Este es el título original de una
entrega de James Bond, banda sonora que escuché hace unos
días y que me puso los vellos de punta y una grata
sensación de bienestar recorrió mi cuerpo fue hace algo más
de trece años, tras un verano en sus primeros comienzos
tormentoso que me dejó maltrecho hasta la extenuación, tuve
por aquel puente de agosto, una sensación agradable de las
mejores de mi vida, los vividores, los yuppies de la panza
gorda que salen corriendo en esos puentes con capricho del
calendario, creen que lo pasan mejor que los que nos
quedamos aquí.
Era una tarde nublada de un sábado, me baje sólo a la
Ribera, el agua estaba que era una bendición, con el sol
nublado, nadando y nadando, contemplando el rico fondo del
mar, unos juegos suaves con balón con unos amigos, y
entusiastas pandillas escurriendo sal alegre con sus mimos
y miradas, cuando el frío apretaba entre los chorros de una
ducha, subí las escaleras, deseando llegar con mi amada y
entregarme con amor a ese café recién hecho, aderezado con
bollos y dulces, sentado en el sofá. Vi Sólo Se Vive Dos
Veces, entre brillo y oscuridad me entusiasmé con armonía a
esa banda sonora, mientras la contemplaba abrazado con mi
compañera, momentos de silencio y amor propios de una luna
de miel inolvidable.
Al volver a escuchar la canción, con lágrimas saltadas en
los ojos, recordando aquel día que difícil es volver a
vivirlo dos veces.
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