Los vecinos de Poblado de Regulares han tomado medidas por
su cuenta. Ayer se comenzó con la colocación de dos bolardos
en la calle principal de la barriada para evitar que alguno
de los niños “sea atropellado”. La petición vecinal, que “no
ha sido escuchada por la Ciudad”, ya se plasmó en este
diario en boca de su presidente el pasado martes.
“Cualquier día pasa un coche y se lleva por delante a uno de
nuestros hijos”. Esta fue la frase más repetida de los
vecinos de la barriada de Poblado de Regulares, que están
indignados y ya no pueden más con la situación que están
viviendo: “La Ciudad prometió hace seis meses que se iba a
realizar un aparcamiento y aún se está esperando a que se
haga algo”. Y es que la calle principal del barrio tiene “un
problema muy grave”, puesto que “siempre ha sido peatonal
hasta que la asfaltaron y comenzaron a pasar los coches y
las motos. Las casas se encuentran a la altura del asfalto,
no hay aceras y los niños juegan por la zona a sus anchas”.
Además, “todos los años se arranca el suelo porque los
vehículos revientan los tubos”. El presidente de la
asociación vecinal, Alí Hamido, asegura que el
enfrentamiento de los vecinos es inminente: “Los que tienen
coche no quieren que se cierre la calle, pero los que tienen
hijos lo ven al contrario. Ha habido ya varios atropellos y
esto no puede seguir así”.
Por ello, algunos vecinos han tomado la decisión de cortar
la calle. En primer lugar con una cinta y después con unos
bolardos: “El suelo ya se está preparando para colocarlos.
Ya se verá lo que pasa cuando suban con el coche. Se ha
hablado con estos vecinos un millón de veces pero no hacen
ni caso”.
La decepción y la tristeza se reflejan en todos los vecinos
de la barriada: “También hay gente mayor muy enferma. Esto
no puede seguir así”. Y es que, la pequeña plaza en la que
estacionan los vehículos “no está habilitada para el
aparcamiento. Hay incluso en ocasiones que no se pueden ni
abrir las puertas para salir de las casas”. Por otra parte,
el presidente vecinal, quiso insistir en que “tampoco hay
zona de juegos para los niños. No hacen ni caso. El
presidente de la Ciudad promete y promete y no hace
absolutamente nada”. Todos los vecinos coincidieron en que
están “abandonados”.
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