No he terminado de comprender y
estoy seguro de que no comprenderé nunca como unos
auténticos delincuentes, tras haber sido juzgados y
condenados, a los cuatro días pueden estar en la calle para
seguir con sus fechorías.
Las leyes, dicen, son para cumplirlas todos, y no parece de
recibo que una “equivocación” con actuación que haya
producido daños sea condenada con dureza, según a quien, y
que acciones como un asesinato lleven a la calle “ a los
cuatro días” al asesino.
La solución la tendrán que dar entre dos de los poderes
clásicos, el legislativo poniendo unas leyes más duras y que
no sean burladas por nadie, especialmente en casos extremos,
y el judicial, aplicando esas leyes y en casos como el de
ciertos delincuentes mirando con lupa esos “atenuantes” que
llevan a la calle al delincuente, al poco tiempo.
Todo esto viene por el trato que está recibiendo un famoso
delincuente de 22 años al que llaman “El Rafita”.
Aquí nos encontramos con uno de esos casos en los que no
sabemos si hay que entrar en la España profunda para
analizarlo y justificarlo o si lo podemos considerar como un
caso más de la España de “pandereta”, en la que vale casi
todo, o en la que se toma todo más que a juerga, a “sin
sentido”.
Y es que “El Rafita” ha vuelto a ser detenido por el robo de
una furgoneta. La cosa parece de poca monta para un”artista”
de este tipo, pero ya no es de tan poca monta cuando huyó
con el vehículo, perseguido por la Policía y se “escondió”
debajo de un camión.
Vamos que “el angelito” es un ingenuo delincuente, que “se
ha vuelto a equivocar”, pero sin problemas para nadie.
A mí, este tipo de “gachós” me indigna tanto como me pueden
indignar los que se dedican a cualquier tipo de mafias, o a
la venta y tráfico de..., lo que usted quiera pensar, porque
en aquellos casos y en éste estamos ante unos personajes
peligrosos que andan sueltos y van a sus anchas.
Y no me extraña, más bien al contrario, que los padres de
Sandra Palo, que fue brutalmente asesinada por “El Rafita”
con otros tres tipos más del mismo calibre, se mostraran
indignados, hace un par de días, por el último delito
cometido por uno de los autores del crimen de su hija.
Comprendo la indignación de estos padres y me sumo a ella,
pero lo que no comprendo es como “este sujeto” podía estar
ya en la calle. Eso indica que este país o no es serio o
tiene unas leyes que no castigan, en su justa medida, a los
verdaderos delincuentes.
¿Aquí podemos hablar de reinserción, para que este sujeto
pueda estar suelto?. Eso de la reinserción es algo muy
bonito y muy humano para tratarlo en un despacho, pero al
chocar con el mundo, al entrar en la cruda realidad, al ver
las actuaciones diarias de las personas “ese programa” tan
bonito, esos colorines tan brillantes dejan emborronada más
de una actuación.
La carrera delictiva del “El Rafita” ahí está, ahora con
esto sólo podemos decir que suma y sigue. Parece que es la
primera vez que ha delinquido, desde que hace dos meses
terminó de cumplir la pena que se le impuso, por participar
en el brutal asesinato de Sandra Palo. Pero, que se sepa, es
la octava vez que delinque, desde que el mes de julio de
2007 salió del centro de menores.
Una barbaridad, una auténtica locura, y todo un despropósito
que individuos así puedan andar sueltos por la calle.
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