El mayor problema que se plantea
con la inmigración que llega a Europa desde cualquier punto
del mundo mundial es, sin lugar a duda alguna, que todos
esos inmigrantes quieren anteponer a la cultura, las
costumbres, las tradiciones y las leyes de esos países que
les reciben, su cultura, sus costumbres, sus tradiciones y
sus leyes aunque, en la mayoría de las ocasiones, por no
decir siempre, esa cultura, esas costumbres, esas
tradiciones y esas leyes sean arcaicas y retrogradas basadas
en cuatro o cinco siglos anteriores a la época en que
vivimos.
Muy diferente esta inmigración a aquella que tuvimos que
llevar a cabo miles de españoles, buscado una vida mejor
lejos de nuestro país. Nosotros, al contrario de lo que está
sucediendo, acatábamos su cultura, sus costumbres, sus
tradiciones y sus leyes. Quizás porque en nuestro país,
todas esas cosas, estaban a la par con el siglo en el que se
vivía en aquellos países a los que tuvimos que emigrar.
Esto es una verdad como un templo, por mucho que se enfaden
todos aquellos que se la cogen con un papel de fumar, y
hablan de los inmigrantes españoles sin tener ni p…idea de
cómo fue aquella inmigración porque, jamás, estuvieron en
ella ni, por supuesto fueron inmigrantes pues ganaban la
suficiente “pasta” para no tener que salir de España a
buscarse las habichuelas.
Y, naturalmente, todos estos que la cogen con un papel de
fumar, ante la decisión del gobiernote Sarkozy de “repatriar
voluntariamente” incentivándoles con 300 euros a todos
aquellos rumanos que se marchen, han saltado al cuello del
Gobierno francés catalogándolo de racismo como política de
Estado.
Por cierto que esta polémica campaña no atenta contra la
libertad de circulación de la Unión Europea, como arguyen
todos estos que se la cogen con un papel de fumar porque,
gracias a una moratoria, Francia puede deportar a los
búlgaros y rumanos sin medio de subsistencia que lleven más
de tres meses en su territorio.
Esta “repatriación voluntaria”, llevada a cabo por el
Gobierno francés se debe más que nada, desde mi particular
punto de vista, de un sistema de convivencia y sui me apuran
de higiene. Porque esos rumanos, las cosas claras, no
aceptan la convivencia con el resto de sus convecinos, como
demuestra el hecho de verter aguas menores y defecar en
plena vía publica donde instalan sus caravanas o sus
chabolas. No es la primera vez que una comunidad de vecinos,
aquí en nuestro país, no hace falta irse a Francia, muestran
sus quejas, hablando claro, para que todos nos entendamos,
por ver a estos personajes mearse y cagarse en plena vía
publica.
Sin contar, por supuesto, a todos esos menores que se
dedican a robar los móviles a los mas pintados, al menor
descuido sin que se le pueda hacer nada, por se menores d
edad.
La solución, la tienen en sus manos, todos esos que se la
cogen con un papel de fumar tratando de racista al Gobierno
francés. Les basta con llevarse a par de ellos a su casa y
cuidarlos, enseñándoles los sistemas de convivencia y sobre
todo de higiene. Calladitos hasta estáis mucho más guapos.
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