La necesidad agudiza el ingenio también para los fumadores.
Tanto es así, que las tabaqueras están articulando una
ofensiva consistente en la puesta en el mercado de marcas de
tabaco de liar de bajo precio, que ya han llegado también a
los estancos ceutíes.
En prácticamente todos ellos se puede comprar los veinte
gramos de tabaco Virginia por sólo 1,30 euros. Una delicia
para quienes se encuentran en paro o en una situación
económica precaria. Así, Francisco Izquierdo, dependiente de
la expendiduría que se encuentra en la calle Víctori
Gollalons, corrobora que se vende más la picadura desde que
arreció la crisis económica. Sin embargo, este curtido
estanquero defiende las bondades de esta opción: tiene menos
aditivos, es menos dañino y engancha menos, asegura. En
consecuencia, sus consumidores fuman menos y, sobre todo, lo
que resulta más imperioso para ellos, gastan menos.
Sin embargo, este estanquero cuestiona que el margen de
beneficios obtenido sea muy inferior. Porque es cierto que
el tabaco de liar deja a los estanqueros menos dinero, pero
necesita de otra serie de complementos: papel de fumar,
filtros y la máquina de liar, que puede costar entre tres y
siete euros, y que acortan la diferencia respecto a la
cajetilla de cigarrillos en cuanto a margen comercial se
refiere.
Miguel Encomienda, del estanco de la Gran Vía, asegura que
fumar el tabaco de liar para economizar es sólo una solución
a medias. Según su experiencia, el 80 por ciento de sus
fumadores acaban volviendo a los cigarrillos en muy breve
plazo de tiempo. En este último caso, la marca más cara que
se comercializa en Ceuta es el Marlboro, que cuesta 2,55
euros. Aunque también hay otras marcas de cajetilla que
pueden resultan incluso más baratas que otras de tabaco de
liar, como el American Legend, que se puede adquirir por
1,55 euros. Las marcas más demandadas de tabaco de liar son
Pueblo y Ziggy, que utiliza la imagen de Bob Marley como
reclamo publicitario.
Encomienda asegura que la afición por el tabaco de liar no
comprende edades, pero sí genero. Su experiencia le dice que
las mujeres lo fuman menos. Una idea que no comparte Manuel,
del Estanco Cantalejo, quien asegura que el 40 por ciento de
los fumadores de tabaco de liar pertenecen al sexo femenino.
Los estancos disponen de un 8,5 por ciento de margen
comercial.
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