Es lo que parece que hay entre dos
de los pesos-pesados del PSOE, Helena Salgado y José Blanco,
tras las manifestaciones de Blanco, en el sentido de que
habría que subir los impuestos.
No cabe duda de que el ministro José Blanco ha adquirido un
gran poder en los últimos tiempos, pero de ahí a entrar en
los asuntos económicos va un abismo, y esas manifestaciones
de los impuestos le han metido en un auténtico charco.
Helena Salgado, vicepresidenta de Economía, ha puesto el
grito en el cielo y desmiente que vaya a subir los
impuestos, bajo ningún concepto, y a cambiar “la estructura
fiscal” para reducir el déficit.
Hay un juego de posiciones y un cruce de palabras, que mucho
me temo que son, únicamente, palabras y que al final, cuando
los presupuestos ya estén aprobados podría haber operaciones
de “maquillaje”, hasta hacerse realidad lo anunciado por
Blanco. Tiempo al tiempo.
Y es que si, en repetidas ocasiones, he dicho que no me creo
nada de lo que dicen los políticos, en este asunto me fío
mucho menos aún, especialmente cuando tendrán que hacer un
verdadero master de “arquitectura” financiera para que
cuadren todos los soportes en los que se van a apoyar esos
presupuestos.
Helena Salgado que no ha sido, precisamente, una lumbrera en
sus apreciaciones económicas, con los números que viene
manejando, si desde la propia casa se ve “azuzada” en sus
líneas estratégicas, iría camino del fracaso y por ello
“desautoriza” la subida de esos impuestos sugerida o más que
sugerida por Pepiño Blanco. Como decía, el pasado jueves, La
Razón:”Helena Salgado se encargó ayer de pinchar el “globo
sonda” sobre una nueva subida de impuestos que el pasado
domingo lanzó José Blanco”.
Y la situación es tan compleja que uno no sabe qué se puede
pensar, si es que se trata de establecer confusionismo entre
el personal, pero controlado, desde el propio Gobierno, o si
es que la situación es tan tensa y las posturas son tan
enfrentadas que lo que para un grupo es blanco, para otro es
color de rosa. Esto último parece que es lo que se desprende
de esa situación en la que estamos y de la que el Gobierno
Central no ve posibilidades de salir.
Blanco habló con “su verdad” que, incluso, podríamos
aceptar, al haber planteado días pasados algo que prepara el
terreno, asegurando que España tiene una presión fiscal muy
inferior a la del resto de países de la Unión Europea, con
lo que si nosotros queremos tener servicios de primera,
tendremos que tener impuestos similares a Europa.
Me da la impresión de que a Blanco le va un poco ancho el
status que ocupa, pero lo que le va anchísimo es tener que
decir o hacer algo sobre economía.
Y es que cada uno, con su formación, llega hasta donde puede
llegar y Blanco, por encima de esas primeras reglas
aplicadas a la política y poco más, no puede aspirar a
meterse en un berenjenal de economía, porque ahí va a
fracasar.
Y para más INRI, algo que habría podido “vender” José
Blanco, como un logro más, el que Fomento dispondrá de 500
millones de € adicionales en 2011, para invertir en obras
públicas, todo eso ha quedado eclipsado con las
declaraciones de Helena Salgado.
Aquí, especialmente, en economía, se intenta salir como se
puede, pero siempre apretados y esos 500 millones extra se
han logrado limar sin haber sobrepasado el techo del gasto,
algo positivo habría que ver ahí.
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