“Ya soy un poco de Ceuta.... Bastante sin dudas”, dice la
artista plástica bonaerense Teresa Lascano, que el pasado
viernes abandonó su casa-taller para volver a la ciudad
autónoma a exponer por quinta vez. Esta será la primera en
el Conjunto Monumental de las Murallas Reales, adonde la
crisis ha impedido traer una serie de obras pictóricas
inmensas que ha sustituido por otra no menos ambiciosa con
150 obras de “Arte Digital o Técnicas Experimentales”, según
se prefiera denominarlas. Y lo hace sabiendo que aquí
encontrará de nuevo los paisajes, la cultural, los amigos,
el museo y el ambiente que la hacen dejar de vivir “para
adentro”’, como dice hacer en Argentina, y volverse el
animal social en el que agradece mutarse aquí.
Pregunta.- Acumula ya, antes de esta que se abre ahora en
las Murallas Reales, cuatro exposiciones en el Museo del
Revellín. ¿Recuerda cómo y por qué llegó a Ceuta?
Respuesta.- Por supuesto. Llegué a Ceuta por una situación
personal, trabajando yo en la empresa Aerolíneas Argentinas
como comisaria de muestras de arte. Recorrí varios lugares
de España, especialmente Andalucía, y conocí las ciudades de
la Costa del Sol, sobre todo Marbella y sus alrededores.
Recuerdo inmediatamente sobre la primera imagen que tuve de
Ceuta: había oído que no estaba a la altura en comparación a
estas ciudades balnearias supuestamente ‘de categoría’,
concepto no compartido por mí, o al menos de acuerdo con el
estilo de vida que yo disfruto. Al llegar a Ceuta pensé y
dije que este sí era un lugar para mí, donde yo podía
sentirme bien, a pesar de que desconocía mi futuro en
relación con la ciudad. Me llamó la atención su identidad,
su situación geográfica, poder tener acceso a relacionarme
con su cultura... Y su belleza natural. Y su gente.
P.- Años después, ¿de todo eso cuál es el vínculo más fuerte
que permanece?
R.- A la primera exposición concurrí, estuve en la
inauguración, la disfruté. Tuve buenos resultados. A la
segunda no me fue posible estar presente y la seguí desde
lejos. A la tercera vine, con cierto esfuerzo y sin tener
todavía el conocimiento de la gente en particular... En
realidad de eso se trata... Mi forma de haberme ido
relacionando con la sociedad local, los amigos y la forma
casi natural de estar vinculada a todos los ceutíes, por
origen o por adopción. Es algo que sigue creciendo... Tengo
un grupo de pertenencia que a la vez se conecta con otros y
hay un estilo de mucho afecto que realmente es lo que me
hace querer tanto a Ceuta. Por supuesto, pesa también el
vínculo con el museo, el apoyo que me han dado, la
aceptación de lo que traigo...
P.- Con tanto trasiego, ¿qué es lo que le resulta más fácil
y más difícil de Ceuta en comparación con Buenos Aires,
donde reside habitualmente?
R.- No es fácil decirlo. Tengo claro que yo no viviría en
otro lugar que no sea Buenos Aires. Por lo menos nunca se me
ocurrió hacerlo y por cómo viene mi vida es casi imposible
que esto se revierta. Amo mi lugar, estoy insertada en mi
sociedad y ambiente profesional, o de la cultura, tengo a
mis hijas, de las que no pensaría alejarme... También está
allí mi trabajo, que me lo forjé yo misma con 22 años de
docencia en mi propio taller, sin interrupción, ni en
vacaciones. Una reciente mudanza a una casa-taller que se
afianza cada vez más con un grupo humano que responde desde
los buenos resultados artísticos y desde un gran afecto
demostrado... No quisiera aburrir. Todo es producto de un
esfuerzo y una permanencia... Lo más claro que puedo decir
es que en mi ciudad mi vida es ‘para adentro’, y en Ceuta
‘para afuera’. La vida social la desarrollo en Ceuta. A
veces es como si me la programaran los otros y la
disfrutamos todos... Es algo que me parece increíble, cómo
se dan estas cosas en la ciudad autónoma, y estoy muy
agradecida.
P.- Cuando regresa, ¿echa algo en falta de la primera vez
que vino aquí?
R.- De la primera vez que vine no hecho nada en falta. La
última es mejor que la anterior... Al menos desde la tercera
vez que expuse, en el 2004. Después vino la de 2006, luego
las veces que he pasado por Ceuta “como por casualidad”, o
cuando expuse en Marruecos, o porque quería pasear o
preparar otra muestra... Ya soy un poco de Ceuta... Bastante
de Ceuta, sin dudas.
P.- ¿Sería capaz, con ojos de crítica, de explicársela qué
es ‘Noche de Verano sin Sueño’ a un no experto a quien
todavía no ha visto nada de ella?
R.- Es una obra que parte de fotos y fotos de mi archivo
trabajadas con técnicas digitales. En algunos casos se trata
imágenes escaneadas, de pequeñas carpetitas hechas en papel
de seda por mi padre en mi infancia, y que curiosamente han
trascendido el tiempo y aún conservo. En este caso se trata
de un políptico denominado ‘De Papirolas y Mandalas’. Hay
otro políptico con imágenes tomadas desde la ventana de mi
‘casa adoptiva’ en Ceuta, de siluetas jugando en la plaza
seca frente al helipuerto, figuras que con la ayuda del
Photoshop han tomado una infinidad de variantes... Son
juegos ilusorios, que permiten un sin fin de posibilidades.
Para no extenderme se trata de más de 100 trabajos
digitalizados y 50 fotos directas.
P.- ¿Quedan vacantes para el taller práctico que ofrecerá
durante su estancia en Ceuta?
R.- Me dijeron que ya cerraron las vacantes con 20 personas
inscritas. El nombre del taller es ‘Disparadores de la
creatividad’ y lo planteo como una actividad
teórico-práctica que sigue la senda de lo que hago en mi
taller desde hace unos años. Partió de la necesidad de
justificar que para obtener una identidad en la obra de cada
artista es necesario encontrar en uno mismo el disparador o
determinante que haga desarrollar esa imagen personal. Lo
observamos en las trayectorias de artistas emblemáticos del
siglo XX en adelante: es emocionante ver en las primeras
etapas cómo aparecen indicios de las finales... Nosotros hoy
lo podemos ver, ese desarrollo, hacia dónde apuntaba, pero
ese artista no en su momento no. En la fase práctica haremos
pequeños trabajos, con técnicas mixtas, collages o dibujos,
ya incentivados por lo visto... a veces salen cosas
inspiradas en el artista observado, pero otras aparecen
otras desconocidas, pero a partir de lo analizado. Al final,
pasamos una película, preferentemente de otro artista, pero
vinculado a las ideas desarrolladas. Todo en tres horas.
P.- ¿Cómo es el trato del artista, si prefieres este epíteto
al de pintora, con el expositor? ¿Y con el público? ¿Y con
el cliente?
P.- Me gusta ‘artista plástica’, que es más amplio, que
sirve para la pintora, la dibujante, la grabadora... Y
también para esto que presento ahora, que en realidad va un
poco más allá de la fotografía misma. La relación con el
entorno... Tiene todo un poco, pero si uno no se engancha
mucho lo deja pasar y deja que las cosas fluyan más o menos
naturalmente.
“Arte Digital”
P.- Y a esto que hace ahora, a esa búsqueda con los
instrumentos fotográficos y pictóricos, ¿cómo le llama?
R.- Se usan varias adjetivaciones. Arte Digital se comenzó
diciendo, o Técnicas Experimentales.
P.- ¿Cómo vive un artista en crisis económica? ¿Lo pasa
igual, mejor o peor que un ciudadano medio?
R.- Y... Justamente por la crisis económica no se ha podido
llevar a Ceuta una serie de pinturas inmensa que iba a
colgarse en las paredes del Museo de las Murallas de la
ciudad autónoma... Se hacía muy complicado pero como no hay
mal que por bien no venga, ni lenta ni perezosa propuse
hacer esta otra muestra, algo que hacía mucho quería
desarrollar en profundidad, y creo que se pudo cumplir con
objetivos más que beneficiosos con la posibilidad de mostrar
tan exhaustivamente estas gigantografías, polípticos y
fotografías en un espacio como pocos otros lugares pueden
brindar. Ya dirán si la imagen los conforma... pero sí le
puedo decir que desde que se planteó esta alternativa no
dejé de trabajar ni un minuto, de día y de noche... De ahí
lo de las noches de verano (e invierno) sin sueño. ¡Fueron
insomnios productivos!
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