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OPINIÓN - JUEVES, 9 DE SEPTIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / ESCRITOS CABALLAS

Feria de un cuarto de siglo
 


Javier Cherllarám
javiercherllaramt@elpueblodeceuta.com

 

Traigo este recuerdo a esta columna, por que aquella feria de hace 25 años, en 1985, estábamos relamiendonos unas heridas que la verdad, es que algunas físicas no dolían como las del sentimiento y el remordimiento. Mi padre empezaba su periplo de Hospitales, médicos, curas, consultas, ambulancias de traslados y al ver si afán de superación y su sufrimiento, nos dejaba a todos descompuestos. Es una tristeza que nos unió a todos en casa, ya estaba yo apuntado a la Cruz Roja del Mar, para a través de la Armada, servir de marinero, viendo el panorama, no estaba la cosa para salir otro año por ahí a las aventuras, venía de Madrid y las cañas se volvieron lanzas y como el sol, cuanto más lejos mejor....  Llegaba Feria y bajamos todos juntos, tal era el sufrimiento, que ninguno echó huevos para decir, yo me voy por ahí, yo amanezco a las siete de la mañana, de día, que si basca y colocones, todos preferimos bajar juntos, algunos cacharritos, algun refresco, las tombolas de las grúas, y al final al ver la sonrisa a mi padre en la cara, nos fuimos todos de regreso a casa, el nos iba abrazando por el camino a todos y estaba feliz y contento, cuando poníamos una peli del video-club todos se alegraban de la vuelta del hijo pródigo a casa, Javier estaba ya aquí tras la aventura de los madriles, el que me ofreció Madrid y el cielo, al final me echaba el cerrojo de casa a las diez , como mi Ceuta ni hablar, cogí los bartulos y me fui a un Hostal, no porretas ni colocones, simplemente ser como era en Ceuta, ni excesos ni euforias y eso no me lo iban a quitar. Esta era una reflexion sentimental, cuando regresaba el ultimo día a casa , a las ocho y pico de la mañana de Feria, pasaba un joven corpulento con mucha cabeza, con los ojos rojos diciendo que iba a matar a alguien, solo le dije que se sentara en un banco, cuatro horas y recapacitara, hay otro parecido en los pisos del Recinto, mucha cabeza, muy grandote, creo que se carga una botella en el poblado, para ponerse a tono, . A estos borrachines de pacotilla, les traigo esta reflexión, de cuando uno valora la vida y se agarra a ella, lo demás lo ves superflúo.
 

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