El Consejo de Gobierno de la Ciudad tuvo ayer entre los
puntos del orden del día de su reunión semanal la situación
en la que, según reveló EL PUEBLO en su edición del pasado
domingo, se encuentra el cementerio de Santa Catalina, junto
al cual se habían acumulado toneladas de tierras procedentes
de la obra de sellado del vertedero. Tal como subrayó la
portavoz, Yolanda Bel, los aún escasos desperfectos causados
por algún desprendimiento han sido ya reparados y se
mantendrá una “atención especial”.
El Consejo de Gobierno de la Ciudad Autónoma tuvo ayer,
entre los puntos del orden del día la situación de las obras
colindantes con los cementerios de Santa Catalina, tanto los
de las comunidades hindú y hebrea como el católico, que
-según informó EL PUEBLO el pasado sábado- han afectado de
forma especial a este último por la acumulación de tierras
junto a sus tapias. La portavoz del Ejecutivo y consejera de
Medio Ambiente, Yolanda Bel, señaló que la actuación, cuyo
objetivo es el sellado del vertedero, “está causando
molestias a unos servicios tan básicos y fundamentales como
son los de cementerios”.
Reacción inmediata
Por ello, y de manera “inminente”, “en ese mismo día” en que
-apuntó Bel- el Gobierno tuvo conocimiento de la situación
(a través de este medio), los servicios municipales se
pusieron en contacto con la compañía adjudicataria de las
obras, Dragados y mañana miércoles tendrá lugar una segunda
reunión. Entre tanto, y en la mañana de ayer, tras la
inspección que giraron los técnicos de Fomento y el
viceconsejero de Equipamiento Urbano, así como la consejera
de Sanidad y Consumo, “algunos desperfectos que se habían
ocasionado estaban siendo ya reparados por la propia
empresa, como no podía ser de otra manera, ya que los
técnicos de la Consejería de Fomento y también de Procesa se
desplazaron hasta ese lugar para inspeccionar la zona y
hacer cumplir con cada uno de los parámetros que son de
carácter obligatorio para todas las obras en la ciudad”. La
reunión que se mantuvo a pie de obra fue tanto con el
encargado de la seguridad de la misma y con la dirección.
Bel agregó que “hasta ahora y afortunadamente los
desperfectos son pocos, pero evidentemente, no deben ser
ninguno y de ahí que el que ha habido haya tenido que ser
reparado a la máxima urgencia por parte de la adjudicataria
de la obra del sellado del vertedero de Santa Catalina”. Los
daños a los que se refería la consejera han sido causados
por la caída de una roca contra el muro del cementerio, en
el que abrió un boquete de aproximadamente un metro de
diámetro. Estos hechos “no se pueden volver a producir bajo
ningún concepto”, afirmó Bel.
La consejera apuntó que en la reunión prevista para hoy se
extraerán “nuevas conclusiones” y que el Gobierno entiende
que el tema ha de quedar “finiquitado”. Además, indicó Bel,
“se va a prestar una atención especial por parte de los
técnicos de esta casa en la supervisión y seguimiento de la
citada obra para que no se vean perjudicados servicios tan
básicos y fundamentales -reiteró- como son los de los tres
cementerios, el israelita, el hindú y el de Santa Catalina”.
Lo que el Gobierno quiere dejar “muy claro” en la reunión de
hoy es “cuáles son las líneas de actuación que se deben
tener y las medidas de inspección y supervisión de obra
junto a los técnicos de esta casa que le van a seguir
haciendo un seguimiento muy cercano”.
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Tierra y rocas pegadas a los muros del cementerio y por la
carretera
La situación en la que las obras
de sellado del vertedero de Santa Catalina habían dejado
tanto el vial que da acceso a los cementerios como, en
especial, el camposanto católico, era llamativa, pues junto
a los muros de este último se había acumulado una montaña de
tierra y rocas que superaba con creces la altura de la
tapia. De hecho, algún primer desprendimiento de material
había causado ya un agujero en una de las paredes de la zona
de ampliación del cementerio, que está cubierto de polvo.
También el vial, que fue inspeccionado ayer tanto por los
técnicos de Fomento como por el viceconsejero de
Equipamiento Urbano, se había visto afectado por la
acumulación de piedras.
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