La Ciudad inició ayer una labor de desinfección de los
aledaños de la iglesia de San Francisco, que según el
informe de Sanidad se habían convertido en un foco de
“riesgo higiénico-sanitario” al ser utilizados como urinario
por los inmigrantes que duermen en la plaza. La zona se
desinfectó en una labor coordinada por el viceconsejero de
Equipamiento Urbano y supervisada por el presidente de la
Ciudad. Las tareas del Ejecutivo autonómico se extienden
también a una vigilancia especial por parte de la Policía
Local, mientras la Delegación del Gobierno trabaja en la
elaboración de una resolución definitiva para aplicar a este
caso.
La Ciudad ha incrementado “considerablemente” los medios de
limpieza en la plaza de los Reyes, donde se asienta el grupo
de inmigrantes que protesta por la falta de resolución de
sus expedientes de expulsión o regularización. La medida se
ha adoptado a raíz de un informe que, tal como adelantó este
diario en su edición de ayer, se había solicitado a la
Consejería de Sanidad, al igual que se hizo con las de
Gobernación, medio Ambiente y Fomento, respecto a las
repercusiones que en cada uno de estos ámbitos tiene la
protesta que protagonizan unos 70 subsaharianos y que les ha
llevado a pernoctar en la vía pública.
Del informe del departamento de Sanidad se deduce, según
explicó ayer la consejera de Medio Ambiente y portavoz del
Gobierno, Yolanda Bel, que “si persiste esta situación, hay
riesgos de problemas higiénico-sanitarios”. El principal
foco de peligro desde el punto de vista de la salud pública
se ha descubierto a los pies de la fachada de la iglesia de
San Francisco. Se trata de una zona en obras de tierra
protegida por una valla que los subsaharianos habían
utilizado como urinario y en la que “por mucho que se
limpiara, el olor persistía”.
Por ello, lo que se ha hecho “inmediatamente” es desplegar
un dispositivo de limpieza y desinfección que se llevó a
cabo durante la mañana de ayer bajo la coordinación del
viceconsejero de Equipamiento Urbano, Gregorio García
Castañeda y supervisada por el presidente Juan Vivas. La
franja de tierra que se encontró plagada de excrementos fue
primero rociada con un desinfectante y neutralizador de
olores. Tal como indicó el viceconsejero, con posterioridad
se retiró la arena sucia, para volver a rociar la superficie
esta vez con zotal. Por último, se cubrió la zona con
sepiolita, una arena absorbente.
Por otra parte, y “dentro de lo que le permiten sus
competencias”, advirtió Bel, la Ciudad ha intensificado
también la presencia de efectivos de la Policía Local, que
el pasado viernes colaboraron con el Cuerpo Nacional de
Policía en la retirada a los inmigrantes de los cartones y
otros elementos con los que hacían ruido para aumentar el
impacto de sus protestas. La Policía Local se encarga de
vigilar de forma especial la zona y de evitar que los
concentrados en la céntrica plaza vuelvan a generar
problemas similares a los que se han registrado.
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En caso de que cometieran un delito, “irían a Los Rosales”
Mientras la Ciudad colabora con la
Delegación del Gobierno en el abordaje de la situación
creada por las protestas de los inmigrantes, la institución
gubernativa continúa trabajando en la elaboración de una
resolución que permita acabar con el problema siguiendo los
procedimientos legales que corresponda. Por el momento, ya
se ha procedido a la apertura de actas de infracción de la
Ley de Seguridad Ciudadana a los subsaharianos que llevan a
cabo las protestas.
Tal como han señalado en Delegación del Gobierno, las
sanciones económicas a que puedan dar lugar estas denuncias
son acumulativas y aunque ahora se declaren insolventes, en
caso de que alguno de los inmigrantes lograra en un futuro
su regularización en España, habría de hacer frente a la
deuda para obtener el permiso de residencia. Desde la
Delegación se advierte asimismo de que en caso de que alguno
de los manifestantes cometiera un delito “iría a la prisión
de los Rosales”, nunca a un Centro de la Península.
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