No está mal que, otra vez, nazcan
las ilusiones sobre lo que puede dar de sí el campeonato
liguero y todas las demás competiciones, tanto la Copa del
Rey, como la Champions League.
No han hecho más que comenzar los encuentros de pretemporada
y parece que las cosas no van a variar mucho de lo que fue
el pasado año, con los dos grandes en su sitio y el resto
tratando de no quedar muy lejos de ellos, pero sólo eso
intentar quedar cerca.
Y la pretemporada está siendo más que extraña, por cuanto
los componentes de las plantillas de los grandes van
llegando, poco a poco, por la prolongación de las
vacaciones, tras el Mundial.
Debido a eso, tanto Madrid como Barça, en sus expediciones a
Estado Unidos o a China, para “hacer caja” antes del
comienzo de las competiciones, han ido con unas plantillas
de circunstancias a las que se han ido uniendo los
internacionales.
Ahora, ya de regreso a casa, tendrán que dar el último tirón
y luego a competir, de principio a fin.
Esto de las “excursiones” a territorios exóticos no parece
que sea lo que más gusta a algunos entrenadores, por aquello
de que lo suyo es lograr victorias, cuantas más mejor, pero
se olvidan de que para poder pagar a esas figuras que logran
los triunfos hay que sacar dinero, y de donde más se saca es
de esas giras, por molestas que sean para algunos jugadores
y especialmente para ciertos técnicos que ni entienden de
economía, ni nada parecido.
Y de nuevo al tajo, con la particularidad de que las
vacaciones no han hecho milagros, lo que implica que los que
eran buenos antes, lo siguen siendo ahora y los que no daban
la talla en mayo, siguen sin darla en agosto, como se vio en
el choque que el Madrid disputó ante el equipo de Los
Ángeles Galaxi.
Todo esto, viajes incluidos, en plena época de vacaciones,
en las que los políticos, como acabamos de ver en
Pontevedra, bueno, algunos de ellos, se olvidan de lo que se
votó en el Parlamento de Cataluña y tanto José Blanco, como
Mariano Rajoy se dejaron ver en sus correspondientes
barreras, en festejos taurinos.
Naturalmente, el líder del PP y el ministro de Fomento, del
PSOE, no entran en la “charrada” que se dio el día once en
Barcelona y siguen asistiendo a la Fiesta Nacional.
Lo que no sé es como se tomará estos “desaires” el ínclito
cordobés que preside Cataluña, cuando vea a su colega de
partido, en primera fila, en una corrida de toros, en esos
“juegos del diablo” que ellos, los Montilla y compañía
quieren purificar con su eliminación, por prohibición.
Total que, como se acercan las elecciones en Cataluña, los
Montilla de turno preferirán callar, para que no se note
tanto la ruptura que hay entre el PSOE de Feraz y el PSC, su
primo hermano de Cataluña.
En esta ocasión, celebro que los políticos hayan dado la
talla yendo a los toros, ellos, precisamente, que son
primeros espadas en sus correspondientes partidos.
Y ya que hablamos de vacaciones y fiestas, lo que no fue una
auténtica fiesta fue la circulación en el fin de semana con
una cifra muy elevada de víctimas, por accidentes de
tráfico.
Mal sabor de boca le debe haber dejado esto a Pere Navarro
que ya lanzaba los éxitos de su gestión a las estrellas,
pero esto habrá amargado, en buena parte, sus vacaciones.
Y es que un accidente sobreviene cuando menos lo espera
nadie y en días así es lógico que el peligro sea mayor.
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