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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 8 DE SEPTIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

La siesta de los políticos
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Durante meses, nada más que se habló en Ceuta de las manifestaciones diarias, fomentadas por Comisiones Obreras y amenizadas por el personal de la protesta con diversos instrumentos ruidosos, capaces de destrozar el sistema nervioso de los ciudadanos. A continuación, cuando apenas nos habían dejado respirar un poco las huestes lideradas por Juan Luis Aróstegui, comenzaron su algarada los inmigrantes cameruneses. Los cuales han puesto de moda un arma que pronto va a hacer furor en otras manifestaciones: el cartón.

Muchos cartones golpeados contra el suelo han evidenciado que pueden influir negativamente en el carácter de la gente. Así que no sería aventurado pronosticar que, por dicho motivo, puedan colapsarse las consultas médicas de la Seguridad Social. Mientras tanto, así como quien no quiere la cosa, el gobierno de la ciudad ha entrado en el tramo final del verano disfrutando de la comodidad soñada por quien está al frente de él. Aquí se podría decir, sin que sonara a extraño, que el aburrimiento es el primer requisito que todo político desea que cunda alrededor de su gestión. Y seguramente, si se le preguntara al respecto a Juan Vivas, éste podría muy bien responder lo que alguien dijo en su día:

-Un buen gobierno es como una digestión bien regularizada: mientras funciona, casi no la percibimos.

Es lo que está ocurriendo con el gobierno presidido por Juan Vivas. Donde casi todos sus miembros sestean de lo lindo, sin dejar de observar las muchas dificultades que se le han ido presentando al Delegado del Gobierno durante la canícula. Aunque conviene decir que José Fernández Chacón está respondiendo perfectamente en la parte que le corresponde. Que no es tarea fácil, dado los tiempos que corren.

Pero volvamos a los políticos locales, metidos de lleno en ese sesteo al que me refería. Un sesteo que lleva incluido el dormir una “siesta profunda y desconsiderada, una siesta terca y antigua y abacial”. De la que se vienen despertando a las tres horas, tras haber soñado que irán nuevamente en las listas electorales y, por tanto, que tienen más que aseguradas una consejería o, en el peor de los casos, una viceconsejería; en ese gobierno futuro que Vivas dice podría tener cabida la experiencia con algunas novedades.

Ni imaginarme quiero, créanme, la cara de tonto que se les va a quedar a los políticos que se vean excluidos de pertenecer a ese empleo de tanto provecho y poco trabajo. Pues los dineros que ganan, salvo excepciones, están muy por encima de la labor que desarrollan. Dineros que no volverán a ganar en ningún otro empleo lejos de la política activa.

Desde hace un tiempo, vengo observando que los políticos del gobierno presidido por Vivas se ponen de los nervios cuando son criticados. Y lo primero que se les ocurre es hacer comentarios contra el columnista; comentarios malsonantes y de tintes fascistas Ya lo dijo Albert Boadella hace algunos años: “Un político es un hombre al que no le gusta la crítica; por instinto, sería fascista”.

En fin, lo último que he sabido es que hay un cargo que se dedica a susurrar al oído de ciertos periodistas lo siguiente: “Sí os portáis bien, durante un tiempo, podréis tener la oportunidad de obtener un empleo con nosotros”. ¿Quién será la persona a la que se le achacan maneras tan democráticas y constructivas?
 

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