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OPINIÓN - LUNES, 6 DE SEPTIEMBRE DE 2010

 
OPINIÓN / EDITORIAL

¿Órdago o debilidad de los terroristas?

El quinto alto al fuego anunciado por la banda terrorista ETA en la historia democrática de España aparece sembrado de luces y sombras y vuelve a dejar tras de sí un rastro de escepticismo y débil esperanza en las sociedades vasca y española. ETA no aclara si el alto al fuego es temporal o permanente, no plantea su desarme definitivo y tan siquiera ofrece un cese de las hostilidades verificado internacionalmente, como le reclamaba hace tan sólo unos días la izquierda abertzale y Eusko Alkartasuna. Lo que parece altamente improbable es que la banda terrorista, con una trayectoria sanguinaria y obcecada, esté ofreciendo una rendición incondicional. Y si existen condiciones, ¿bastaría con el acercamiento de los presos a las cárceles del País Vasco y la derogación de la Ley de Partidos, como planteaban las dos formaciones referidas en el comunicado filtrado hace tan sólo unos días? ETA también podría tener en marcha una huida hacia adelante. Los golpes policiales a su estructura militar, la intensificación de la colaboración francesa con el Estado español, el intento abortado de trasladar su base de operaciones a Portugal, ponen en un brete a la banda del que seguramente le será difícil salir. Pero el anuncio de la organización terrorista y los movimientos dentro de su brazo político también podrían estar inspirados por el oportunismo. La izquierda abertzale podría estar simplemente allanando el terreno para no volver a quedar fuera de los próximos comicios municipales y autonómicos, una exclusión que marcó el inicio del fin de la hegemonía nacionalista en Euskadi. Y en todo caso, sea cual sea el desenlace de esta nueva tregua, ninguna de las decisiones que tome el Gobierno y el Parlamento podrá adoptarse sin abordar de manera clara y sin fisuras la reparación debida a las víctimas. Sería una buena noticia que este país pudiera solucionar por fin un problema enquistado desde hace décadas. Pero la experiencia demuestra que, sin desarme, podría tratarse de un nuevo brindis al sol.
 

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