El calor aprieta para todos. También para los parques y
jardines de Ceuta. Tanto es así, que la Ciudad se está
viendo obligada a utilizar un promedio de 32.000 litros de
agua no potable cada día para mantener a salvo la vegetación
urbana de las altas temperaturas. Las especies más
vulnerables son las estacionales: petunias, begonias e
impatiens que resisten malamente el sofocante azote del
calor.
No sólo las personas, también la flora de Ceuta padece el
azote de la ola de calor. Tanto es así, que la Ciudad ha de
utilizar cada día unos 32.000 litros de agua no potable para
mantener viva la vegetación de Ceuta, según informaron a
este periódico desde el Área de Parques y Jardines.
Una cantidad muy distinta de la que se emplea en otoño. Así,
en octubre el agua destinada para el regadío de las zonas
verdes de la ciudad se reduce a la mitad. Cuando empiezan
las lluvias se deja de regar.
Sin embargo, aunque cada verano parezca más caluroso que el
anterior, desde Parques y Jardines están acostumbrados a que
esta situación se reproduzca en el periodo de más altas
temperaturas del año: desde la primera quincena de julio
hasta la última de agosto.
Naturalmente, hay especies que son más resistentes que otras
a esta subida de temperaturas. Las que mejor aguantan son,
lógicamente, las arbustivas, como los hibiscos, las palmeras
y los cactus. Sin embargo, las especies estacionales
muestran menor capacidad de supervivencia a las altas
temperaturas, como es el caso de las petunias, las begonias
o la impatien.
Además, la mayoría de estas especies vegetales soportan
circunstancias adicionales, como el hecho de estar
constreñidas en macetones, que se recalientan notablemente
con el aumento de la temperatura.
El Área de Parques y Jardines dispone de tres cubas de agua
no potable para acometer las labores de regadío: una de ocho
mil litros y otras dos de 1.500 litros cada una. En verano
se agotan con facilidad.
Así, según continuaron argumentando desde el departamento,
sólo las zonas verdes de la barriada de Benítez requieren
semanalmente de la utilización de la cuba entera de ocho mil
litros. El mantenimiento de toda la ciudad necesita
diariamente tres o cuatro cubas, lo que, como se viene
explicando, implica la utilización de no menos de 32.000
litros de agua cada jornada.
La situación de la vegetación ha pasado de la lluvia copiosa
al calor sofocante. La pluviosidad nada usual que ha vivido
la ciudad autónoma durante el último invierno y buena parte
de la primavera ha permitido a los funcionarios municipales
relajarse un poco más respecto a las necesidades de regadío.
Sin embargo, esta situación ha cambiado en muy breve plazo
de tiempo y ahora se tienen que utilizar ingentes cantidades
de agua.
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