Hoy, reflexionaré sobre una
cuestión que podría comprometer gravemente la convivencia
intercultural en la sociedad actual y en particular, en
nuestra ciudad como consecuencia de la falta de regulación
en el uso de unos determinados modelos de velo islámico o
hiyab en el interior de los edificios públicos. Antes de
iniciarla, debo señalar que esta prenda es un código de
vestimenta femenina islámica que establece la obligatoriedad
de cubrir ciertas partes del cuerpo femenino según las zonas
geográficas o corrientes teológicas dentro del propio Islam.
Debo aclarar, que el Real Decreto 1553/2005, de 23 de
diciembre, en el que se regula la expedición del documento
nacional de identidad y sus certificados de firma incluye
literalmente los requisitos a cumplimentar por cualquier
ciudadano al objeto de ser perfectamente identificado por
las autoridades competentes para lo cual, deben presentar
dos fotografías recientes en color del rostro del
solicitante, tamaño 32 por 26 milímetros, con fondo uniforme
claro liso, tomadas de frente con la cabeza totalmente
descubierta y sin gafas de cristales oscuros o cualquier
otra prenda que pueda impedir o dificultar la identificación
de la persona.
Por tanto, queda totalmente aclarado cuales son las
exigencias que la normativa actual determina al objeto de
que la autoridad competente pueda identificar correctamente
a cualquier ciudadano que resida en un Estado aconfesional
como el nuestro. No obstante, la inmigración indiscriminada
experimentada en los últimos años procedentes de países
menos desarrollados en busca de un futuro esperanzador
provoca un choque frontal de costumbres y hábitos entre las
diferentes culturas y en particular, la utilización del
hiyab extremo. Circunstancia, que esta ocasionando ciertos
problemas, que podrían perjudicar gravemente la convivencia
existente en la actualidad por ello, algunos países de
nuestro entorno incluso, algunas localidades en nuestro
país, han planteado la elaboración de una normativa que
regule la utilización de estas prendas con la única
intención de proteger la convivencia real en dichos países y
ciudades.
Quizás, es momento de recordar la decisión adoptada en el
país con mayor población musulmana de Europa, Francia, donde
su cámara baja aprobó por abrumadora mayoría la prohibición
de usar el velo islámico. El proyecto obtuvo 336 votos a
favor y un solo voto en contra. El principal grupo que
representa a los musulmanes franceses dice que los velos no
son requeridos por el Islam y no son apropiados en Francia,
pero agrega que le preocupa que la ley estigmatice a los
musulmanes en general.
Nuestra ciudad ha dado ejemplo a lo largo de los años de una
convivencia real entre las diferentes culturas existentes;
cristianos, musulmanes, hindúes, hebreos, gitanos, chinos,
etc. Demostrando la complicidad existente entre todos los
ceutíes, quienes entre otras muchas cuestiones, comparten
pupitres, terrenos de juegos, barras de bares, jardines,
parques, clubes deportivos. No obstante, la intención de
esta reflexión es advertir a las autoridades y ciudadanos en
general de la necesidad de regular aquellas costumbres o
hábitos desestabilizadores propios de algunas culturas con
la única intención de evitar determinados incidentes, que
podrían poner en serio riesgo la convivencia real existente.
En definitiva, todas las civilizaciones modernas y
democráticas de nuestro entorno regulan las relaciones
sociales de sus ciudadanos con la única intención de evitar
futuros problemas como consecuencia de la convivencia en
sociedad de las diferentes culturas, cuyas costumbres y
hábitos podrían no ser compartidos en su totalidad. Por todo
ello, planteo la necesidad de iniciar los trabajos previos
al objeto de evitar la ruptura de la convivencia pacífica en
nuestra sociedad.
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