En numerosos artículos he
reflexionado en relación a la extraordinaria capacidad
tanto, de concebir como, de manipular las diferentes cifras
e informaciones publicadas en los diferentes medios de
comunicación afines al partido socialista a través de los
expertos demagogos “progresistas de la ceja” colocados en
dichos medios. Excelentes profesionales de la comunicación
capaces de divulgar informaciones tergiversadas en beneficio
de una formación empecinada exclusivamente en difamar a la
primera formación política en la oposición.
¿Cómo podríamos definir las incoherencias contenidas en dos
informaciones elaboradas a través de dos barómetros de
opinión en los dos principales medios de comunicación
escritos del país? La primera de ellas publicada en el
periódico El País a través de los datos recogidos por
Metroscopia el pasado día 1 de agosto, señalando que el
Partido Socialista recorta en 3,1 puntos la diferencia
existente con el Partido Popular mientras, la segunda de
ellas, publicada por el periódico El Mundo a través de los
datos recogidos por el CIS el pasado día 4 de agosto, sitúa
al Partido Popular 6,3 puntos por encima del Partido
Socialista en intención de voto, la mayor ventaja obtenida
por el PP desde que gobierna José Luís Rodríguez Zapatero.
Es evidente la contradicción en las informaciones recogidas
por ambos medios de comunicación aunque, la diferencia
fundamental consiste en que el primero de ellos corresponde
a un estudio encargado por el propio periódico El País y en
el segundo caso, corresponde a un estudio elaborado por el
Centro de Investigaciones Sociológicas, organismo autónomo
español dependiente del Ministerio de la Presidencia cuyo
fin es el estudio científico de la sociedad española,
normalmente a través de las realización de encuestas
periódicas, por propia iniciativa del Centro o por petición
de otros organismos.
Por tanto, no debiera existir duda alguna en relación a la
credibilidad de los datos publicados en ambos medios de
comunicación. Los españoles estamos hastiados de las
manipulaciones informativas protagonizadas por quienes se
autocatalogan únicos defensores de la democracia cuando la
realidad es más que evidente. Cuando un ciudadano discrepa
de las informaciones facilitadas por el Ejecutivo socialista
o por sus medios de propaganda, la acusación de
antipatriotas recorre los principales informativos del país
demostrando el verdadero significado del término “talante”
acuñado por los creativos del falso “progresismo” español.
En definitiva, talante y manipulación, progresismo y
tergiversación, socialismo y falsedad van unidos de la mano
en una sociedad gravemente perjudicada tras seis años de
gestión de Gobierno socialista. Ahora, más que nunca, España
necesita un cambio sustancial, los españoles necesitamos un
nuevo equipo en el Gobierno del país que revolucione la
gestión socio económica transformado el pesimismo
actualmente existente por un optimismo que genere la
confianza necesaria para cambiar la tendencia actual.
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