Ceuta.- El cabo de Regulares
Abselam Ayad compagina sin fisuras la vida militar, en
ocasiones sometida a duras pruebas físicas y a misiones que
pueden resultar extremas, con la práctica del ayuno del mes
sagrado musulman del Ramadán. Este mando de Regulares
declara que “los primeros días sin comida y agua son
especialmente duros, pero después el cuerpo se acostumbra”,
y explica que el mencionado ayuno “puede romperse sin
problemas” en casos en los que la salud personal se
encuentre en peligro y en misiones extremas en las que las
que puedan perderse vidas humanas. “El ayuno detenido
siempre se puede reiniciar, pero una vida que se pierde ya
no se va a poder recuperar nunca más”, afirma Abselam Ayad.
Pregunta.- ¿Cómo se vive una celebración como la del mes
sagrado del Ramadán en la vida militar?
Respuesta.-No se nota ninguna diferencia con respecto a
cualquier otro día ‘normal’ del calendario. Los musulmanes
que practicamos el ayuno nos encontramos muy a gusto en todo
momento porque nuestros compañeros siempre se han portado y
se portan muy bien con nosotros.
P.-En la vida militar, que es una vida de entrega
constante a los demás... ¿Qué supone un mes en el cual hay
que entregarse todavía más al prójimo?
R.-Nosotros nos entregamos a los demás siempre sea cual sea
la época del año. Al prójimo se le ayuda durante los doce
meses. En esta época lo que sí que nosotros realizamos es un
sacrificio extra con respecto a la vida cotidiana.
P.-¿Cómo se enfrenta al ayuno en las actividades diarias
de la vida militar? ¿Cómo se afrontan los ejercicios, las
simulaciones y las en general duras pruebas físicas a las
que ha de enfrentarse cada día un militar con el estómago
vacío y sin poder beber agua?
R.-Los primeros días de ayuno suelen ser siempre muy duros.
Por suerte, el cuerpo al final termina por acostumbrarse y,
a partir de este momento, ya todo se presenta muchísimo más
llevadero y el tener que guardar el mencionado ayuno
mientras se trabaja se convierte en un esfuerzo que se puede
realizar sin problemas. Cada uno tiene que llevar a cabo su
trabajo diario de la mejor de las maneras posibles y
adaptarse a su situación particular en el mes del Ramadán.
P.-¿Y cómo se afronta, practicando el ayuno, un desfile
o, por ejemplo, un acto como un Viernes de Regulares en el
cual es preciso permanecer varias horas de pie y al sol?
R.-Depende del personal que haya ese día o del calor. Pero
todo se puede llevar. Y, como he comentado, los primeros
días suelen ser más duros: después, el cuerpo se acostumbra.
P.-El Ramadán es una época para la purificación del
espíritu en la que la voluntad queda fortalecida por el
sacrificio del ayuno. ¿Cree que es beneficiosa para su
carrera profesional? ¿Piensa que el Ramadán puede ser una
preparación para las duras pruebas de la vida militar?
R.-Desde luego, en un momento de conflicto en el que tuviese
que vivir sin agua y sin pan creo que estaría bien preparado
para afrontar esos días de escasez de alimentos y de
bebidas. Sin embargo, para la vida diaria militar, el
Ramadán es únicamente una ayuda espiritual, un ejercicio
espiritual.
P.-¿Realiza paradas en su actividad militar diaria para
llevar a cabo oraciones?
R.-Si el servicio lo permite, uno se detiene siempre que
pueda cinco minutos para rezar. Pero sólo siempre que sea
posible.
P.-Si tuviese algún problema de salud durante algún acto
militar o durante alguna misión... ¿Podría romper el ayuno
por dichas razones de salud?
R.-Completamente. La religión islámica permite, en casos
extremos o incluso en casos que no sean especialmente
extremos, que se detenga el ayuno. Cuando alguien se siente
incapaz de practicar dicho ayuno debe dejarlo y comer y
beber lo que le haga falta siempre respetando la religión.
P.-Si se viese obligado a enfrentarse a una misión
peligrosa como, por ejemplo, un incendio, que en esta época
todavía son un riesgo que hay que tener en cuenta... ¿Cómo
afrontaría el ayuno? ¿Rompería con el ayuno en un caso
extremo en el que peligrasen vidas humanas?
R.-Salvar vidas humanas siempre es lo primero. El ayuno
siempre se puede volver a reiniciar si se detiene, pero una
vida que se pierde ya nunca más se puede recuperar. La vida
humana está antes que nada. Esto es también entregarse al
prójimo, que es algo para lo que nosotros vivimos.
P.- Mañana martes se va a celebrar el día grande los
Regulares. ¿Están preparando algún evento especial con este
motivo?
R.-Desplegaremos un desfile especial para la ocasión ya que
la Ciudad va a dedicar una Medalla de Oro al Grupo de
Regulares. Va a ser un día conmemorativo y muy importante
para nosotros y del que, estoy seguro, vamos a estar muy
orgullosos. |