Me gustaría salir al paso de un artículo aparecido en El
Pueblo de Ceuta el día 19, donde un comunicante de UPyD se
cuestiona el sistema de concesión de subvenciones del
S.P.E.E, y lo hago no tanto para que sirva de aclaración al
informante de tan desatinadas afirmaciones, como para
intentar borrar esa sombra de duda que siempre algunos se
empeñan en extender sobre la Administración, justificando
así, en este caso, sus legítimas pero fracasadas
expectativas de subvención.Se habla en el artículo de trato
diferenciado, de cursos de dudosa utilidad, de las empresas
de formación, del Know-how (?) y, por último, de la no
abstención en el procedimiento por relación de parentesco.
Todo ello dando la sensación de que se traslada a la prensa
el sentir de algunos ciudadanos, de los que se hace portavoz
ese partido.
Pues bien, la primera impresión que tenemos es que se ha
remitido a la prensa una “denuncia” cogida con alfileres:
quizá fruto de las prisas veraniegas, quizá por falta de
conocimiento sobre el asunto o quizá porque no le han
contado toda la verdad.
UPyD dice que, tras analizar el BOCCE, quiere mostrar su
extrañeza sobre algunas de las características de las
subvenciones concedidas. Y es el caso que por más que leemos
el BOCCE no llegamos a descubrir lo que le resulta extraño
al comunicante. En cualquier caso, queremos aprovechar la
ocasión para hacer público el procedimiento seguido -siempre
hablando en términos generales- y en un tono lo menos
administrativo posible, a saber:
El S.P.E.E. es el responsable de gestionar la formación para
el empleo en Ceuta, lo que se concreta, para el caso que nos
ocupa, en una programación anual de cursos a través de una
convocatoria provincial (pública y abierta). La convocatoria
tiene por bases las fijadas en nuestros reglamentos, a lo
que esta Dirección provincial añade los baremos
correspondientes. De esta forma, a través de la puntuación
personalizamos y redireccionamos la oferta formativa para
nuestro territorio.
La decisión sobre la programación no la toma sólo el S.P.E.E,
tanto es así que la convocatoria viene precedida de
reuniones de esta Dirección con los técnicos de formación,
orientadores y el observatorio de las ocupaciones; de otro
lado con los representantes de los empresarios y los
sindicatos. Puede que nos equivoquemos, pero al menos
podremos decir que lo hemos decidido entre todos.
Actualmente no existe una guía oficial para discernir, en
las procelosas aguas de la inserción, qué es lo más
interesante, por efectivo, de nuestra variada y numerosa
oferta formativa. Por eso creamos en su día un método de
trabajo que, con el tiempo, hemos ido perfeccionando. Este
método consiste, principalmente, en aportar a esas reuniones
cuantos datos y sugerencias hemos podido recabar, por
ejemplo: las ocupaciones más demandadas, las no cubiertas
por falta de formación, las demandas más registradas, las
posibles expectativas empresariales de empleo próximo, las
posibles actividades emergentes, el interés manifestado por
los
desempleados en las entrevistas y el manifestado por los
agentes sociales, artículos, noticias…
Quizá, a un observador poco informado, le puede parecer
extraña alguna actividad formativa programada, y algunos
centros cuestionan algún curso que otro (sobre todo los que
no pueden dar) pero detrás de la decisión de asumir cierta
programación no hay más motivación que la esperanza de que
sirva a la formación de los desempleados, y siempre pensando
en una posible colocación.
Otro aspecto que se le escapa al denunciante es que la
formación para el empleo requiere, sólo, que sean centros
homologados de formación, independientemente de que su
actividad profesional especializada sea la formación o no.
Gran diferencia. Si la normativa vigente lo establece así
quien somos nosotros para responsabilizarnos de la posible
pérdida del “saber–hacer tecnológico de las empresas” (creo
que los no anglosajones lo entendemos mejor así). Como diría
aquel, “bastante tengo con lo mío”.
Hay también una referencia en el artículo a equivocaciones
por nuestra parte al programar, y como ejemplo se cita un
curso de “dietética y restauración”, que para mejor
información quiero recalcar aquí que el curso programado y
publicado en el BOCCE es de “dietética y nutrición”.
Por último, aclarar, y sin espacio alguno a la duda por
nuestra parte, que no existe en el S.P.E.E. trato
diferenciado hacia alguien, ni mantenimiento en el
procedimiento de funcionario incompatible por relación de
parentesco. Pensar esto es desconocer como gestiona y
controla el Organismo sus asuntos. Esto ya es algo más
serio. Así que para conocimiento general decir que a todos
los centros se les ha exigido la licencia de apertura para
formación, teniendo como fecha tope la reunión de la
Comisión de Valoración; con excepción de aquellos centros
que no compiten con otros por una especialidad formativa
determinada; a estos se les ha remitido una resolución
condicionada hasta finales de septiembre para que la aporten
y así poder iniciar la actividad, caso contrario no podrán
realizarla.
Respecto a la relación de parentesco decir que la
participación de los agentes sociales en la Comisión de
Valoración no debería dejar lugar a dudas de quien ha
participado y quien no en la Comisión. En ella se presentó
la instrucción del procedimiento que, dicho sea de paso, fue
llevado a término, directamente, por esta Dirección con el
equipo correspondiente.
Como siempre, concluir, que los procedimientos concursales
están sometidos, como cualquier otro, a turno de
alegaciones, consulta, reclamaciones, etc. por lo que si el
denunciante obtiene la debida representación estaría
encantado de poder informarle personalmente y en profundidad
sobre cuantas dudas se plantea ante la prensa. Porque no hay
nada mejor para conocer la verdad que tomar contacto directo
con los asuntos. A lo mejor así cambia de opinión sobre el
S.P.E.E.
Director territorial del SPEE
|