Mientras Marruecos acusa a España de “racista” y empapela a
protestas diplomáticas por sucesos ocurridos en la frontera
de Melilla, España no recrimina al país vecino que haya
vuelto a ser tan laxo en el control sobre la inmigración en
el que está -como país- comprometido no sólo con España,
sino con la Unión Europea, de la que es -de momento- socio
preferente. En los últimos cinco meses a Marruecos se le han
‘escapado’ 124 inmigrantes en barcas neumáticas desde sus
playas del norte.
En una constante casi diaria. El Servicio de Salvamento
Marítimo y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil se
desdoblan para ‘salvar’ a los intrépidos inmigrantes
subsaharianos que consiguieron ‘fácilmente’ hacerse con una
balsa neumática hinchable en las playas del norte de
Marruecos, próximas a Tánger, y penetrar en las aguas hacia
el estrecho más cercanas a Ceuta.
En los últimos cinco meses se contabilizan ya 124
irregulares rescatados a pocas millas de Ceuta, frente a los
20 inmigrantes interceptados en el mismo periodo de tiempo
sólo un año antes, en 2009.
Las intervenciones de este tipo han aumentado de forma
considerable ya que el año pasado entre los meses de marzo y
agosto hubo 4 operaciones de este tipo y en el 2010 ya se
han producido 19 de ellas.
En las intervenciones se ha interceptado un promedio de 6
individuos, siendo la más numerosa el 15 de marzo con el
rescate de 15 inmigrantes que viajaban a bordo de una zodiac
sin motor.
La última operación se realizó el lunes cuando se interceptó
a un menor de Gambia, de 17 años, que navegaba en una lancha
neumática.
Los métodos han cambiado para los que ‘controlan’ este tipo
de inmigración en Marruecos. Más de 2.000 subsaharianos se
encuentran en la región tingitana, preparados para el salto.
Las facilidades de las autoridades marroquíes parecen
notables, a tenor de la fluidez con la que los subsaharianos
se hacen a la mar en los últimos tiempos.
Presión a España
Y esto, según analistas consultados, forma parte del juego
de la presión marroquí contra España, que ahora se
complementa con la avalancha de protestas diplomáticas
respaldadas por asociaciones que pretenden ‘liberar’ Ceuta y
Melilla que parecen servir de ‘saetas’ al gobierno marroquí
en esta escalada de enfrentamientos.
A pesar de las declaraciones emitidas por el presidente del
Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la tensa relación
con Marruecos parece no haberse disipado. Zapatero se mostró
ayer convencido de que las fuerzas de seguridad del Estado
actúan “con la máxima corrección” en la frontera con
Marruecos y anunció su disposición a “informar” al Ejecutivo
de Rabat de estas actuaciones con el objetivo de que éstas
“no supongan ningún factor que entorpezca las relaciones”
entre ambos países. Sin embargo, las amenazas de boicot por
parte de grupos independentistas persisten.
Un segundo frente en la batalla lo protagonizan los miembros
de los dos principales sindicatos de la policía en España,
CEP y SUP, que han presentado sus quejas ante los maltratos
físicos y verbales que sufren las mujeres policía en la
frontera con Melilla. “Lo que no estamos dispuestos a
consentir es que un ciudadano marroquí, o un ciudadano, ya
nos da lo mismo, de cualquier nacionalidad, agreda a la
Policía Española por el mero hecho de ser una mujer, es
completamente descabellado y carente de sentido, y si
Interior y Asuntos Exteriores no están por la labor de poner
las cosas en su sitio y defender a los ciudadanos españoles,
lo haremos nosotros”, enfatizan.
“Los marroquíes, desde hace una semana, se niegan a obedecer
las órdenes dadas por las mujeres policía que están de
servicio en la frontera de Melilla”.
Desde el SUP creen “que es una cuestión orquestada desde el
Gobierno marroquí, que además ha apoyado esos
comportamientos con varias notas diplomáticas”,
probablemente porque “se estará planteando allí una nueva
campaña de reclamación de Ceuta y Melilla y han decidido
empezar por ahí”.
Los sindicatos policiales insisten en que ellos defenderán
los intereses de los españoles si el gobierno no lo hace.
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