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cultura - MIÉRCOLES, 1 DE SEPTIEMBRE DE 2010


aquilino melgar. reduan.

AQUILINO MELGAR, DIRECTOR PROVINCIAL DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN
 

«Hablar sin complejos sobre Educación ya es avanzar»

El director provincial arranca el año académico con la convicción de que Ceuta difícilmente saldrá, por su perfil, del furgón de cola educativo nacional pero con la sensación de que “estamos mejorando”
 

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Aquilino Melgar es, sin duda, el director provincial al que más han zurrado sindicatos y oposición desde que llegó a Ceuta, hace dos años, para intentar sacar a la ciudad autónoma del furgón de cola nacional en lo que a estadísticas educativas se refiere. Si ha cumplido o no su tarea es algo que difícilmente se sabrá antes de 2012. Mientras, se deja llevar por indicios, por “sensaciones”, que le hacen estar convencido de que se está avanzando logrando cosas tan razonables como hablar “sin complejos” de temas relacionados con la Educación como el de la lengua materna y su influencia en el éxito educativo. A punto de iniciar su tercer año académico aquí, habla sin tapujos de todos los asuntos de actualidad que le incumben.

Pregunta.- ¿Ha leído el último número de ‘La Pizarra’ de la Federación de Enseñanza de CCOO?


Respuesta.- No, no he podido. He leído lo que se ha publicado pero... Cuando percibo dinámicas de crítica exageradas es mejor mantener la calma porque mi deber es seguir trabajando, pero eso no significa que no pueda hablar de lo que allí se trata.

P.- ¿Prevé, con las elecciones sindicales en el horizonte, que este será un año aún más agitado que el anterior?

R.- Sí. Será un año complicado y cada sindicato llevará una estrategia. Lo importante es que las críticas sean constructivas y todos huyamos del tremendismo.

P.- Dice que no le importa hablar de los temas conflictos. ¿Qué le diría a los padres que mandan a sus niños a aulas donde se encuentran con otros treinta alumnos de 3 años?

R.- Que el primero que reconoce que hay un problema soy yo y que las soluciones que existen son las que aplicamos. Lo que pasa es que son malas porque se agotan en muy poco tiempo, porque no resuelven el conflicto y no se vislumbra a corto plazo la verdadera, que es construir nuevos centros. El solar de Loma Colmenar, que es malísimo, todavía no lo tenemos y sólo la ejecución de la obra exige dos o tres años. Estamos explorando actuaciones temporales como la de instalar aulas prefabricadas pero asumo que desde mi punto de vista este es seguramente el mayor problema al que nos enfrentamos.

P.- ¿Tiene una idea de cuántos alumnos integran la bolsa de estudiantes sin escolarizar todavía?

R.- Nos quedan algunos huecos que utilizar para los cuarenta o cincuenta alumnos que teníamos contabilizados. Lo que pasa es que pueden seguir llegando más y generando problemas añadidos al de que los padres no escolarizan a sus hijos donde quieren, como el de los hermanos separados. Estamos trabajando, llevando al alumnado y al profesorado a situaciones que no son buenas pero ineludibles. No podemos crear unidades donde no hay espacio.

P.- Sí parece encauzada, sin embargo, la judicialización de la escolarización registrada otros veranos

R.- Parece que sí. Este año no nos consta la existencia de reclamaciones judiciales.

P.- ¿Ve como un problema las altas cotas de temporalidad del colectivo docente, que siguen rozando el 20%?

R.- Se ha avanzado mucho gracias a los acuerdos entre la Administración y los sindicatos, aunque es verdad que el ritmo de consolidación se ha ralentizado por el plan de ajuste económico del Gobierno.

P.- ¿Habrá oposiciones a Primaria el año próximo?

R.- Es complicado decir algo así. Creo que los sindicatos negociarán ahora una prórroga del acuerdo existente para la consolidación de empleo, desconozco si se prolongarán las restricciones presupuestarias... En todo caso yo quiero dejar claro aquí que lo importante es el cupo docente, que se dijo se iba a recortar hasta un 10% y al final no ha sido ni un 1%. En el Ministerio el capítulo de Personal se ha recortado sensiblemente, pero su repercusión ha sido mayor en el Exterior que en Ceuta y Melilla.

Calendario escolar

P.- Este año se ha hablado mucho de las relaciones entre los Servicios Centrales del Ministerio y la Dirección Provincial a cuenta de asuntos como el calendario escolar. ¿Me podría explicar por qué propuso a Madrid que aceptase la ‘semana blanca’ cuando ya la había rechazado?


R.- Yo tenía unas instrucciones que debía cumplir en las que no cabía el planteamiento de la Junta de Personal.

P.- ¿Entonces por qué lo hace?

R.- Yo ofrecí pasar de 16 días no lectivos seguidos a 12, algo que se rechazó, y a pesar de eso ofrecí elevar una propuesta con la que no estaba de acuerdo pero que acepté como paso previo para ir cambiando la situación. El Ministerio no lo aceptó, pero yo también me sentí utilizado cuando se dijo que si Madrid no asumía esa petición debía cesarme. Aquí no ha habido ningún proceso de reflexión más allá de decir que así funciona la cosa. ¿Eso qué significa? Ojalá que podamos seguir hablando de ese montón de cosas que yo quería debatir y que no se pudo: el inicio de curso, los ‘puentes’, los días lectivos...

P.- ¿Tiene la impresión de que la imagen de la comunidad educativa en general que se proyectó a la ciudadanía fue pésima?

R.- Por supuesto. El asunto se enfocó mal. Me llama la atención que aunque las cosas no estén bien aquí, en cuyo caso me parecería razonable no cambiar nada, haya cosas que se consideren inmutables y otras no. Yo pienso que hay que intervenir en todo. Hacer lo mismo y esperar resultados distintos no es muy inteligente.

P.- CCOO dice que lo que pasa es que usted no es ceutí no lo entiende

R.- ¡Yo soy ceutí! En cualquier caso eso no es lo más importante para darse cuenta de que no es muy lógico dejar el final del segundo trimestre en tres semanas después de estar otras tantas de vacaciones. Yo no estoy agarrado a nada, no tengo hipotecas, no tengo ningún problema en volver a mi trabajo pero mientras esté aquí seguiré intentando hacer cosas y hacerlas bien.

P.- ¿Teme que este asunto del calendario se lleve por delante al Foro?

R.- No. Estoy convencido de ello porque sería una barbaridad.

P.- ¿Hubo mala gestión o mala suerte en el hecho de que su primer tarea, adaptar el calendario a la realidad ceutí, saliese así?

R.- Las competencia del Foro no es hacer el calendario, sino adaptarlo

P.- No les dejaron ni eso

R.- Sí, lo que pasa es que el margen era pequeño, de tres días. Y sin este conflicto hubiera podido ser mayor para debatir sobre jornadas como las que rodean al final de Ramadán, que son muy complicadas, pero todo se envenenó.

P.- ¿Entiende que los representantes del ME en el Foro votasen a favor de la ‘semana blanca’?

R.- No hubo voto como tal. Hubo una dinámica arrolladora y, digamos, una asunción. Dicho eso quiero dejar claro que yo siempre he querido ser respetuoso con el Foro y con sus representantes, sin injerencias. Ese tema se ha cerrado este año de una manera no satisfactoria para nadie pero espero encauzar el debate sin presión hacia la mejor organización de los tiempos escolares y vacacionales.

P.- ¿La Dirección Provincial va a ser más exigente este año con cuándo arrancan las clases?

R.- Quiero que la Inspección, también por esta polémica de la limpieza, elabore un informe casi diario y que si un centro no empieza cuando debiera esté autorizado. Y si no lo está, que dé explicaciones. Vamos a ser serios.

P.- ¿Va a hacer algo con el asunto de la limpieza en los colegios?

R.- Ya lo hemos hecho y se me ha dicho algo que no me gusta: que había centros cerrados. No podemos quedar en evidencia, pero tampoco que la Ciudad no cumpla con su cometido.

P.- Hoy arranca su tercer curso al frente de la Dirección Provincial, mitad de legislatura. Conscientes de que las estadísticas educativas se publican con mucho retraso, ¿algún indicio le hace pensar que los de su etapa aquí serán mejores que los de quienes le han precedido? ¿Ha identificado por qué estamos siempre en la cabeza en cuanto a fracaso y abandono escolar?

R.- Ciudades como Ceuta y Melilla es difícil que dejen de ser el vagón de cola. Es un problema complejo: educativo, social, cultural, económico e incluso físico. El ministro Gabilondo ya ha dicho que no esperemos aquí resultados equiparables a los de otras ciudades con las que no podemos compararnos. No me preocupa tanto que dejemos de ser últimos o penúltimos como seguir mejorando. Ahora nos enfrentamos al reto de la consolidación de la Evaluación General de Diagnóstico y a cómo va a servir para los planes de mejora de los centros.

P.- ¿Qué quiere decir?

R.- Lo que me ha dicho algún director y algún jefe de estudios: hay que preocuparse de cómo está cada colegio y cómo puede mejorar. No preocuparse de los de arriba, que también a mejorar, sino de hacerlo nosotros también. En ese sentido las estadísticas son efectivamente muy tardías y a veces hay que guiarse por otros parámetros, casi por sensaciones, y a mí me hace pensar que estamos en el camino correcto el aumento de la participación del profesorado en actividades de formación o de los centros en proyectos educativos. El problema es que esto no se ve de un año para otro. Naturalmente que hay muchas cosas que mejorar, pero dentro de la insatisfacción de no poder hacer todo lo que uno quiere sí pienso que estamos avanzando.

P.- Pero muchas voces no aprecian el cambio estructural que creen que sería necesario

R.- Sí lo ha habido, aunque no entiendo muy bien a qué se refieren esas críticas.

La lengua materna

P.- Por ejemplo al asunto lingüístico, que se supone que es uno de los grandes retos a gestionar


R.- Hablar sin complejos ya es un avance. Cuando yo me preparaba para venir aquí se generó una polémica tremenda sobre el título de unas jornadas. Ahora nadie pone objeciones a hablar de ese tema.

P.- ¿Seguro?

R.- Al menos se ponen menos objeciones y se ha conseguido que algo que parecía un tabú se haya abordado. Creo que hay que definir qué papel juega la lengua materna, que a veces creo mayor y a veces menor, aunque sin duda es un factor más. Ahora se va a poner en marcha una experiencia en Melilla con mediadores lingüísticos a la que vamos a estar muy atentos aunque la lengua tamazight no sea del todo asimilable al dariya. Estamos dando pasos que quizá sean muy poco perceptibles pero que nos hacen avanzar desde una idea: hay que quitar prejuicios al profesorado, no vamos a renunciar al castellano como lengua vehicular, pero tampoco a la riqueza de proteger otra lengua materna y a trabajar con ella. A mí no me sirve el argumento de que los niños fracasan porque en su casa no hablan castellano porque los dos centros casi bilingües que tenemos [el CEIP García Lorca y el IES Campoamor] registran unos resultados excelentes en inglés y no hay ninguna dificultad con el castellano.

P.- ¿Ha apreciado diferencias sustanciales entre cómo funciona un centro educativo aquí y en la Península, usted que tiene experiencia a pie de aula?

R.- Sí. Tengo la sensación de ver en Ceuta cosas que en la Península ya se han superado. Hablo de temas de convivencia, de permanencia de los alumnos más allá de lo normal en los colegios, de elección y organización del profesorado, que son habituales en un primer momento, arrancando.

P.- ¿Respalda las incipientes iniciativas surgidas alrededor del movimiento de comunidades de aprendizaje?

R.- Sí. Ahora están vehiculizadas a través de los proyectos de mejora de centros. Me parecen experiencias interesantes de involucración social en la dinámica educativa. Los tiros van a ir por ahí durante los próximos años, por avanzar en proyectos de mejora particulares con soluciones particulares en cada centro.

P.- ¿Se ha vuelto político? Usted llegó aquí sin carné del partido y cada vez se le ve más involucrado en su vida interna

R.- Siempre he sido votante del PSOE pero no militante. En los ochenta me resultaba apuntarme a caballo ganador pero al llegar aquí he pensado que debía hacer patente ese compromiso. Yo no tengo relevancia orgánica en el partido y nadie me ha pedido que me afiliase pero creo que era lo menos que podía hacer. A ese nivel no me siento politizado pero a veces te obligan porque recibes críticas políticas desorbitadas, en muchas ocasiones de entidades que dicen buscar los mismos objetivos que uno mismo persigue, pero que no se dan cuenta de que con ellas pueden lograr un efecto contrario.
 

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