La crisis también hace mella en las acogidas de este año en
la Asociación de Niños Ucranianos y de Andalucía, reduciendo
las mismas realizadas en Ceuta de 10, que se llevaron a cabo
en Navidad, a 7 en las vacaciones de verano.
Rosa Ramón, una de las madres de acogida ceutí, reconoce que
cada vez son menos las familias que se animan a acoger a
esos niños y niñas de Ucrania: “A todos nos afecta esta
crisis que vive en país, pero deberíamos pensar que para
ellos hay crisis siempre, viven en la pobreza durante todo
el año”.
Estas acogidas se llevan a cabo a través de la ‘Asociación
Niños de Ucrania y Andalucía’, que opera en Algeciras, en
colaboración con la Asociación ‘Digmun’ de Ceuta. La mayoría
de las familias ceutíes repiten año tras año con las
acogidas para sanear, de alguna manera, la salud de estos
pequeños que viven una realidad muy dura, la mayoría en
orfanatos del país: “Cada niño tiene una realidad totalmente
diferente, pero todos llegan con carencias bastante
importantes respecto a la salud y la alimentación. La
mayoría vive en orfanatos, sin el cariño ni el calor de una
familia. Otros llegan a estos lugares por la situación
precaria que sufre la economía de sus padres. La cuestión es
que la labor que realizamos es altruista, por el bienestar
de los niños y niñas que llegan cada año a nuestros
hogares”.
La mayoría de los pequeños han repetido la experiencia con
estas familias, ya que viajan hasta Ceuta dos veces al año,
disfrutando de su nuevo hogar durante 4 meses. Aunque saben
que esta acción es para beneficiar a los niños, algunas
madres de acogida se mostraron reticentes antes de realizar
las primeras acogidas: “Yo conocí esta actividad a través de
una amiga. Cuando me hablaron de ello pensé que jamás sería
capaz de hacer algo así, acoger a un niño para después
devolverlo. Sin embargo, ahora que he tomado conciencia de
lo que es, estoy encantada con mis pequeños, Anastasia y
Mykola, si fuera más joven incluso me plantearía acoger a
uno más. Lo que tú le das y ellos te aportan a ti no tiene
precio”, comentó Rosa.
Los niños ucranianos que llegaron a la ciudad autónoma el
pasado 7 de junio volverán a su país el próximo 30 de
agosto. Aunque las despedidas son duras, tanto para los
pequeños como para las familias de acogida, ya tienen el
cuerpo hecho y les reconforta la idea de que volverán a
verse en Navidad: “Las despedidas son muy amargas pero ya
estamos acostumbrados. Al principio, los más pequeños se
iban llorando muchísimo. Recuerdo que el primer año que vino
Mykola, a la hora de marcharse, se escondió debajo de la
cama y nos tocó sacarlo arrastras. Esta vez ya me han dicho
qué quieren de regalo de Reyes, ven la hora de volver con
ilusión”, explicó la madre de acogida.
Una vez en Ceuta, los niños ucranianos siguen relacionándose
a través de actividades organizadas por la Asociación y las
propias familias. Aunque tienen que hacerlo de forma
obligatoria, para que los niños no sientan el desarraigo,
los padres de acogida se reúnen cada vez que pueden sin
ninguna obligación en ocasiones como el día de San Juan o
una actividad de senderismo que llevaron a cabo en julio en
la que los ucranianos disfrutaron del paisaje ceutí a través
del piragüismo y los paseos en kayak.
Aunque la Consejería de Asuntos Sociales subvenciona parte
de las acogidas, las familias desembolsan, aproximadamente,
800 euros por cada niño para pagar el viaje de ida y vuelta
y las monitoras y traductoras que viajan con ellos desde
Ucrania.
Las condiciones de los orfanatos donde viven estos pequeños
habitualmente son pésimas. “He tenido la posibilidad de
viajar en junio a uno de los orfanatos y viven en muy malas
condiciones. Ni siquiera tienen una cama con colchón donde
dormir, se acuestan en un somier sobre una puerta vieja. La
mayoría no sabe lo que es el cariño de una familia y ha sido
aquí, en Ceuta, cuando han experimentado el amor de una
familia, ser besados o abrazados”, argumentó Ramón.
Todos aquellos ceutíes que quieran prestarse a acoger en
ocasiones venideras a niños procedentes de Ucrania podrán
hacerlo poniéndose en contacto con la asociación Digmun,
donde les asesorarán e informarán debidamente para que
puedan participar en próximas experiencias con la
‘Asociación Niños de Ucrania y Andalucía’.
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