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sociedad - DOMINGO, 15 DE AGOSTO DE 2010


niños ucranianos en ceuta. cedida.

REPORTAJES / Niños ucranianos de acogida en Ceuta
 

La solidaridad no sabe de crisis

Mientras que las pasadas Navidades fueron
10 los niños ucranianos de acogida que llegaron a la ciudad autónoma, este verano
tan sólo 7 de ellos han repetido y disfrutado
la experiencia que termina en agosto
 

CEUTA
Irina Jiménez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La crisis también hace mella en las acogidas de este año en la Asociación de Niños Ucranianos y de Andalucía, reduciendo las mismas realizadas en Ceuta de 10, que se llevaron a cabo en Navidad, a 7 en las vacaciones de verano.

Rosa Ramón, una de las madres de acogida ceutí, reconoce que cada vez son menos las familias que se animan a acoger a esos niños y niñas de Ucrania: “A todos nos afecta esta crisis que vive en país, pero deberíamos pensar que para ellos hay crisis siempre, viven en la pobreza durante todo el año”.

Estas acogidas se llevan a cabo a través de la ‘Asociación Niños de Ucrania y Andalucía’, que opera en Algeciras, en colaboración con la Asociación ‘Digmun’ de Ceuta. La mayoría de las familias ceutíes repiten año tras año con las acogidas para sanear, de alguna manera, la salud de estos pequeños que viven una realidad muy dura, la mayoría en orfanatos del país: “Cada niño tiene una realidad totalmente diferente, pero todos llegan con carencias bastante importantes respecto a la salud y la alimentación. La mayoría vive en orfanatos, sin el cariño ni el calor de una familia. Otros llegan a estos lugares por la situación precaria que sufre la economía de sus padres. La cuestión es que la labor que realizamos es altruista, por el bienestar de los niños y niñas que llegan cada año a nuestros hogares”.

La mayoría de los pequeños han repetido la experiencia con estas familias, ya que viajan hasta Ceuta dos veces al año, disfrutando de su nuevo hogar durante 4 meses. Aunque saben que esta acción es para beneficiar a los niños, algunas madres de acogida se mostraron reticentes antes de realizar las primeras acogidas: “Yo conocí esta actividad a través de una amiga. Cuando me hablaron de ello pensé que jamás sería capaz de hacer algo así, acoger a un niño para después devolverlo. Sin embargo, ahora que he tomado conciencia de lo que es, estoy encantada con mis pequeños, Anastasia y Mykola, si fuera más joven incluso me plantearía acoger a uno más. Lo que tú le das y ellos te aportan a ti no tiene precio”, comentó Rosa.

Los niños ucranianos que llegaron a la ciudad autónoma el pasado 7 de junio volverán a su país el próximo 30 de agosto. Aunque las despedidas son duras, tanto para los pequeños como para las familias de acogida, ya tienen el cuerpo hecho y les reconforta la idea de que volverán a verse en Navidad: “Las despedidas son muy amargas pero ya estamos acostumbrados. Al principio, los más pequeños se iban llorando muchísimo. Recuerdo que el primer año que vino Mykola, a la hora de marcharse, se escondió debajo de la cama y nos tocó sacarlo arrastras. Esta vez ya me han dicho qué quieren de regalo de Reyes, ven la hora de volver con ilusión”, explicó la madre de acogida.

Una vez en Ceuta, los niños ucranianos siguen relacionándose a través de actividades organizadas por la Asociación y las propias familias. Aunque tienen que hacerlo de forma obligatoria, para que los niños no sientan el desarraigo, los padres de acogida se reúnen cada vez que pueden sin ninguna obligación en ocasiones como el día de San Juan o una actividad de senderismo que llevaron a cabo en julio en la que los ucranianos disfrutaron del paisaje ceutí a través del piragüismo y los paseos en kayak.

Aunque la Consejería de Asuntos Sociales subvenciona parte de las acogidas, las familias desembolsan, aproximadamente, 800 euros por cada niño para pagar el viaje de ida y vuelta y las monitoras y traductoras que viajan con ellos desde Ucrania.

Las condiciones de los orfanatos donde viven estos pequeños habitualmente son pésimas. “He tenido la posibilidad de viajar en junio a uno de los orfanatos y viven en muy malas condiciones. Ni siquiera tienen una cama con colchón donde dormir, se acuestan en un somier sobre una puerta vieja. La mayoría no sabe lo que es el cariño de una familia y ha sido aquí, en Ceuta, cuando han experimentado el amor de una familia, ser besados o abrazados”, argumentó Ramón.

Todos aquellos ceutíes que quieran prestarse a acoger en ocasiones venideras a niños procedentes de Ucrania podrán hacerlo poniéndose en contacto con la asociación Digmun, donde les asesorarán e informarán debidamente para que puedan participar en próximas experiencias con la ‘Asociación Niños de Ucrania y Andalucía’.
 

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