El mes de agosto se aferra a la
canícula, después de autorizar diversos frentes tormentosos
que han producido cientos de calamidades por todo el mundo.
Ignoro el por qué de ciertos diarios y/o periodistas que lo
denominan “ferragosto”, cuando deben saber que esta palabra
corresponde a una determinada fiesta italiana de raíces
antiquísimas con la que se celebraba el término de los
trabajos agrícolas. Viene de los tiempos del Imperio Romano,
del “Feriae Augusti”.
Bueno, estos días de bochornoso calor he estado repasando la
prensa atrasada, sin olvidar la presente, y entre todas las
noticias me quedo con la que relata la visita del Sr. Aznar
a la ciudad hermana de Melilla.
El Sr. Aznar poco ha faltado para ir vestido de legionario y
acompañado de la cabra.
Este señor representa todo aquello que huele a alcanfor
desde lejos. Desde los tiempos de los colonialistas
empecinados.
Ignoro si iba con intenciones de cubrir terreno, referencia:
El Perejil, y de paso levantar unas cuantas ampollas que
erosionen las relaciones políticas entre los dos países
supuestamente litigantes.
No comprendo, de verdad, que todo un ex presidente se rebaje
tanto y pretenda enfrentarse a unos cuantos moritos. Creo
que es un efecto teatral de cara a la foto.
Ni que un talibán estuviera infiltrado en el grupúsculo de
exaltados representantes de asociaciones marroquís que
cortaron el acceso a Melilla.
El recuerdo de la iniciativa de su amigo Bush sigue
presente. Todo lo que envió, cuando gobernaba el país, al
Oriente Próximo tiene todas las trazas de ser trágico y sus
consecuencias más todavía.
¿Cómo se entiende que los dirigentes del PP hagan lo que
están haciendo?, eso de exigir la presencia en el Parlamento
de los miembros del Gobierno para que dé explicaciones sobre
el caso de la frontera melillense no tiene pies ni cabezas.
O es que cada manifestación que hagan los ciudadanos de los
demás países, aunque sea ante la puerta de una embajada
cualquiera, debe ser el propio presidente del gobierno el
que haga de interlocutor… ¿tan bajo debe caer?
No existe duda alguna de que esa gente pepera no está por
trabajar en la mejoría de las cosas del país…, cuando es eso
está en contra y cuando se ha conseguido un rotundo éxito
gubernamental, no tardan en proclamar que apoyan al Gobierno
desde el primer día.
Menuda banda de hipócritas redomados oportunistas.
Si por ellos fueran, por los peperos, ya habrían enviado un
comando a Malí con las mismas consecuencias trágicas del
comando francés que enviaron para rescatar a su ciudadano.
Se nota, de lejos, que a los dirigentes peperos poco les
importa la vida humana, siempre que no sean las suyas, como
así lo demuestran en sus declaraciones sobre las crisis,
tanto financiera como política, y pretenden levantar en
armas al país contra el vecino de los caballas.
Lamento no estar de acuerdo con las noticias que propagan
los medios de comunicación denominando atentado al conflicto
bélico en el que mueren soldados españoles. Tenemos que ser
sinceros y reconocer en que los países, donde están los
soldados de otros países, no son atentados porque son países
en guerra y sus habitantes utilizan los medios que pueden
para combatir a los invasores.
Recordemos al maquis francés contra los invasores alemanes…
¿eran terroristas? Por no hablar de los españoles después de
la guerra civil.
Esperemos que los señores dirigentes del PP sean más leales
al país y al Gobierno elegido democráticamente y no anden
siempre pisando la raya del esperpento político. Los tiempos
bananeros pasaron hace ya bastantes años. Que no pase “ná”
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