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sociedad - VIERNES, 13 DE AGOSTO DE 2010


consternación de familiares y amigos. e.p.

malestar
 

Acusan a Asisa de no atender la defunción de una de sus abonadas

La mujer, de 84 años, falleció en su domicilio
y la familia tuvo que recurrir al 112 para poder certificar al óbito, mientras la aseguradora argumenta que no llamó al número adecuado
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Una ciudadana de 84 años, abonada de Asisa, falleció ayer en su domicilio de la calle Alfau sin que los médicos de la aseguradora acudieran a atenderla. Consecuencia de la situación, la familia tuvo que recurrir al 112 y a la Policía para agilizar los trámites que permitieran certificar su muerte en el domicilio.

Una mujer de 84 años falleció ayer en la calle Alfau sin que su familia ni las personas que la cuidaban pudieran dar con un médico que certificara su defunción.

Según explicó a EL PUEBLO en presencia de la familia Encarnación García, vecina auxiliar de enfermería que le proporcionaba determinados cuidados como la medición de la tensión arterial o las curas, la fallecida, que entre otras afecciones padecía diabetes, era atendida de manera permanente por dos mujeres musulmanas que vivían con ella, y recibía sus propias visitas y la de su sobrino y la mujer.

Sin embargo, ayer se levantó a las cinco y media de la mañana para tomar su medicación. Cuando a las siete de la mañana una de las mujeres que vivía con ella fue a darle otra de las pastillas que precisaba, se la encontró muerta.

Encarnación García fue la siguiente en acudir en su ayuda, y ayer comentaba entre lágrimas que se encontró totalmente desasistida: cuando llamó a Asisa, asegurada de la que la fallecida era abonada, el médico de urgencia le remitió al médico de cabecera.

Sin embargo, este segundo médico de Asisa le dijo que estaba de vacaciones y que no pensaba personarse en el lugar. Angustiada, García avisó al 061, que también replicó que no le concernía a este servicio asistir a la fallecida.

Así, los familiares y amigos no tuvieron más remedio que recurrir al 112. Tras llamar al servicio de emergencia, se personaron en el domicilio varios agentes de las policías nacional y local que, por un malentendido, creyeron que se trataba de una mujer que había muerto sola en el interior de su casa y requería de la actuación de los bomberos para abrir la puerta.

El servicio de bomberos también acudió con su dotación al domicilio pero allí no hacía falta más que un médico. Después el personal de la funeraria se encargó de contactar con Asisa para solucionar el problema del certificado de defunción. La aseguradora indicó ayer a este periódico que la familia no avisó en el teléfono adecuado de urgencias domiciliarias.
 

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