Es el primer obsequio que he
recibido, nada más llegar al instituto “Siete Colinas”, para
comenzar a hacer los exámenes de septiembre.
Y a fe que no tiene desperdicio, a su manera, por supuesto,
esta pizarra, por cuanto viene marcando una línea similar a
las anteriores, en esto no hay vaivenes, especialmente en lo
que se refiere al director provincial de Educación.
Yo que no tengo casi nada a favor de los políticos, sí que
tengo mucho a favor de los profesionales y lo que he dicho
muchas veces lo vuelvo a decir ahora, Aquilino Melgar,
aunque con un cargo político, es un profesional, con años de
servicio en la enseñanza y algo debe saber de esto, sin duda
más que la mayor parte de los sindicalistas, incluidos los
liberados.
Sobre la portada de “La pizarra” habría que matizar muchas
cosas y si se empieza matizando algo que no es muy matizable,
habrá que darle respuesta a esos de la “matización”.
Se dice en portada:”Un gesto de chulería que no puede salir
gratis. A traición y con alevosía, se cargaron la Semana
Blanca”.
Errores los puede haber, si es que los ha habido, pero el
término chulería sobra aquí, y más cuando se trata de
personas correctas, que es en el ámbito que yo coloco al
actual director provincial de Educación.
Y sobre la traición habría mucho que hablar, pues desde hace
más de un año, con reuniones, discrepancias de opiniones y
demás, se ha venido tocando este asunto que, al final, ha
llegado a donde se esperaba, porque o somos unos hipócritas
o deberíamos haber previsto ya que eso que se ha dado en
llamar Semana Blanca llegó un día, no hace demasiados años,
por unos caminos que para nada tenían que ver con la
enseñanza y ahora vuelve a lo que antes fue: el trimestre
similar a como es en Extremadura, Madrid, Castilla-León o
Asturias.
Y hay algo más, la desaparición de la Semana Blanca ni
aporta, ni quita días de clase, todo queda en el mismo
número, pero repartido de diferente manera, con menos
opciones para darse “unas minivacaciones” fuera de Ceuta,
pero sin quitar, ni añadir un día más a las clases.
En esto, que es lo que más alboroto puede ocasionar, CCOO o
su revista no aportan nada nuevo que no se sepa, y las
calificaciones que sobre eso se hacen ni son justas, ni
defendibles por quienes quieren tratar los asuntos con
equidad que, de ordinario, no es el caso de CCOO.
En varios de los demás apartados que nos aportan, no tengo a
mano una documentación fiable, para dar o quitar razones,
pero claro, cuando el tema central se trata como se ha
tratado aquí, todo lo demás, para mí, al menos, no es fácil
creerlo y defenderlo.
Con todo y sin estar de acuerdo con CCOO, porque nunca lo
estuve y dudo que lo vaya a estar en el futuro, si no fuera
por escritos como éste y otros similares, no tendrían mucha
justificación, ni su existencia, ni sus apreciaciones
sindicales, para seguir donde están.
Y se cierra la edición con:”estos son los problemas del
Gobierno. Nos rebajan los sueldos. Reducen las plantillas.
Aumentan la ratio. Nos dejan sin oposiciones. Nos quitan el
calendario escolar”.
Nunca creí, que un cambio de tres días, puestos en sitios
diferentes pudieran ser un grave problema para un sindicato
que se tilda de ser serio. Y concluyen con un ¡¡Bien,
Aquilino, bien!!.
Sin duda hay muchas cosas en las que no estoy de acuerdo y
las matizaré en días sucesivos.
|