Antes del verano, los múltiples jardineros se encargan del
Parque Mediterráneo para que esté espléndido para la llegada
de la temporada estival.
José Luis de Miguel Blanca es el jefe de mantenimiento de
los jardines del Parque Marítimo del Mediterráneo. Seis son
los trabajadores que se encargan de los jardines que están
desde las siete de la mañana hasta las 2 de la tarde en
verano y de las 8 hasta las 3 en invierno. Todo el año se
cuida “ya que las plantas son invasoras, hay que cuidarlas y
podarlas para que salgan más fuertes”, explica el jefe de
mantenimiento. Comienza en octubre, ya que en septiembre
termina la temporada, hasta marzo para abonar, cuidar y
podar, entre otras actividades.
Los riegos van de forma automática, pero cuando alguna
planta se va a estropear, ellos acuden y la cuidan. Procuran
que estén bien pero las plantas sufren mucho por la
salinidad del mar y “tenemos que estar atentos aplicando
correctores de suelo para evitar el exceso de sal”. También
se encargan de vez en cuando del riego aéreo de las plantas,
para quitarle el exceso de salitre que se deposita en sus
hojas.
Hay veces que para que no apulgaren ni estropeen las plantas
hay que echarles los insecticidas adecuados para que sufran
lo menos posible, porque si no los invaden, “para que no le
dé tiempo a extenderse a los insectos”, explica. Puede haber
una desinfección al mes.
Todos los años intentan traer cosas nuevas, “me gusta poner
plantas que no haya en la ciudad, sobre todo que destaquen,
que pase alguien y mire”, dice. Aunque sea muy rico en
vegetación, “cada vez voy pidiendo menos ejemplares ya que
no queda mucho más sitio.” Cuando las plantas se estropean
se sustituyen por otras nuevas o traen de otra especie para
renovar la estética del complejo.
El número de las plantas que puede haber en el complejo es
imposible de calcular, “pero puede haber miles de plantas y
cientos de especies”. Son unos 12.000 m2 lo que contiene el
Parque Marítimo para albergar toda la vegetación que lo
compone.
Australia, América del Sur y África son algunos de los
distintos destinos de los que traen estas plantas y flores.
Lo más destacable del Parque Marítimo son las palmeras, de
las que hay entre 10 y 15 tipos, “aunque esto estaba pensado
como un palmeral.” El artista canario César Manrique,
durante la creación del Parque, situó estratégicamente dos
palmeras inclinadas llamadas Fénix reclinata que están
situadas en el 2º lago, una señala hacia el continente
europeo y otra al africano, para dar importancia a la
situación geográfica que tiene la ciudad. Por desgracia la
palmera que señalaba a Europa se estropeó.
El primer lago está poblado con vegetación tropical de
cactus y palmeras traídas desde Tenerife.
La novedad de este año es la planta Dicksonia antártica que
han colocado en sus jardines y proviene de Oceania. Ya lo
trajeron otro año, pero no se adaptó por la ubicación del
helecho milenario, que es de origen Jurásico, “muy
delicado”, declara el jardinero, que espera que este año se
adapte. Para los cuidados de esta planta, hace falta mucha
dedicación. Uno de estos cuidados es el sistema de riego, se
instala un surtidor por la parte del centro del tronco para
que no le falte la humedad y no está expuesto al sol.
También han puesto cactus en una de las zonas del parque
mediterráneo.
Gracias a la labor y al cuidado diario de los jardineros del
parque, los bañistas y visitantes pueden disfrutar de las
comodidades y vistas del complejo, que De Miguel describe
como un “Edén” a descubrir.
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