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OPINIÓN - DOMINGO, 22 DE AGOSTO DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Afiliados sindicales


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Necesariamente, tienen que ser la base de sus sindicatos correspondientes, o lo que es lo mismo, el punto vital del apoyo sindical.

Hasta ahí, todo muy bien, pero poco a poco, y muy especialmente los jóvenes, van dando la espalda a estos sindicatos que, en un año, han perdido cerca de 300.000 afiliados.

Esto, no se puede ver de otra forma, es la primera llamada de atención, especialmente, a las dos grandes centrales sindicales, UGT y CCOO, por ese papel que vienen desempeñando en estos momentos , tan delicados, de la crisis.

Y era algo que se veía venir, por cuanto las grandes centrales sindicales, más que nadie, se han mantenido haciendo el caldo gordo al Gobierno, han sido su principal y fiel aliado, en los momentos en los que habría que haberle dicho: basta, mientras que su posición, como si fueran una sucursal más, bien remunerada, por el propio Gobierno, ha hecho que tanto los afiliados a la central sindical de “Toxo”, como los seguidores de Cándido Méndez, vayan dando la espalda, cada día más a estos sindicatos.

Y unos sindicatos, que debieran sostenerse con las cuotas de sus afiliados, siguen recibiendo sabrosas subvenciones, al tiempo que el 50% de los trabajadores o no sabe nada o sabe muy poco de la labor de estas centrales.

Ha hecho falta un poco más de un año de una situación complicada, en el campo del trabajo, para ver por donde van los sindicatos y su actuación ha traído el rechazo de los trabajadores.

Y aunque no me gustan los datos, por lo farragoso que hacen cualquier comentario, lo más significativo es que sólo el 11%, escasamente, de los empleados que más pueden rendir por sus edades, entre 25 y 29 años, están apuntados a organizaciones sindicales como CCOO y UGT, lo que en las propias centrales ha creado ya el pánico de lo problemático que va a ser el relevo generacional.

Y lo que hemos dicho, en repetidas ocasiones, a nivel local de Ceuta, lo tenemos que seguir diciendo a todos los niveles, tanto de autonomías como de ámbito nacional: No hay apoyo serio y afiliados que sientan, de verdad, lo que es y debe ser un sindicato.

Las líneas de estas organizaciones no pasan del discurso demagógico, siempre hablando de izquierdas y de derechas, pero no gestionando, no formando y defendiendo, en serio, cuando un trabajador lo necesita.

Vistas así las cosas y volviendo a los datos fríos, pero elocuentes, tan sólo el 17,2% de los ocupados se afilia ahora a los sindicatos, un poco menos que el año anterior.

Y que nadie piense que esa “no afiliación” es por no pagar un recibo, nada de eso, porque afiliarse a un sindicato, hoy, cuesta entre cinco y diez euros, tan sólo.

Nunca fui seguidor de cualquiera de los sindicatos, y mucho menos habiendo vivido, desde dentro, unos meses, los planteamientos y las acciones de unos y otros. Aun así, mi formación me ha hecho ver, desde hace años, la importancia que los sindicatos tuvieron en ciertos momentos claves de la historia, haciendo verdaderas reivindicaciones y no dejándose comprar por los gobiernos de turno. Hoy, sin embargo, se han convertido en “una carrera política más”, en la que las liberaciones de muchos de ellos han puesto en el disparadero a las propias centrales sindicales.
 

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