La unidad de Disciplina Urbanística de Fomento continúa con
la aplicación del nuevo procedimiento para el derribo de
construcciones ilegales que ocupan el dominio público. A
primera hora de ayer, los técnicos, acompañados del policía
local adscrito a este servicio, supervisaron la demolición y
limpieza de una chabola que ocupaba parte de la calle
Narváez Alonso, en Los Rosales, y que estaba colmada de
desperdicios. Los habitantes de la vivienda anexa, también
fuera de ordenamiento, habían ocupado parte de otra casa
vacía, por lo que se abrió un expediente que se suma a los
35 en curso en zonas distintas de la barriada del Príncipe.
La casa del que fuera el panadero del barrio de Los Rosales,
ya fallecido, se ha visto asediada por la construcción
ilegal que, además, había degenerado en este caso, como
ocurre no sin cierta frecuencia, en un foco de infecciones.
El trabajo emprendido por la Consejería de Fomento, a través
de su unidad de Disciplina Urbanística, para luchar de forma
más ágil contra la lacra de las obras y ocupaciones de
terreno ilegales continuaba a primera hora de ayer en la
calle Narváez Alonso, paralela a la principal calle de esta
barriada, la avenida Capitán Claudio Vázquez.
Desde un extremo de la calle se observa claramente cómo una
edificación de planta baja ocupa al menos la mitad de la
anchura de la calle, de unos tres metros. Junto a esta
infravivienda, se situaba una construcción de chapa que los
operarios del Parque Móvil de la Ciudad tuvieron que
desmontar ayer a mano. La sorpresa tanto de los encargados
de la limpieza como del policía local adscrito al servicio
de Disciplina Urbanística y de los técnicos de esta misma
unidad de Fomento fue mayúscula al encontrarse con todo el
volumen de la chabola colmado de basura. Al arrancar las
chapas exteriores comenzaron a caer gran cantidad de
residuos, que habían llenado por completo el habitáculo.
Allí aparecían desde hierros a maderas, envases de plástico
o un extintor, todo mezclado en un amasijo casi compacto.
“Aquí hay ratas”, aseguraba una vecina de la zona que
asistía al derribo y limpieza de la chabola. La mujer
explicaba también que el hombre que la construyó y la llenó
de residuos aseguraba que “le pertenecía”.
Por su parte, la vivienda edificada en medio de la calle
junto a la chabola también guardaba una sorpresa. Al
penetrar en la casa, habitada por una pareja de ancianos, el
policía local se encontró con que, desde el interior, se
había abierto un hueco en la pared que, a modo de puerta,
daba acceso a la vivienda del panadero, deshabitada desde su
muerte. “Esto es otra historia, se han apropiado de la otra
casa”, explicaba el agente.
La “otra historia” a la que se refería el policía dará lugar
a un nuevo expediente para el derribo de la vivienda y a las
consecuencias que se deriven de la ocupación de otra. Los
técnicos señalaban además la existencia de una violación de
la Ordenanza de Limpieza y de un posible delito de
“defraudación de fluido eléctrico”, castigado en el artículo
255 del Código Penal con la pena de multa de tres a 12 meses
cuando la defraudación es por valor superior a 400 euros
“utilizando energía eléctrica, gas, agua, telecomunicaciones
u otro elemento, energía o fluido ajenos”. Este es el caso
de todas las construcciones ilegales que se nutren de
electricidad realizando para ello empalmes a la red pública,
como al parecer era el caso de la vivienda junto a la que se
actuaba ayer. Una vez tomados los datos de los habitantes de
la casa, la policía y los servicios urbanísticos realizarán
sus informes para continuar con las actuaciones a las que de
lugar la ocupación del dominio público y de una propiedad
privada, según señalaban a EL PUEBLO desde el equipo de
Fomento y Policía Local.
En este momento, y en zonas distintas del Príncipe Alfonso,
donde más abunda la construcción ilegal, la unidad de
Disciplina Urbanística tiene abiertos más de 30 expedientes
de derribo por obras sin licencia y no legalizables. La
reciente reforma de la Ordenanza permite un procedimiento
más ágil que el anterior para la demolición de
construcciones “incipientes” que ocupen el dominio público,
de modo que pueda atajarse el problema antes de que se
consoliden.
Las zonas en las que proliferan estas actuaciones contra la
legalidad son el Sarchal, Pasaje Recreo, la Cabililla, Benzú,
Poblado Sanidad, Poblado de Regulares y las calles
adyacentes a Claudio Vázquez, donde ayer se actuó.
|