Las plantas de biodiésel ya instaladas en España, un total
de 46, “llevan un año y medio sin levantar cabeza y las
perspectivas para el futuro no son muy halagüeñas”. Así se
recoge en un artículo del diario económico ‘CincoDías.com’
que asegura que un 75% de estas industrias están paradas.
“Llevan un año y medio sin levantar cabeza y las
perspectivas para el futuro no son muy halagüeñas”. Así
comienza un artículo publicado el pasado día 13 por el
diario económico ‘CincoDías.com’ y dedicado a analizar la
situación del negocio de los biocombustibles en España, que
considera se ha “hundido” por la falta de consumo y las
importaciones.
El tema de las plantas de biodiésel está de actualidad en la
ciudad autónoma tras el rechazo por razones “técnicas” de la
instalación de la que estaba proyectada en Ceuta, mientras
que en España, según el citado artículo, el 75% de las que
sí se han puesto en marcha “están paradas y muchas de las
empresas asociadas a estas explotaciones, en suspensión de
pagos”.
La autora del artículo se basa en los datos de la división
de Biocarburantes de la Asociación de Productores de
Energías Renovables (APPA), según la cual, “el ratio medio
de producción del sector ronda el 10% de la capacidad
instalada”. “Y no es un mercado tan pequeño. España se ha
convertido en el segundo productor de biodiésel de Europa”,
añade.
Según los mismos datos, el número de plantas instaladas se
ha multiplicado por siete en cuatro años, hasta las actuales
46, si bien había planes de instalar más. Fuentes del sector
cifran la inversión total en estas aperturas en unos 600
millones de euros.
Desde APPA Biocarburantes ven dos problemas estructurales en
el sector: las “importaciones desleales”, como denominan al
comercio de biodiésel proveniente de EE UU, primero, y de
Argentina, después, que se benefician de las subvenciones en
origen y en destino; y el retraso en promulgar la
legislación que permitirá incrementar el porcentaje de
biodiésel y bioetanol que se puede mezclar en el gasóleo y
en la gasolina, respectivamente, y con ello, aumentar el
consumo.
Este retraso, tanto desde la opinión de las petroleras como
desde el punto de vista de los biocarburantes, dificultará,
si no impedirá, la obligación española de mezclar un 5,83%
de biocarburantes en el total de los combustibles puestos en
el mercado en 2010. “Cuando el biodiésel que se consume
mayoritariamente en España sigue viniendo del extranjero,
aprovechándose en buena parte de subvenciones o distorsiones
comerciales; cuando el retraso normativo dificultará el
cumplimiento de la obligación para 2010 y aún no tenemos un
marco concreto para los próximos años; cuando la mayoría de
las plantas del país agonizan, es evidente que la política
española de biocarburantes requiere cambios estructurales”,
afirmó en presidente de APPA Biocarburantes, Roderic
Miralles. El responsable reclamó al Gobierno la “adopción de
un nuevo marco regulatorio que permita la sostenibilidad
económica del sector en España, incluyendo obligaciones
crecientes de biocarburantes para los próximos 10 años,
hasta alcanzar el 10% en 2013”.
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