Si les nombro a Francisco López García, quizá pueda que no
les suene; pero, si les digo Paco Logar, es más probable que
sí. Hace veinticinco años que instaló su peluquería de
caballeros en la calle González de la Vega y siempre ha
estado en el mismo local, en la primera planta del edificio
número cinco de la céntrica y comerial calle peatonal. En
este tiempo, aparte de miles de clientes que han mantenido
su fidelidad y confianza en Logar, la peluquería ha avanzado
en trato personalizado, aplicación de nuevas tecnologías y
convertir una salita de espera en un lugar acogedor donde
las personas que acuden a su cita concertada tienen la
opción de tomar un café, un refresco, consultar Internet o
echar una partida de Playstation.
Pregunta.- La peluquería Logar cumple veinticinco años en
Cauta ¿Cuándo ha sido este aniversario?
Respuesta.- Estamos en los 25 años, ya acaba de ser a
principios de año. Vamos a estar todo el año celebrando con
los clientes el hecho de cumplir este aniversario. Ellos me
han permitido la satisfacción de tener esta peluquería y
estar trabajando. Gracias a ellos estoy aquí.
P.- Es una fecha importante, pero usted lleva más tiempo en
la profesión, ¿no?
R.- Sí, cumplo ya veinticinco años de presencia continuada
en Ceuta. En la profesión de peluquero llevo cuarenta años.
P.- ¿Cuándo empezó?
R.- El inicio fue en Madrid. Me vine a Ceuta con treinta
años de edad, y ya ve, veinticinco años en la ciudad.
Gracias a Dios, ha ido bien.
P.- ¿Cómo fueron sus comienzos aquí?
R.- Tuve una acogida extraordinaria por parte de los
clientes. Agradezco a todos ellos la fidelidad que han
tenido conmigo porque ha sido extraordinaria. Y sigo
contando con ellos. Tengo muchísimos clientes que siguen
viniendo desde hace veinticinco años, desde los primeros
meses de funcionamiento de la peluquería.
P.- Cuando usted se instaló en Ceuta trajo como novedad la
posibilidad de pedir cita para cortarse el pelo. Se rompía
una tradición de la peluquería de caballeros que era la de
pedir la vez cuando se llegaba.
R.- Fui el pionero de implantar ese sistema de citas
personales, que se ha ido convirtiendo en tan personal que
llega a ser exclusiva para el cliente. O sea, que si el
cliente, por cualquier motivo, no asiste a su cita, yo me
quedo sin trabajar. Incluso se ha llegado a hacer algo más
específico y es que hay clientes que me piden que les lleve
el control de su corte de pelo.
P.- ¿En qué consiste ese método?
R.- Al cliente se le programa un tiempo determinado para la
próxima visita y el día anterior se le avisa telefónicamente
para recordar cuándo le toca. Puede ser el tiempo que desee,
cada treinta días, cada cuarenta... Nosotros, el día
anterior le llamamos y le avisamos que a la hora prevista
por él le toca cortarse el pelo. No creo que haya muchos
lugares con este tipo de servicio.
P.- Usted no para de buscar ese toque de exclusividad...
R.- Hoy en día, se ha avanzado mucho en el trato, tanto en
los servicios como en las comodidades que ofrecemos a
nuestros clientes. Por ejemplo, la peluquería Logar está
adaptada a las nuevas tecnologías y se puede solicitar una
cita por correo electrónico. Contamos con una consola
Playstation para los más jóvenes con el fin de que puedan
estar jugando mientras se están pelando. También hay un
ordenador portátil conectado a Internet por wifi para que
los clientes puedan estar utilizándolo también mientras se
les corta el pelo. El ordenador lo tenemos gracias a la
colaboración de mi cliente y amigo Ramesh, de Almacenes
Marisol, que nos lo ha patrocinado. Yo le estoy muy
agradecido por ese detalle. Otro detalle es que tenemos una
cafetera para que el cliente pueda tomar un café, si lo
desea, o una nevera con refrescos, en el caso de que tenga
que esperar algunos minutos mientras termino de atender a la
persona que estaba en el turno anterior. No suele ser mucho
tiempo porque todo está calculado para que cada cita no se
retrase.
P.-Se acabaron las esperas aburridas...
R.- La peluquería no tiene por qué ser un lugar donde se
venga exclusivamente a cortarse el pelo. Ya ve que aquí lo
hemos proyectado para que sea un sitio agradable,
entretenido, para que el cliente pueda disfrutar y
aprovechar el tiempo que pasa aquí.
P.- Para ofrecer tantos servicios, supongo que tendrá un
horario amplio.
R.- Es completo, de nueve y media a una y media, y por la
tarde de cuatro a ocho y media. Es muy amplio para que
puedan elegir hora todas las personas que tengan trabajo.
Está expresamente hecho para que el cliente no pueda decir
que no tiene tiempo para venir a la peluquería Logar. Ya nos
encargamos de tener horarios amplios para que todos tengan
ocasión de hacerlo.
P.- Hábleme de la moda en el corte de pelo masculino, ¿hay
tendencias, épocas?
R.- Sí, las modas han cambiado y evolucionado. Yo tengo
álbumes de fotos que reflejan el cambio que se ha producido
con el tiempo. Son fotos de clientes de la peluquería
realizadas en diferentes años. Hoy, muchos de ellos están
casados y con hijos ya. Me congratulo como profesional de
poder contar con las tres generaciones de una misma familia:
abuelo, padre y nieto. Tener los tres, y que estén
contentos, es muy gratificante. Las tendencias cambian. Hoy
se lleva el pelo un poco más largo para los jóvenes; antes
se llevaba de punta, con cresta… Todo eso lo vemos en estos
álbumes.
P.- Esta pregunta es de rigor. En todos estos años, ¿ha
tenido clientes complicados?
R.- Normalmente suelen ser los niños pequeños. Son muy
inquietos. También ha habido casos de personas que han
llegado sin tener una idea concreta de qué querían hacer con
su cabello y para eso está el profesional, para aconsejar.
Hay que tener conocimiento amplio de todo su trabajo para
recomendar un estilo u otro. Entran en juego factores como
la edad, el estilo de vestir… y ofrecer distintos cortes de
pelo.
P.- Ya comentó algo de la moda y tendencia, pero ¿hay
variedad también?
R.- En la peluquería de caballeros no hay tanta variedad
como en una de mujeres, pero sí hay diversidad de
posibilidades. Una de las grandes satisfacciones que tengo
como profesional versa sobre eso, en ofrecer consejos y
conseguir que los clientes salgan satisfechos, lo que se
refleja en que siguen viniendo.
P.- Usted tiene una larga lista de personas que vienen desde
hace años. La edad avanza y el cabello se va perdiendo. ¿Qué
sucede entonces?
R.- El pelo, aunque no sea el mismo en su cantidad, siempre
tendemos a perder, no se convierte en problema porque
evoluciona el gusto respecto al corte de pelo. Por eso,
tengo que saber en qué momento hay que dar ese pequeño
cambio. Todo depende de la moda. Un chico con quince años,
dentro de diez va a pedir otro tipo de corte de pelo. Hay
que estar preparado para ofrecérselo.
P.- Esta profesión, estar todo el día de pie, ¿cansa mucho
dedicarle tantas horas al día?
R.- Aunque se acostumbre uno, cansar sí cansa. Yo,
normalmente, me mantengo en forma. Siempre he hecho deporte,
ahora estoy con pádel. Eso hace que las piernas estén
fuertes y las varices no actúen. Es cuestión de hacerlo así.
Si estás de pie muchas horas, compensarlo con deporte. Salir
del trabajo, marcharte a casa y sentarte con los pies en
alto no es una solución. Hay que fortalecer los músculos,
conseguir que el riego sanguíneo sea mayor, lo que facilita
que el agotamiento no actúe. Todo esto es en la parte
física, pero también hay profesionales que pueden acusar
cansancio psíquico y eso, aquí, no existe. Gracias a Dios,
con los clientes me siento tan a gusto que se me pasan las
horas volando.
P.- ¿De qué se habla en una peluquería de hombres, hay algún
tema especial?
R.- Se habla de todo. Antiguamente había un dicho sobre que
no se podía hablar ni de religión ni de política. Pero, hoy
en día, creo que estamos muy preparados todos y se puede
hablar de religión, de política, de fútbol, de todo en
general. Siempre, teniendo en cuenta que hay que tener mucho
respeto por todas las opciones y opiniones. Y, además, que
sea siempre tema de conversación, nunca de disputa o
discusión.
P.- Y menos si el peluquero tiene en esos momentos una
navaja en la mano…
R.- Exactamente, fíjese, tengo clientes que en esos momentos
en que estoy usando la navaja, con mucho sentido del humor,
me dicen que me dan la razón, que en todo lo que diga en ese
momento tengo la razón, porque tengo la navaja en su cuello.
P.- En este local, no solamente se corta el pelo; hay más
servicios
R.- En el aspecto de caballeros, el campo está más limitado,
pero se hacen mechas, algunos tintes, arreglos de barba.
Suelen ser menos.
P.- Cuando hay un evento importante, por ejemplo una boda,
el novio también pasa por aquí…
R.- Cada vez que se ha casado algún cliente le hemos hecho
un toque especial. No es un corte de pelo. Siempre digo que
es un arreglo exclusivo para la boda. Al igual que las
mujeres van a sus peluquerías a hacerse un peinado exclusivo
para la boda, yo he convencido a mis clientes de que cuando
tengan ese acontecimiento tan importante en su vida, no se
tengan que hacer un típico pelado, sino que se tienen que
arreglar el cabello para ese día. Quedan muy satisfechos. Es
más, hay veces en que, después, me han solicitado ese tipo
de corte de pelo otra vez, pero es un arreglo que tiene poca
duración. Muchas veces son sus mujeres quienes lo solicitan
y les respondo que a sus maridos también les gustará que
ellas se hagan el peinado de la boda, y es cuando se
comprende que era un trabajo especial para un día especial.
P.- ¿La gente cuida su pelo?
R.- Bastante, hay que tener en cuenta que una de las cosas
que he hecho es el control del corte de pelo. Es el tiempo
en el que va a perder la forma del corte que se le haya
hecho. Con ello, se consigue mantener un estilo de peinado.
No es el típico caso de esperar a que esté largo y dejarlo
luego corto, sino que siempre mantenga el mismo aspecto. Esa
es una forma de cuidado importante. Además, se mantiene en
buen estado de manera general porque se aplican los champús
adecuados, las cremas acondicionadoras y en verano se usa
mucho el champú reparador. El hombre ya no es como
antiguamente con el refrán que lo compara con el oso. Se
cuida más la imagen, hay que presentar un aspecto agradable
hacia las personas que nos ven, no estar desaliñados ni
sucios. El pelo forma parte de la presencia, una parte
importante. Si vas vestido con un traje, pero con los
zapatos sucios, se nota; igualmente, si vas con un traje y
el pelo desaliñado, también se nota. Todo es un conjunto.
Por eso tendemos a arreglarnos más cuando vamos a un evento.
La gente tiende a querer tener una buena imagen siempre.
P.- ¿Con cuántas herramientas trabaja normalmente?
R.- Normalmente, yo mantengo una peculiaridad con mi forma
de trabajo. Tengo dos juegos completos de herramientas, de
tal forma que mientras utilizo uno de ellos, el otro está en
el esterilizador. Nunca utilizo las mismas cosas de un
cliente para otro, sino que cuando acabo con uno, extraigo
el otro juego del esterilizador, ya listo para su uso, y
pongo todo lo usado en el aparato para que lo vaya
esterilizando para el próximo cliente. Cada uno puede tener
la seguridad de que las distintas tijeras, peines o cepillos
que yo utilizo acaban de ser esterilizados completamente.
Igual ocurre con la navaja, para cada cliente se usa una
cuchilla nueva que se desecha una vez utilizada.
P.- Supongo que tantos clientes, tanto tiempo, tantos años,
son motivo de agradecimiento...
R.- Me gustaría dejar patente el reconocimiento al diario El
Pueblo la atención que me ha dispensado, dándome la ocasión
de poder dirigirme a todos los clientes y darles a todos
ellos mi agradecimiento personal por su fidelidad.
P.- A esta peluquería vienen también personajes destacados
de la vida de la ciudad…
R.- Yo no hablo de mis clientes, hablo con mis clientes. Si
no fuera así, se rompería la intimidad. No es una cuestión
porque venga alguna persona destacada, sino cualquier
cliente recibe el mismo trato. Si alguna vez alguien intenta
hablar de otro cliente, me niego a hacerlo. Para mí todos
son igual de buenos, me merecen todos el mismo respeto, sea
quien sea y tenga el trabajo que tenga, o sea de la
ideología que sea. Aquí hay cabida para toda la gente de
bien.
P.- Por cierto, lleva usted estos veinticinco años en el
mismo local, en la calle González de la Vega…
R.- Sí, ya es de mi propiedad y aquí seguiré hasta que
pueda. No me pienso jubilar. Lo tengo decidido. Esta
profesión me gusta mucho y creo que, personalmente, nunca
dejaré de ser Paco Logar. Estaremos mientras el cuerpo
aguante, y espero que sea mucho tiempo todavía.
P.- Veinticinco años dan para mucho, ¿cuántas personas han
pasado por la peluquería?
R.- Anecdóticamente le puedo comentar que llevo un control
de todas las personas que han pasado por esta peluquería. De
los primeros clientes del año 1985 todavía me quedan más de
cien que siguen viniendo. Otros, por las circunstancias, o
se han marchado de Ceuta por motivos de trabajo o han
fallecido. En general, de todos los años, haciendo una
recopilación hasta diciembre de 2009, se han hecho 111.237
cortes de pelo.
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