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OPINIÓN - DOMINGO, 8 DE AGOSTO DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Amenazas
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

No es algo positivo que en una profesión se tengan que cumplir bajo amenazas o coacciones sus cometidos.

Y es que veo en el diario El Mundo, del pasado viernes, seis de agosto, que hay cierta presión sobre la Guardia Civil y la amenaza de cobrar menos, si es que no hay más denuncias, multas o multas y denuncias a la vez.

Ni lo entiendo, ni lo voy a comprender jamás, que las altas esferas de un departamento como es Interior pretenda que un cuerpo digno, honrado, entregado en todos los momentos a su labor, tenga que convertirse, además, en “recaudador de impuestos”.

Repito que, ni lo entiendo, ni nadie de dentro, ni de fuera, podrá aceptar una “barrabasada” de este tipo.

En la página 11 del citado diario se dice:” Rubalcaba amenaza a los guardias con menos sueldo”, y más tarde sigue:” La AUGC asegura que Interior ha advertido que si que si bajan las multas y denuncias, también, lo hará el plus de productividad”.

Ni afirmo, ni niego que esto sea cierto, pero si a un cuerpo solvente y que no es el mejor pagado, se le “fuerza” a “fulminar” a los ciudadanos a base de dinero, estamos entrando en un callejón sin salidas del que la Guardia Civil no puede salir bien, los ciudadanos saldrán peor y el prestigio de las fuerzas de seguridad quedará por los suelos.

En muchas ocasiones he escrito sobre la Guardia Civil y siempre he partido de la idea de que estamos ante un cuerpo íntegro, ante un auténtico modelo de lo que es el servicio a sus cometidos y que con ello ha logrado que, siempre, haya sido respetado y valorado por todos. Eso nadie lo discute y el que lo discuta es un necio.

La Guardia Civil, como todo aquel que tiene un sueldo del Estado, se ha visto afectada por el tijeretazo a los sueldos y como todos, aunque no haya sido de buen grado, lo ha aceptado, sin más.

Ahora bien, que a esto se le vaya a sumar el que si bajan las denuncias, bajan los incrementos salariales, eso ya sería “pasarse tres pueblos” con “exceso de velocidad”, cosa que yo, particularmente rechazo.

Intimidar a la Guardia Civil es intimidar a los principales mantenedores del orden, en gran parte del territorio nacional, e intimidar para que denuncien más es “saltarse desde un despacho” el honor y la profesionalidad de quienes, desde su fundación han mantenido viva la idea de seriedad y de cumplimiento de todas y cada una de sus funciones.

Y que esto no es un simple juego de un grupo dentro del cuerpo, como la AUGC, nos lo demuestra el hecho de que la Unión de Oficiales de la Guardia Civil Profesional también se suma a esta situación de descontento.

Ya en repetidas ocasiones hemos tenido la oportunidad de enjuiciar acciones con verdadero peligro para sus vidas, por parte de la Guardia Civil, sin que hayan temido por el riesgo que entrañaban algunas operaciones.

A lo largo de muchos años, ya hemos tenido la oportunidad de lamentar docenas y decenas de bajas de miembros de la Guardia Civil por haber arriesgado su vida, en operaciones muy complicadas. Nunca se quejaron de ello y sus viudas o sus huérfanos aceptaron con resignación las condolencias de los políticos de turno.

Ahí es donde se ve y se ha visto, especialmente, lo que es la Guardia Civil y no en si han puesto 5 o 17 denuncias. Los profesionales de la Guardia Civil mal harían si llevaran el camino que les marcan tres políticos, que circunstancialmente mandan en un momento dado.
 

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