A veces la jugada no sale como uno
la tiene planteada si no se estudia, perfectamente, las
cartas que lleva en la mano nuestro contrario. Un mínimo
fallo da al traste con la estrategia que hemos preparado
para ganar la partida.
Por mucho que me digan o quieran dejar de decirme, desde mí
personal e intransferible punto de vista, la prohibición de
las corridas de toros en Cataluña tiene tintes políticos.
Los mismos tintes que tiene el no haber prohibido los
correbous, donde los toros mueren de infarto, de agotamiento
y en el mejor de los casos se quedan ciegos. Pero, vamos,
los correbous, no sufren. ¡Anda ya ¡.
Sui ustedes observan bien esas votaciones por las que se han
prohibido las corridas de toros, los de CIU, unos ha votado
a favor y otros en contra, igual que han hecho los de PSC,
donde el presidente de la Generalitat, Montilla, ha votado
contra la prohibición. Cosa esta que ha sido un error pues a
la salida del Parlament ha sido abucheado por los
nacionalistas e independentistas que se estaban
manifestando. Pero no podía votar de otra forma.
La jugada consiste en dejar a los populares sin la menor
oportunidad de poder formar gobierno con CIU en el supuesto
caso de que necesite algún apoyo para gobernar. Por supuesto
nunca CIU lo haría con ERC ni con ICV, eliminando a los
populares, sólo le quedaría el tener que recurrir a PSC para
poder gobernar.
Como en política todo puede pasar incluso hasta extraños
compañeros de cama, la jugada para la posible eliminación de
los populares puede ser un grave error.
En los momentos actuales CIU, que ya dijimos que sería el
ganador de las próximas elecciones catalanas, lleva una
ventaja sobre el PSC de doce puntos, lo cual le da casi la
mayoría absoluta con lo que de conseguirla, que puede pasar,
no necesitaría el apoyo de ningún partido para gobernar en
solitario.
Por otro lado la prohibición de las corridas de toros pude
darle, a los populares, más de un escaño de los esperados. Y
esos escaños que pueda sacar, en caso de necesidad sean los
justos, para de no sacar mayoría absoluta CIU le hagan falta
para gobernar. Cosa a la que echaría mano los nacionalista
catalanes, pensando en un futuro no muy lejano donde de
producirse, lo que cree que se puede producir, sin duda
alguna sacarían una buena tajada. Aplicando, hoy por ti,
mañana por mí.
Montilla no atraviesa sus mejores momentos en la política
catalana, donde el tripartito hace más agua que la patera
del Puchi. Y ese mal momento por el que atraviesa el
cordobés puede quedar reflejado en las urnas, donde no
alcance los resultados apetecidos.
La jugada de la anulación o alejamiento de toda posibilidad
de los populares, no ha sido una buena jugada, ya que no
hemos contado con las cartas que pueda llevar en su mano
nuestro contrario.
No tratar de conocer las cartas del contrario o al menos
intentar tratar de adivinarlas, es jugar a ciegas. Ese es el
problema que cuado no se ve con claridad los errores no
tienen vuelta de hoja. Siempre hay que jugar conociendo la
jugada que lleva el contrario, y hace imposible que el
contrario sepa que estamos jugando con las cartas marcadas.
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