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El rey de España telefoneó ayer al
monarca marroquí para calmar, pedir reflexión y evitar que
la escalada iniciada desde el Gobierno de Marruecos se
convierta en una tensión tan elevada que sea difícil
retornar al punto de partida. Es la labor de Don Juan Carlos
porque sólo él sabe calmar y tranquilizar al joven monarca
marroquí conocedor del papel del Rey de España y de la
amistad fraternal que mantenía con su padre, el Rey Hassan
II. Analistas internacionales apuntan a que Marruecos trata
de sacar rédito de la ‘debilidad’ actual del Gobierno
español en el contexto internacional. La entrada en el juego
de la Casa Real española se puede llegar a interpretar,
alguien lo hará, como la incapacidad del Gobierno español de
atajar la escalada marroquí. Vivir para ver.
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Llega el inicio del Mes Sagrado
del Ramadán para los musulmanes, una celebración que se vive
especialmente intensa en Ceuta por razones obvias
poblacionales. La comunidad musulmana de Ceuta celebra, a
partir de hoy, su mes sagrado del ayuno, uno de los cinco
pilares más importantes del Islam, al mismo tiempo que uno
de sus más grandes símbolos, un periodo en el que muchos de
sus propósitos e intenciones están dirigidos a dar gracias a
Alá. En una ciudad tan plural, no sólo en términos
religiosos, como Ceuta la celebración de eventos de tanta
relevancia debería servir no sólo para que los miembros de
las distintas comunidades se feliciten mutuamente, sino
también para que conozcan más a fondo los principios
fundamentales que guían su vida religiosa. Es necesario
aprovechar ocasiones como la que ahora se presenta para
conocer más al prójimo. Feliz Ramadán, por tanto, para los
musulmanes y para todos los ceutíes.
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OPINIÓN / EDITORIAL
