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sucesos - MIÉRCOLES, 11 DE AGOSTO DE 2010


embarcaciones de la guardia civil. e.p.

persecución
 

Patrulleros de Gibraltar bloquean a  la Guardia Civil y protegen a sospechosos

El incidente se produjo este fin de semana
cuando una zodiac de la Benemérita perseguía a una moto de agua
 

CEUTA
Antonio Gómez
ceuta
@elpueblodeceuta.com

Agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil han vuelto a llevarse un jarro de agua fría al recibir órdenes de retirada de las aguas próximas al Peñón tras una persecución a una moto acuática que se refugió tras varias lanchas de las patrulleras gibraltareñas que se interpusieron entre la embarcación de la Guardia Civil y la moto de agua perseguida por la Benemérita.

“Los desafíos de las patrullas de la Royal Navy y de la policía gibraltareña y el desamparo en el que viven los agentes de la Guardia Civil por parte de su Gobierno está haciendo que los civiles provoquen y se burlen de los guardias civiles sabiendo que siempre podrán huir hacia Gibraltar sin que pase nada”. Así comienza la información recogida en ‘libertaddigital’ sobre otro ‘affaire’ entre agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y patrulleros gibraltareños.

Según cuenta El Mundo, esto es lo que ha pasado en el último incidente ocurrido en aguas del Peñón este pasado fin de semana. Una embarcación neumática de la Guardia Civil realizaba labores de vigilancia cuando se acercó a identificar a dos ocupantes que iban en una moto de agua. Sin embargo, los ocupantes se negaron a identificarse y se dedicaron a insultar y hacer pasadas para salpicar a los agentes. Hartos, los guardias civiles decidieron perseguirlos y detenerlos. Pero durante la persecución, tres embarcaciones de la policía gibraltareña se interpusieron, a pesar de estar en aguas españolas.

Entre reproches, los perseguidos se escudaron detrás de la policía de Gibraltar. Por tanto, los agentes del Instituto Armado instaron a los gibraltareños a que les entregasen a los ocupantes de la moto de agua. Pero éstos se negaron en rotundo. Más tarde, la Guardia Civil supo que uno de ellos, Jason L., está acusado de encubrir a su hermano en un crimen. Pero esta vez, los guardias civiles estaban “muy quemados” después de tanta humillación día tras día y decidieron no dar un paso atrás ni retirarse. Pero en un nuevo jarro de agua fría la jefatura les exigió que se retirarán y sin los sospechosos.
 

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