La fiscal solicitó ayer dos años de prisión para dos jóvenes
a los que imputaba un delito de receptación en base a que
fueron detenidos por la Guardia Civil, en la frontera del
Tarajal, por llevar en una furgoneta un ciclomotor que
constaba como robado en Francia. Ambos negaron los hechos y
presentaron el contrato de compra-venta de dicha moto.
“Adquirimos el ciclomotor en un mercadillo de Francia y nos
dieron el contrato de compra-venta ya que allí no es
necesario cambiar los papeles y tampoco sacar un seguro.
Íbamos de turismo a Marruecos y el resto de objetos que no
intervinieron también los compramos en Francia, algunos los
íbamos a vender. Pero, en ningún momento, pensamos que la
moto fuese robada”. Con estas afirmaciones se defendieron
dos jóvenes a los que la representante del Ministerio Fiscal
en la ciudad sentó ayer en el banquillo de los acusados por
un delito de receptación y por el que pidió ante el titular
del Juzgado de lo Penal número dos, la pena de dos años de
prisión.
Por su parte, la defensa insistió en la absolución de sus
clientes añadiendo, a las pruebas presentadas, documentos
sobre la adquisición de otros vehículos a motor que fueron
intervenidos por la Policía Nacional en la frontera del
Tarajal el 3 de julio. A este respecto, los agentes de dicho
Cuerpo, en calidad de testigos, declararon que en el filtro
de salida del perímetro fronterizo inspeccionaron las dos
furgonetas y el turismo en el que viajaban los dos
procesados junto a algunos familiares y que sólo dicho
ciclomotor constaba como desaparecido en Francia. Mientras
que del resto de artículos se desconocía si su procedencia
era ilícita, tales como lavadoras, móviles, bicicletas,
radios o televisores. Sin embargo, alegaron que todos los
documentos de compra detectados eran falsos. Terminadas las
declaraciones de ambas partes, el magistrado dejó el juicio
pendiente de sentencia.
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