino una cariñosa aseveración, porque yo soy muy cariñosa y
muy entrañable y tampoco hemos de olvidar que, al Partido
Popular aún le quedan “tics” de tiempos pasados y sigue
primando la sucesión caprichosa del liderazgo y el amiguismo
más funesto. Son aristas que limar y discordancias que
atemperar, tampoco vamos a ser “siempre” absolutamente
perfectos y maravillosos, de hecho, Ruiz Gallardón existe.
Hay que apretar un adelanto electoral para que “estos de
ahora” no nos busquen más ruinas ni regalen más aviones a
Mauritania. Ya saben, insistir en plan “aprietacojones” y
encima asegurarle a los sindicatos que se les seguirá
pagando su jornal y se mantendrá el número de liberados. Es
innegable que nuestro sindicalismo vertical y dependiente de
la teta del Gobierno es muy positivo porque, quitando la
próxima huelga general, dan muy poca tarea y son
cuiriosamente no-conflictivos en un país con cinco millones
de parados y varios millones más de criaturas pasando
hambre. ¡Ay si Nicolás y Marcelino levantaran la cresta!.
Pero, el énfasis en anticipar las elecciones no significa
que el actual equipo del PP pase del electorado como de la
mierda. Por mucho que su política natural sea de WC, es
decir que, a los electores, cuando se nos necesita se nos
utiliza y el resto del tiempo damos asco. Su política
natural hasta ahora. Porque ya no puede ser la misma.
Comprendo que premiar con puestazos a pelotilleros,
allegados, fieles vasallos y coleguitas de lealtad hasta la
muerte, ese dispendio de Dedocracia viene a significar una
sublimación del ego del lider. Pero la actual Sociedad
Civil, saturada por los abusos y los excesos del
politiquerío, al que ve como un mal necesario, ya no traga
más política de “Cipote de Archidona” Refresco la memoria a
los de otra generación, porque la historia trágica del
genuino “Cipote de Archidona” hizo correr ríos de tinta allá
por los setenta y motivó la intervención del mismo Camilo
José Cela. Verán, una pareja de novietes en un cine de
Archidona, tocamientos en la oscuridad propiciados por la
calenturienta represión reinante, la muchacha se enardece,
el muchacho apunta y una rociada aterriza sobre la cabeza
del espectador de la fila de adelante. ¡Oprobio, aberración
y escándalo público! La pareja rijosa detenida y conducida
al Cuartelillo por la Benemérita. Intervención de la
Brigadilla y del padre cura. Y un cateto guasón que va y
filtra la noticia a la prensa de la época con todo lujo de
detalles y van y lo publican. ¿Adonde vamos a llegar? La
víctima de la eyaculación fulgurante pidiendo “la
indemnización” y criticando con furia la puntería del
salido.
Y Camilo José Cela proponiendo un homenaje al novio cateto
en forma de escultura llamada “El cipotillo de Archidona” y
calentando al público masculino para que portaran en el ojal
de la chaqueta cipotillos de oro y plata, según las
capacidades de cada cual.
Pues bien ¡Basta ya de certeros cipotillos de Archidona a la
hora de elegir a los líderes y estos elegir a sus allegados
señalándoles con puntería como ministrables! Rajoy está.
Pero su panda de verdiales no tiene por qué estar. Queremos
a Rodrigo rato de Superministro y a Mayor Oreja de
Superministro también y a Zaplana y a la magnífica Isabel
Estapé en lugar de Albertín y a su esposo, el sabio Enrique
Rojas en Sanidad y a un teniente general en defensa (los
experimentos con gaseosa y un príncipe de la milicia no es
de los que se compran fincas en Santo Domingo). Queremos a
excelentes y no a amiguetes ¿Se figuran a Vivas en Fomento o
a Imbroda en Trabajo? Superguay. Y de Justicia a un Gómez de
Liaño que quita el sentido. Y nunca renunciar a Jiménez
Losantos. Ni al magnífico Paco Vázquez aunque sea como
independiente. Números uno tenemos y nos sobran. Excelentes
hay para regalar. Aunque los Excelentes no sean pelotas,
porque no les hace falta, ni vasallos porque no les sale de
los cojones.
Nuestro Rajoy tiene una enorme responsabilidad y quien
quiera la política del genuino Cipote de Archidona, que se
ponga un pins con el cipotillo en la solapa. Pero el dedo y
el certero cipotillo mejor en la solapa y en el bolsillo. Se
acabó el apuntar a otro lugar que no sea la ranura de la
urna a la hora de depositar la papeleta con el nombre del
electo. Como Dios manda.
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