En nada tienen que coincidir o
hacerse los unos dependientes de las otras, por mucha fe que
uno tenga o por mucha influencia que la política quiera
ejercer sobre todo lo demás.
La ciencia es otro cantar, pero dentro de su terreno y no
tratando de copar todo o de hacer que todas las áreas estén
sometidas a los espectros científicos que, a veces, puedan
fallar.
Y acaba de darse un elemento, no creo que podamos hablar de
principio, por parte de Stephen Hawking, cuando trata de
descartar a Dios como creador del Universo, en el libro que,
cuando esté en el mercado, llevará por título The Grand
Design.
Naturalmente que quien esto afirma, ya veremos con qué
argumentos, no es un cualquiera, sino una primera figura en
el mundo de la Astrofísica, pero de ser un conocedor
profundo de lo científico, en su rama, a pasar la barrera de
la propia Ciencia, para negar otras interioridades, va un
abismo.
Lo que ha sucedido es lo que cualquiera, de una forma
sensata, podría esperar y es que las iglesias, las
creencias, todas, han salido frente a esta afirmación,
veremos con qué argumentos, y condenan, de plano, la postura
de Hawking.
Además no se han hecho esperar, en primer lugar las
respuestas de líderes teológicos o filosóficos sosteniendo
la “intimidad” que representa la creencia en Dios.
En el propio terreno de Stephen Hawking, el astrofísico y
además teólogo, David Wilkinson, ha afirmado:”El Dios en el
que creen los cristianos es un dios íntimamente involucrado
en todo el momento de la historia del universo y no sólo en
sus comienzos”.
Me da la impresión de que a Hawking se le han cruzado
demasiado las ecuaciones, los números y todas sus
operaciones, hasta dejarle metido, únicamente, en ellas y
sin salidas para ver todo lo demás que nos está afectando a
los demás y al propio mundo.
De todas las manifestaciones vertidas en los últimos días
sobre esta escandalosa afirmación, tan sólo, hay una que se
acerca y “apoya” la postura de Hawking, es la del biólogo
ateo Richard Dawkings, que ha declarado:” El darwinismo
expulsó a Dios de la biología, pero en la física persistió
la incertidumbre. Ahora, sin embargo, Hawking le ha asestado
el golpe de gracia.
Naturalmente no se podría esperar otra interpretación, en
este sentido, de Dawkings, pero habría que preguntarle, qué
es lo que representa hoy el darwinismo, a parte de una
corriente que tuvo sus seguidores, pero que ahora no está
secundada por normas de peso indiscutible.
Otro tanto, y a corto plazo, podrá pasar con las
afirmaciones científicas de Stephen Hawking, y muy
especialmente con esa afirmación en la que niega la
existencia de Dios.
Y es que, no me cabe la menor duda, a mí que no me he
doblegado nunca a las creencias, sin más, pero que he
mantenido, cuando menos, un riguroso respeto hacia “la
Escrituras”, que en nuestros días se ha descartado y se
siguen descartando todos aquellos principios que no pueden
organizarse en un crucigrama cerrado, de números y de
ecuaciones.
Y lo que no sé es donde, esos genios, van a colocar el poder
de la mente, la intuición, el “corazón” y todo aquello que,
hasta hoy, no se ha podido “medir” o encuadrar con una regla
y un cartabón.
Valoro al científico St. Hawking, pero rechazo sus
afirmaciones sobre la negación de la existencia de Dios.
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