En el ecuador del verano,en pleno
mes de agosto, los conocidos me van recordando el tema , ay
cuando las vacaciones, y como me he quedado fuera de la
“rueda de la alcachofa” como decía la copla, si saben el
final, pues más o menos eso, pensaba ya en cambiar el chip,
sobre ciertas tribulaciones sufridas del mes pasado. Aclarar
que mira por donde y a todas las personas que se han
intersado por el numerito del apabullamiento en la
discoteca, que en la Feria, en una caseta me los volvi a
encontrar, la Guardia Civil puede estar tranquila, porque
ninguno de los siete mosqueteros que tengo ya localizados,
pertenecen al Instituto Armado, pues son SIMPLES BORRACHINES
ALCOHOLLICOS y del espectáculo que estaban dando, el maromo
grande tiene que tener por mancebo tierno al que se chocó
conmigo, pues ese afán protector de buen maromo, tiene que
tener su explicación. Apañado está cualquier organismo o
empresa, que tenga a estos componentes, pues en menos de una
hora, les conté cinco o seis cubatas seguidos. Respiré
hondo, ni se acordaban de mi, y son simples coloquetas de
pista y METE-PATAS. Olvidados los tengo, pues yo tengo mucha
categoría, para esta gentuza.
La forma de echar el pan, al Foso, desde la zona del
enrejado de las Murallas del Angulo, el coche negro de todas
las mañanas, con licencia para aparcar, supongo será el
delegado de zona, pues a este no le dicen nada, los del peto
naranja, ahora conservador murallas.
La ultima vez que fui con el coche a tirar el pancito, había
un señor en plan legionario de Sidi-Ifni, todo despechugado,
sentado bebiendo agua, por lo menos una planta decente y el
vestuario correcto, ya se acercaba uno ayyy, a decirme que
me quitara, tengo preparada la lista con los coches y dias y
horas para recriminarle que me diga que me quite y a los
demás no. ayyyy.
Dejo para el final el asunto de las Misiones Humanitarias,
el otro día se me revolvió el alma, en un conocido bar,
donde nos hartamos de cervezas, raciones y tapas, entró un
moreno subsahariano, se acercó a la barra, y los que estaban
apostados, lo miraban con sorpresa y extrañeza, pidió un
simple vaso de agua, y se le dió, el hombre se lo bebió, y
se marchó, ante la mirada de reojo de los presentes, el
moreno, al salir, se giró antes de cerrar la puerta , y miró
a todos, como diciendo no veas la que se están pegando de
jamar los blancos... mientras me tomaba las tapas y
degustaba la cerveza, se me escaparon las lagrimas a
escondidas, parece mentira, que no haga falta que tengamos
que salir a las Misiones Internacionales, cuando las tenemos
delante del plato CADA DIA
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