Una ciudadana de 84 años, abonada de Asisa, falleció ayer en
su domicilio de la calle Alfau sin que los médicos de la
aseguradora acudieran a atenderla. Consecuencia de la
situación, la familia tuvo que recurrir al 112 y a la
Policía para agilizar los trámites que permitieran
certificar su muerte en el domicilio.
Una mujer de 84 años falleció ayer en la calle Alfau sin que
su familia ni las personas que la cuidaban pudieran dar con
un médico que certificara su defunción.
Según explicó a EL PUEBLO en presencia de la familia
Encarnación García, vecina auxiliar de enfermería que le
proporcionaba determinados cuidados como la medición de la
tensión arterial o las curas, la fallecida, que entre otras
afecciones padecía diabetes, era atendida de manera
permanente por dos mujeres musulmanas que vivían con ella, y
recibía sus propias visitas y la de su sobrino y la mujer.
Sin embargo, ayer se levantó a las cinco y media de la
mañana para tomar su medicación. Cuando a las siete de la
mañana una de las mujeres que vivía con ella fue a darle
otra de las pastillas que precisaba, se la encontró muerta.
Encarnación García fue la siguiente en acudir en su ayuda, y
ayer comentaba entre lágrimas que se encontró totalmente
desasistida: cuando llamó a Asisa, asegurada de la que la
fallecida era abonada, el médico de urgencia le remitió al
médico de cabecera.
Sin embargo, este segundo médico de Asisa le dijo que estaba
de vacaciones y que no pensaba personarse en el lugar.
Angustiada, García avisó al 061, que también replicó que no
le concernía a este servicio asistir a la fallecida.
Así, los familiares y amigos no tuvieron más remedio que
recurrir al 112. Tras llamar al servicio de emergencia, se
personaron en el domicilio varios agentes de las policías
nacional y local que, por un malentendido, creyeron que se
trataba de una mujer que había muerto sola en el interior de
su casa y requería de la actuación de los bomberos para
abrir la puerta.
El servicio de bomberos también acudió con su dotación al
domicilio pero allí no hacía falta más que un médico.
Después el personal de la funeraria se encargó de contactar
con Asisa para solucionar el problema del certificado de
defunción. La aseguradora indicó ayer a este periódico que
la familia no avisó en el teléfono adecuado de urgencias
domiciliarias.
|