Estamos en crisis, y eso se ha notado este año, este verano,
en el aumento de los coches averiados en carretera. Se
escatiman gastos, pero nunca es bueno racanear cuando se
trata de la seguridad, y de eso trata este reportaje. Está
claro que en estas épocas de vacas flacas se recapacita
mucho más la compra de un coche nuevo y se procura estirar
al máximo la vida del que ya se posee. Pero eso no quiere
decir que se abandone a su suerte y que dure hasta que lo
haga.
Cuanto más antiguo sea, más probabilidades existen de que le
ocurra una avería durante estos meses de tanto calor. El
motivo es sencillo, las altas temperaturas afectan más de lo
que uno se llega a imaginar y las diversas piezas sufren un
esfuerzo mayor.
Lo mejor es hacer una revisión de aquellos elementos que son
más proclives a sufrir con las temperaturas altas. No
llevará mucho tiempo y tampoco será caro.
Según un informe del RACC, cada año, en verano, se averían
cerca de un millón de automóviles en nuestras carreteras.
¿La razón? Un mantenimiento deficiente… y unas temperaturas
extremas -rondan, de media, los 40ºC- para las que no hemos
preparado nuestro coche. Y es que, con tanto calor, sistemas
como el de refrigeración del motor trabajan hasta un 20%
más, los plásticos se cuartean con más facilidad e, incluso,
el desgaste de las ruedas se incrementa hasta un 15%… Para
evitar sustos, antes de salir de viaje realiza -tú mismo o
en un taller, desde 60e- una pequeña revisión de tu coche.
En verano, el motor pierde potencia. A mayor temperatura
ambiente, el volumen de oxígeno en el aire es inferior y
cuanto menos oxígeno llegue al interior de los cilindros,
peor se quema la mezcla de aire/combustible. El problema es
más evidente en motores con más de 15 años y con turbo.
¿Cómo evitarlo? Compruebe que las bujías y filtros se han
sustituido en el plazo marcado por el fabricante -60.000 y
30.000 km, de media, repectivamente- y, en un motor con
turbo, revisar visualmente que el intercooler -pequeño
radiador que enfría el aire que entra al turbo y que se
encuentra en el vano motor- no está cubierto de insectos,
hojas…
Plásticos.- Si aparca al sol durante más de dos horas, el
interior del coche llega a alcanzar los 60ºC, algo que puede
provocar desajustes en los plásticos a largo plazo. ¿Cómo
evitarlo? Utiliza parasoles metalizados -desde dos euros- o
lunas tintadas -desde 300 €, de media- ya que consiguen
reducir la temperatura interior hasta 15ºC.
Escobillas.- La goma de las escobillas se deteriora con los
cambios bruscos de temperatura. Lo notará cuando su barrido
sea irregular o no retiren bien el agua. ¿Cómo evitarlo?
Intentar no mojar las escobillas con agua fría si ha tenido
el coche mucho tiempo al sol… o tocará sustituirlas antes de
tiempo -de media, 36 €-.
Pintura.- Con los años, la pintura del coche llega a perder
su brillo original por culpa del sol, la lluvia, el granizo…
¿Cómo evitarlo? Procurando aparcar a la sombra, en un
garaje… y, después de lavar el coche, aplicar cera -un bote
ronda los 3 €, y también es una función que ofrecen todos
los lavaderos-. Evitar, también, los lavados automáticos de
rodillos -rayan la pintura-.
Aire acondicionado.- Si el aire no sale frío o lo hace con
poca fuerza, revisar el filtro antipolen -normalmente está
bajo la guantera; en www.mann-hummel.com/mhes están todos
los filtros y la forma de cambiarlos; un taller cobra unos
45 €-. Si el filtro está limpio, entonces, necesitará
recargar el gas del aire -unos 40 €-.
Neumáticos.- Las altas temperaturas provocan un mayor
desgaste en las ruedas. ¿Cómo evitarlo? No conducir deprisa
-sobre todo en zonas de curvas- o evita circular a las horas
del día con mayor calor. Por seguridad, no se olvide de
verificar las presiones de los neumáticos cada semana.
Frenos.- Cuanto mayor sea la temperatura ambiental, peor
refrigeran los frenos y, por tanto, pierden efectividad.
¿Cómo evitarlo? No abuses de los frenos de forma innecesaria
-por ej., en las bajadas de los puertos, emplea marchas
cortas para que el freno motor te ayude a retener- y cambia
el líquido de frenos cada 60.000 km o dos años, desde 30 €
-si sobrepasas ese kilometraje, el líquido pierde
propiedades-.
Ojo a estos testigos
Testigo de temperatura del motor: Si se enciende en marcha,
indica que el motor se está sobrecalentando: deténgase en
cuanto pueda y quite el contacto o provocará una avería en
el motor que costará más de 1.200 € de media. Una vez
detenido, abrir el capó con cuidado y comprobar el nivel de
líquido refrigerante, pero sin abrir su depósito -lo verá a
través del propio depósito-. Si falta refrigerante, puede
existir una fuga -60 € de media- o que la junta de culata se
haya quemado -600 € de media-. Si es correcto, dicho
calentamiento puede estar provocado por una avería en el
termostato o en el electroventilador -90 € de media-. En
cualquier caso, llame a una grúa y lleve el coche a un
taller.
Testigo de avería del motor: Si comienza a lucir, no prosiga
el viaje y llame a una grúa: puede tener un fallo importante
en el motor -probablemente, en el sistema de inyección-. Si
continúa, puede producirse una avería de más de 600 €.
Testigo de aceite: Indica que el motor tiene poco aceite y,
sin él, el propulsor se romperá -3.000 € de media-.
Detenerse cuanto antes y comprobar el nivel de aceite -a
través de la varilla- cuando se enfríe un poco. Si está
bajo, puede deberse a una fuga -verá gotear aceite por los
bajos de coche; desde 120 €- o a que el motor ha consumido
el aceite -se considera una avería si gasta más de 1,5
l/1.000 km, y la reparación superará los 800 €-. En
cualquier caso, es mejor llamar a un servicio de asistencia
-el técnico rellenará el aceite que falte y dirá si puede
continuar o no- o a una grúa.
Testigo de frenos: Si se enciende al arrancar, cerciórese de
que ha quitado bien el freno de mano. Si se ilumina en
marcha y en recta, detenga el coche: hay algún fallo en los
frenos -200 € de media-. Si se activa en curva, es que el
nivel del líquido es insuficiente, así que deberá observar
el depósito; si está muy bajo, llame a una grúa; si sólo
está un poco bajo y no se aprecia ninguna fuga, puede
continuar hasta un taller -cambiarlo y verificar el sistema
cuesta 60 € de media-.
Testigo de batería: Si se enciende, acuda a un taller
especializado en electricidad cuanto antes: el alternador se
ha averiado, así que puede terminar quedándose sin batería…
y el coche se parará. La reparación ronda los 180 € de
media.
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