Decenas de inmigrantes
subsaharianos volvieron a recorrer ayer la ciudad autónoma
para denunciar a la ciudadanía su situación y pedir a las
autoridades una solución para sus expedientes. Con más de
dos años a sus espaldas en Ceuta en algunos casos, los
indocumentados acaban viendo el CETI y la ciudad entera como
una cárcel de la que les parece imposible salir. Se trata de
un conflicto lamentable y de muy difícil solución en el que
todos los agentes implicados, desde la Administración hasta
los propios inmigrantes, pasando por las oenegés, deben
poner todo de su parte para, sin vulnerar, obviamente, la
legalidad y la normativa vigente, agilizar la resolución de
su situación administrativa sin engaños y evitar
sufrimientos añadidos.
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