Este año de gracia, porque un año
una jartá de gracioso, he tenido len enorme suerte de que mí
enano y familia han decidido no venir en las fiestas
patronales lo que, me ha ahorrado un dinero que tal y como
está la crisis ni te cuento, serrana del alma, lo agradecido
que me está mí paupérrimo monedero.
Ustedes no se pueden ni imaginar como “tajelan” los niños de
mi compadre el enano. Para que tengan una idea, un día se le
ocurrió a un amigo, mientas estábamos hablando mostrarnos su
brazo una jartá de moreno, diciendo: “pedazo de brazo gitano
que tiene el niño” y le pegaron par de mordisco que no lo
dejaron manco de puro milagro.
Soy el padrino del niño mayor que le puso mi nombre, todo
hay que decirlo, en homenaje a su padrino. Un detalle que
agradezco en lo que vale, pero lo que no le tengo que
agradecer a mí compadre, el enano, es que a los ocho
restantes les haya dicho que también soy su padrino.
Estaba felicitándome por tal motivo, cuando ha sonado el
timbre de la puerta. Abro y me encuentro a mí compadre, su
señora, los nueve niños y un matrimonio amigo. El alma se me
ha caído a los píes.
Besos, abrazos y las presentaciones de rigor con el
matrimonio que les acompañaba. Terminada las presentaciones,
el enano, loco de alegría me ha dicho:” compadre de mí alma,
que alegría poderte abrazar”. Mira estos amigos han venido
para conocer Ceuta y qué mejor guía que tú para enseñársela.
Compadre le recuerdo que no tengo coche porque, como usted
sabe, me lo robaron. Y el coche debe ser como el carro de
Manolo Escobar, que no hay forma de encontrarlo.
No se preocupe compadre, vamos a una agencia de alquiler de
vehículos, alquilamos una furgoneta de esa que caben una
jartá de personas y hacemos el recorrido turístico, por las
afuera y después, por le centro en el coche de San Fernando
“un ratito a pie y otro andando”.
Dicho y hecho, recorrido por las zonas turísticas de nuestra
tierra enseñándole todo lo que hay que ver. Entregamos el
coche y dado un paseo llegamos a la altura de la iglesia de
Los Remedios. Decidieron entrar a ver el templo y a la
salida, por la puerta lateral, se encontraron los
contenedores de basura. Me miraron y me preguntaron ¿cómo es
posible esto, unos contenedores en la puerta de una iglesia
y además cuesta abajo?. Eso no se le ocurre ni al que asó la
manteca colora
Le busque una excusa, tratando de que fuese divertida y les
dije:”como ahora se lleva mucho los contrastes, pues para
que dentro se huela santidad y a la salida mierda”. En
cuanto a que estén cuesta abajo, para que sea algo típico
que no tienen otras ciudades.
Perdone pero poner unos contenedores cuesta bajo, supone un
peligro, teniendo en cuenta, las lluvias, el viento o que
algún gracioso le dé una patada, puede arrollar a algunos
vehículos o alguna persona que venga subiendo.
Compadre, perdona, pero esto no será para ayudar a algún
amiguete. Eso podría ser prevaricación.
Enano, a mí no me metas en lío. Vamos a seguir paseando.
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