El vicepresidente segundo de la ciudad autónoma de Meilla,
Miguel Marín reconoció que en “lo que estamos todos de
acuerdo es que los jóvenes tienen diversas formas de
divertirse y una de ellas, y esto no sólo ocurre en Melilla
sino a nivel nacional, es el conocido botellón”.
El vicepresidente primero de la Ciudad Autónoma quiso dejar
claro que el Gobierno no prohíbe el botellón sino que busca
“conjugar el ocio y la diversión de los jóvenes con el
derecho de los ciudadanos a descansar en sus casas, de una
manera cómoda y sin que se les moleste”.
Compatibilidad
En este sentido, el número dos del Ejecutivo melillense
recalcó que “entendemos que es perfectamente compatible que
los jóvenes hagan su botellón con que no se moleste a los
vecinos y eso es lo que intentamos que se produzca desde el
Gobierno”.
Elección de un espacio
Preguntado sobre la idoneidad de buscar una zona de Melilla
donde crear lo que en otras localidades, como Granada, se ha
venido en llamar ‘botellódromo’, Miguel Marín respondió que
sería interesante estudiar esta posibilidad pero que serán
finalmente los jóvenes quienes elegirán dónde irán, porque
estos han ido variando sus preferencias con el paso de los
años.
El vicepresidente de la Ciudad dijo que “yo creo que sería
bueno que hubiera un espacio en la ciudad donde los jóvenes
puedan divertirse y los jóvenes tengan un espacio de
reunión, y además donde no se moleste al ciudadano, sería
interesante”.
Decisión
En cualquier caso, admitió que “no tenemos pensado ningún
sitio, pero sería cuestión de analizarlo, verlo y al final
son los jóvenes los que deciden”.
Por último, El vicepresidente segundo de la ciudad autónoma,
Miguel Marín resaltó que “no consideramos a los jóvenes un
rebaño de borregos, sino que deben actuar libremente, y yo
creo que en Melilla, a lo largo de estos últimos años, han
sido numerosos los sitios en los que han cambiado de lugar
de reunión”.
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