Tres años y ocho meses de prisión y el pago de 103.731 euros
de multa fueron las penas solicitadas por la representante
del Ministerio Fiscal en la ciudad para un hombre al que
imputaba un delito contra la salud pública es decir, tráfico
de drogas. Por su parte, el letrado de la defensa pidió al
juez la absolución de su cliente argumentando que este
padecía “alteración psíquica por esquizofrenia y
alcoholismo”.
Un hombre procedente de Holanda ocupó ayer el banquillo de
los acusados del Juzgado de lo Penal de la ciudad por el
delito contra la salud pública que le venía imputando la
representante del Ministerio Fiscal y por el que pedía la
pena de tres años y ocho meses de prisión y el pago de
103.731 euros de multa.
Por su parte, el letrado de la defensa solicitó al titular
del órgano judicial la absolución de su cliente por tráfico
de drogas argumentando que este había sufrido un engaños
debido a la “alteración psíquica por esquizofrenia y
alcoholismo” que padecía y que mostró a través de unos
informes médicos que aportó durante el juicio llegados desde
Holanda. Los hechos que sí quedaron demostrados durante el
juicio celebrado ayer se produjeron el pasado 11 de mayo,
sobre las 10:00 horas, en la zona de preembarque de
vehículos de la Estación Marítima de Ceuta, cuando los
agentes de la Guardia Civil, a través del can, detectaron la
presencia de droga en el turismo en el que viajaba el
procesado.
Tras la inspección mecánica del coche, efectivamente la
Benemérita se incautó de 40 kilos de hachís, que iban
ocultos “en un doble fondo practicado en el maletero y en
los respaldos de los asientos”, tal y como declaró un agente
en calidad de testigo. Sin embargo, sobre la autoría de los
hechos será el juez el que decida en el dictamen de la
sentencia. A este respecto, el acusado repitió en varias
ocasiones desconocer que el turismo llevaba droga y que
había realizado el viaje desde Holanda hasta Marruecos con
un amigo aunque en coches diferentes. “Mi cometido era
desplazar el vehículo para venderlo y, por ello, me pagarían
1.000 euros más la estancia. Después de cinco semanas, mi
amigo me dijo que regresábamos porque no le daban por el
coche el dinero que él quería, pero nunca sospeché que
hubiese metido hachís ya que, ese día, mi mujer e hija
viajaban conmigo porque habían estado en la casa que tenemos
en Marruecos, de turismo”.
Sobre las capacidades intelectuales y cognitivas del
encausado, la médico forense advirtió que la esquizofrenia
era “un trastorno grave sin cura por el que es fácil engañar
a una persona”.
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