La decisión de la Ciudad Autónoma de archivar posiblemente
el expediente para construir en la zona portuaria una planta
de biodiésel, de acuerdo al proyecto presentado por la
empresa Biocarburantes del Estrecho, ha suscitado reacciones
adversas entre los expertos en la materia, tanto en el
ámbito nacional como internacional. Responsables de empresas
punteras como Lurgi SA o BDI Biodiesel International, ha
desmentido categóricamente que existan razones
medioambientales para desautorizar la instalación de la
planta y asegura que Ceuta se arrepentirá de dejar pasar una
inversión para la ciudad de este calibre.
El archivo y cancelación por parte de la Ciudad Autónoma del
proyecto de la empresa Biocarburantes del Estrecho para
levantar una planta de biodiésel en el puerto de Ceuta ya ha
suscitado todo tipo de reacciones entre los expertos
nacionales e internacionales.
La firma ‘Lurgi SA’, empresa alemana de ingeniería
especializada en la construcción de plantas de biodiésel,
consultada por EL PUEBLO, ha sido una de los primeros en
apresurarse a señalar que este combustible es una fuente de
energía renovable, limpia y segura. “Un producto que no se
va probar ahora sino que tiene años de andadura”.
“Tecnológicamente está probada y contrastada la ausencia de
problemas en esta insudstria, en cuanto a seguridad”
No se comprende la obstinada oposición hacia un proyecto
‘verde’ de esta naturaleza “que sustituye el diésel de
origen fósil por otro que procede del aceite vegetal y no es
contaminante”.
De igual modo se expresó Jordi Vaquer, de la firma ‘BDI
Biodiesel Internacional’, especialista el diseño y montaje
de plantas de biodiésel. También es subdirector técnico de
la planta Stocks del Vallés, en Barcelona, y calificó de
sorprendente la decisión de los técnicos de la Ciudad
Autónoma porque estas plantas son “por definición” seguras y
saludables y están diseñadas para que produzcan un servicio
limpio. “Trabajan sin residuos y no conllevan ningún tipo de
peligro”, señaló.
Como se recordará, los técnicos de la Ciudad se han acogido
al Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y
Peligrosas (RAMINP) para “desaconsejar” una planta que
precisa para su funcionamiento almacenar metanol. “Todas las
plantas de biodiésel usan metanol porque forma parte del
proceso. En España todas la usan y nunca se las ha
desautorizado porque el Reglamento de Almacenamiento de
Productos Químicos (APQ) ya establece las distancias mínimas
de los tanques de almacenamiento de cualquier edificio.
Además, estas distancias se pueden ir reduciendo en función
de las medidas de seguridad adoptadas, que en el proyecto de
Biocarburantes del Estrecho son las máximas. Los tanques de
metanol no tienen porque ser peligrosos”, se afirmó con
rotundidad desde la empresa ue ha instlado más de 150
plantas en toda Europa
Jordi Vaquer apuntó que su planta de Stocks del Vallés se
encuentra a cien metros del núcleo urbano de Montmeló. “Hoy
no se concibe con la normativa en la mano que se pueda
prohibir el uso de metanol. Simplemente se necesitan medidas
de seguridad adecuadas. Además en el caso de Ceuta, la
planta estaría a 500 metros del núcleo urbano”, apuntó. El
hecho de que la planta se sitúe en el puerto tampoco le
parece una excusa. “Cuando se produce un vertido de crudo en
un puerto se soluciona esparciendo sobre él biodiésel,
porque degrada”, remachó. Incluso cuando la distancia del
tanque de metanol es corta existe la posibilidad, como en
alguna de las plantas de BDI, de soterrarlo y colocar un
depósito de doble capa.
“Esta planta supondría una inversión que Ceuta no debería
dejar pasar en un momento económico como éste”. “Se trata de
una tecnología probada desde hace más de veinte años y me
parecería completamente imperdonable que Ceuta se quedara
sin una inversión de este calibre”, remachó Vaquer.
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España contaba a finales de 2009 con 46 plantas de biodiésel
Los expertos tecnólogos
consultados lo tienen claro. El proyecto de Biocarburantes
del Estrecho responde a una planta oleoquímica sin ninguna
complejidad. De hecho, a finales de 2009 existían en España
46. ’BDI Biodiesel International’ dispone de treinta plantas
de estas características en el mundo, ocho de ellas en
España. Y, como explica su portavoz, Jordi Vaquer, algunas
de ellas se encuentran radicadas en la misma zona portuaria,
como es el caso de la de Sevilla, Bilbao, Ferrol o
Tarragona. “Ningún técnico en sus cabales podría negar la
autorización para instalarse a una empresa que fabrica
biodiésel”, apuntó Vaquer. “Existen cientos en el mundo y
nunca ninguna ha dado problema alguno”, se aseguró.
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Dos empresas líderes en el sector de los biocarburantes
‘Lurgi SA’ es la filial española
de la empresa de ingeniería alemana ‘Lurgi GMBH’, a la par
que pertenece al grupo industrial francés Air Liquide (Aire
Líquido). Su experiencia está sobradamente probada. No menos
puntera es la empresa ‘BDI Biodiesel International’, una
firma tecnológica con más de veinte años que dispone de
diferentes plantas en cuatro continentes. Su empresa matriz
se encuentra en la ciudad austriaca de Graz.
Los datos consultados por EL PUEBLO apuntan a que en Europa,
las dos tecnólogas punteras hacen facturar más de 750
millones de euros a las plantas instaladas.
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