Carlos Chocrón, joyero, lleva toda su vida dedicado a esta
profesión. Desde que tenía trece años de edad ya se asomaba
por los talleres de sus familiares. Cuando terminó el
bachillerato, se hizo joyero y ha continuado así desde
entonces. Más de cincuenta años de presencia continuada en
Ceuta avalan la profesionalidad, donde en cada uno de los
escaparates de su negocio se asoman las primeras marcas y
los productos estrella a nivel mundial. La Ciudad Autónoma
le reconoció su entrega y preocupación por el medio ambiente
con el Premio Encina y, ahora, reconoce su amplia
trayectoria concediéndole la Medalla de la Autonomía, que se
le entregará durante la conmemoración del Día de Ceuta, el
próximo dos de septiembre.
Pregunta.- ¿Cómo tuvo noticia de que le habían propuesto
para recibir la Medalla de la Autonomía?
Respuesta.- Lo supe por la prensa. Con anterioridad, ya me
habían comentado algo, pero la designación oficial la conocí
por los medios de comunicación. Me produjo satisfacción y
sorpresa al mismo tiempo. Claro, es un tema que se había
hablado, pero como muchas veces los asuntos no terminan como
se esperan, hasta que no está definido no lo anuncian.
P.- ¿Qué significa para usted?
R.- Podríamos decir que es la culminación a un esfuerzo
continuado, a una carrera llevada día a día, dando paso a
paso. No soy empresario que busca el pelotazo, me gustan las
cosas tranquilas y pisar sobre firme, cuidar la
administración de la empresa, esperar los momentos difíciles
y resolverlos con paciencia y esfuerzo. Esa es mi filosofía,
la de un empresario a la antigua usanza.
P.- ¿Qué le han dicho sus familiares?
R.- Se han puesto muy contentos. Creo que van a venir
familiares de la península.
P.- ¿Y la gente, los conocidos, los amigos?
R.- Todos me han felicitado. Quien conoce mi trayectoria,
con mayor efusión; y quien me conoce menos también me ha
felicitado. Es una satisfacción, después de estar dedicado a
una ciudad toda la vida. Vine a Ceuta casi de paso para
terminar quedándome definitivamente aquí. Ya va a hacer
cincuenta años, y da tiempo para tener muchos amigos de
verdad y se han alegrado de eso. Yo, por lo menos, siempre
me he alegrado de todos ellos cuando han recibido algún
reconocimiento
P.- Es lo que usted ha vivido desde que comenzó hace ya
muchos años.
R.- Sí, así lo he vivido. Yo he visto pasar por mi lado a
gente que se entretenía más en buscar quién podía ser su
competidor para anularlo, que lo que vendía en su propio
negocio. Al final, los perjudicados fueron ellos mismos.
P.- Usted es una persona comprometida con Ceuta y ha dado
numerosas pruebas de ello. ¿En qué está pensando
actualmente?
R.- Lo próximo va a ser la presentación de una fundación,
Chocrón Macías, en honor a mis hijos, que tendrá como
objetivo principal la creación de una escuela de joyería en
Ceuta. Estamos trabajando en ello. No es fácil, es
complicado encontrar profesores y personas preparadas en la
materia, pero es un empeño que tengo para que la joyería no
desaparezca y las tradiciones de mi familia permanezcan
siempre activas. Otras actividades que también tengo en
proyecto pasan por organizar conferencias y seminarios,
promocionar la defensa del medio ambiente, actuaciones
benéficas que, en fin, apoyen a la fundación porque va a
tener muchos gastos de mantenimiento. Espero que se pueda
obtener alguna ayuda de los distintos programas de
subvenciones que existen. Es un proyecto que merece apoyo.
Si conseguimos obtener que ocho o diez jóvenes salgan de la
escuela y puedan desenvolverse en esta profesión tan
interesante, no solo acaba allí. Se puede llegar a ser
joyero y crear obras interesantes. Si tienen inquietud
artística, sabemos que pueden llegar a hacer cosas muy
interesantes.
P.- La joya creada, se convierte en obra de arte, en
única.
R.- Claro, la joya diseñada es eso. Yo, dentro de que dibujo
mal, he diseñado muchas joyas. Luego ha pasado a un
dibujante profesional que ha seguido mis bocetos e
indicaciones. Por ejemplo, con tres esmeraldas, y con mis
indicaciones, se han realizado distintas posibilidades para
convertirlas en un collar maravilloso. De ahí a que sea una
joya real solamente falta hacer el molde y la microfusión.
P.- ¿En este tiempo que llevan en las nuevas
instalaciones, cómo les ha ido?
R.- Hemos pasado la crisis, pero le comento que ya estábamos
preparado. A lo largo de mi extensa carrera he pasado muchas
crisis, y eso hace que estemos dispuestos a amarrar los
cinturones. Llevo más de sesenta años trabajando y eso
también nos ha permitido tener una clientela muy fiel, tanto
de la península como de Marruecos. Eso ayuda mucho. Pero,
sí, se nota la crisis. Gracias a Dios, nosotros vamos bien.
P.- Quizá lo haya notado más en lo que es la compra
pequeña…
R.- Bueno, eso quizá sí ha bajado un poco. Todo en general,
pero hay que moverse y traer novedades y productos que
llamen la atención. Es un poco lo que he hecho siempre, no
trabajar lo que ya existe en otras tiendas. Siempre hemos
ido a algo distinto.
P.- Poco volumen, pero cosas distintas a los demás…
R.- Sí, algo así…
P.- ¿El sector de la joyería ya ha tocado techo en Ceuta?
¿Están todas las que pueden tener cabida aquí?
R.- En Ceuta, yo apuesto porque mejore el servicio al
cliente, pero es algo que comento como norma general para
todo el comercio. La atención y el servicio al cliente es
algo que falla un poco. No quiero decir con eso que todo el
mundo sea igual. Por supuesto que hay profesionales
maravillosos. Pero, es algo que noto porque me lo comenta la
gente, a veces falla el trato. Y no hay que olvidar que el
cliente es dueño y señor de tu negocio. Sin él no eres
absolutamente nada. En Chocrón sí ofrecemos ese trato, lo
digo porque me gustaría que en toda la ciudad fuera igual,
porque se convertiría en algo más importante.
P.- Bueno, ahora se está empezando a explotar de forma
concreta el turismo relacionado con las actividades
náuticas. Eso puede servir también para relanzar la economía
de la ciudad.
R.- En realidad, se ha visto poco todavía, y espero que se
convierta en realidad. Yo tengo interés en relanzar de nuevo
la regata intercontinental Puerto Banús-Ceuta, que tuvo gran
repercusión a nivel nacional y se tuvo que suspender por
falta de apoyo. Es otro proyecto que quiero recuperar.
P.- Señor Chocrón, usted no para...
R.- Yo tengo ya muchos años y estoy hablando de muchas cosas
para poner en marcha, pero es porque tengo la imaginación
llena de estas ideas. Mi hijo Moisés también se involucra en
ello.
P.- ¿Cómo le va en Madrid?
R.- Bueno, allí la crisis se ha notado un poco más, pero
estamos preparados, tenemos prestigio y tradición que se
consigue a base de muchos años de trabajo. Mi hijo, Moisés,
aunque se dedica allí a la joyería, es publicista de
profesión, y pomociona muy bien su negocio haciendo y
participando en galas. Tenemos muchas relaciones con
distintas personalidades, tanto de la política como de la
televisión, periodistas, artistas, deportistas, toreros...
P.- ¿Recuerda cuando comenzó haciendo cajas de relojes?
Desde entonces, hasta hoy, ¿cuántas veces ha perdido el
sueño?
R.- Muchas veces, muchas. Yo tenía que salir los viernes a
buscar dinero para pagar a los treinta operarios porque no
había un duro en la caja en esos años. Esas vicisitudes te
hacen saber amoldar el negocio a la realidad. Y tienes que
pensar que en cualquier momento puede regresar esa escasez.
Es una forma muy tradicional. Hay atrevidos que ganan
muchísimo dinero en dos años, pero no soy de esos, lo mío es
paso a paso.
P.- Todo era artesanal en aquella época, cuando todavía
la joyería no se encontraba tan industrializada, ¿no?
R.- Exacto, era absolutamente artesanal. Tanto, que yo he
fundido oro en fraguas de carbón. Y eso necesita
temperaturas muy altas. Estábamos dándole a una especie de
molinillo para que encendiera la llama y se pudiera fundir.
Al instalarnos en Ceuta, allá por los años cincuenta, y con
los viajes que realizábamos a Suiza y Alemania, trajimos lo
más sofisticado que había en fabricación de joyería. De
Suiza llegó la máquina de lapidar diamantes, que era
desconocida por aquel entonces en España. Era una primicia y
la montamos aquí, en Ceuta. Recuerdo que el taller lo
teníamos en la zona de Benítez, en lo que fue el restaurante
Las gaviotas, y llegamos a tener más de treinta empleados.
Como Ceuta tenía un techo corto, hicimos una apuesta de
inversión en Madrid. El primer pedido que nos llegó era de
mil cajas de relojes y las fabricamos en una semana.
P.- Usted apuesta por la exclusividad como atractivo para
los clientes...
R.- Es algo muy importante para conseguir fidelidad de los
clientes. Yo tengo personas que vienen a la joyería porque
se lo recomiendan sus padres. Siempre les aconsejamos
manteniendo algo muy importante: honestidad y discreción.
Tenemos clientes de la península y Marruecos, desde San
Sebastián hasta Agadir. Hay que apostar por la calidad y
ofrecer productos más baratos que en la península y el país
vecino. Yo quisiera que mucha gente hiciera algo parecido.
Que se concentrara en algo de exclusividad: Se debe ir a por
la excelencia. Ya pasaron los tiempos del bazar, se acabó el
típico comprador, se acabó el cuero, se terminó el queso y
el whisky. En la zona centro de la ciudad podríamos apostar
por la clidadd, asignatura pendiente de muchos empresarios.
Se pueden traer franquicias importantes, que sean bonitas,
que es lo que atraería finalmente a los clientes. Por
ejemplo, si se pone aquí a Versace con sus trajes y
complementos, otro pone Christian Dior, y así se anima el
mercado y en cuanto haya tres o cuatro de esas firmas con la
posibilidad de vender más barato que en la península,
vendría más gente a comprar.
P.- Para terminar, ¿qué les diría a los ceutíes?
R.- Les mando un saludo y un abrazo. Después de cincuenta
años… la pena es que me faltan ya muchos amigos con los que
he pasado momentos maravillosos.
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