Con imames de nacionalidad marroquí en ambos casos,
similares prédicas por el Rey marroquí como Comendador de
los Creyentes que es para los fieles de la zona, idéntico
ritual y parecidos sermones llamando a la bondad y la
concordia, los musulmanes ceutíes volvieron a celebrar ayer,
sin embargo, divididos, la fiesta de Eid Al Fitr, el final
de Ramadán, en dos Musal-la.
Tampoco pudo ser esta vez. Un 10% de los aproximadamente
40.000 ceutíes que componen la comunidad musulmana de la
ciudad autónoma volvieron a celebrar ayer a primera hora de
la mañana divididos en dos convocatorias distantes apenas
medio kilómetro, por tercer año consecutivo, el rezo
colectivo al aire libre con el que se festeja el final del
mes sagrado de ayuno musulmán. Según fuentes policiales la
Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDCE), que agrupa
a la mayoría de las entidades musulmanas locales, reunió en
Loma Margarita a unas 2.500 personas. Luna Blanca, Badr y
otras entidades islámicas a las que aglutina la defensa de
la tradición religiosa local vinculada a la región frente a
la presunta amenaza de la UCIDCE, a algo más de medio millar
en el entorno de la mezquita de Sidi Embarek.
Los dos grupos oraron ante imames de nacionalidad marroquí (Mohamed
Kanjja en la explanada militar; Mohamed Zaqlul al lado del
templo del que es imam principal desde que Liazid se fue en
marzo pasado) y en ambos rezos se oyeron las tradicionales
prédicas por Mohamed VI como Amir al Muminin, Comendador de
los Creyentes. Escucharon sermones parecidos a favor de la
convivencia y siguieron casi el mismo ritual.
Unos y otros reconocen que lo ortodoxo sería celebrar una
Musal-la en la que todos los musulmanes que así lo deseen
puedan rezar juntos, pero sus divergencias sobre el papel
que le corresponde en Ceuta al Habús, el Ministerio de
Asuntos Religiosos del país vecino, a la hora de elegir
imames o decretar la apertura o cierre de mezquitas les
distancia. Luna Blanca y compañía consideran que es normal y
positivo que lo haga; la UCIDCE, que es una injerencia.
No obstante, ayer hubo pequeños cambios en los rezos. Creció
el número de asistentes a ambos, más visible, con la
mezquita cerrada, en Sidi Embarek. En Loma Margarita
desaparecieron las banderas españolas que en ocasiones
anteriores rodeaban el espacio para el rezo y se suplieron
por carteles con los nombres de las comunidades federadas en
la UCIDCE, que trajo a un traductor de Madrid para
retransmitir en castellano el sermón de su imam por
televisión.
El Gobierno local y la Delegación del Gobierno tampoco
siguieron el rezo, como otras veces, a escasos metros de los
fieles. Sólo aparecieron cuando había terminado el acto
religioso y únicamente en Loma Margarita (la organización de
Sidi Embarek distribuyó el jueves octavillas “rogando” a los
políticos que no pasasen por allí). En una breve alocución
ante la leche con canela y los dátiles Vivas lamentó las
“polémicas” que enturbian la “natural celebración” en Ceuta
de festividades cristianas, judías, hindúes y musulmanas.
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